Capítulo 38.

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Apenas recibí la respuesta de Viviane de que ya estaba en casa corrí de inmediato para verla. Apenas le di tiempo de llegar a casa y sentirse cómoda.

—Ya, Erin. —me dice, sentándose en el sofá— Me tienes de los nervios, ¿Qué pasa? ¿Cuál es la urgencia? —inquiere, quitándose la chaqueta

—Quiero que vuelvas a contarme la historia. Nuevamente por favor. La historia de lo sucedido con César y Valeurs.

—Erin...

—Viviane por favor.

—¿Por qué? ¿Para qué?

—Dejaste muchos vacíos la última vez. Esta vez si tengo preguntas, por favor respóndelas con honestidad.

Viviane suspira, sé que le duele recordar cómo se desenvolvieron las cosas, seguramente no le debe agradar mucho hablar del hombre que fue su esposo y pensar en las injusticias por las que pasó. Empiezo a escucharla atentamente, pero nuevamente empieza a omitir nombres.

Las cosas sucedieron así, años atrás cuando Valeurs no era aún tan fuerte se reunieron cuatro hombres, tres de esos hombres eran de negocios que querían crear algo nuevo, el abuelo era quien tenía la idea mejor pensada, aun así, necesitaba socios pues no contaba con mucho dinero en aquel entonces para hacer las cosas por sí solo. No sé si Viviane no sabe cierta información o solo la omite, pero deja un gran vacío en la historia que cuenta y solo me dice que uno de esos cuatro hombres era un adicto a la cerveza, que su descuido lo hizo confiar en las personas equivocadas y terminar perdiendo su puesto en Valeurs. Ese hombre era Orlando Hosk y por confiar en las personas equivocadas perdió el 16% que le correspondía a él y a su familia.

Años después César entró a trabajar a Valeurs, entre documentos, recuerdos, palabras, consejos, investigaciones y más descubrió que por derecho a los Hosk les pertenecía el 16% de la empresa. Viviane le rogó que no se metiera en problemas, que ellos no necesitaban más dinero del que ya tenían, le decía que podían seguir viviendo solo con el sueldo de él, pero César quería reclamar lo que le pertenecía a los Hosk, estaba empeñado en ir hasta últimas instancias por hacer pagar a la familia que se aprovechó de su padre y lo robó.

Un hombre dentro de Valeurs no estaba feliz con César y sentía que él le traería muchos problemas si intentaba recuperar lo robado ya fuese con abogados o algo de mano dura y amenazas. El hombre tenía algo claro, debía sacar a César del camino como fuese.

El atentado hacia César se llevó acabo aquel día en el que él iba a ver a su hijo, hicieron pasar todo como un atraco que salió mal para no levantar sospechas, habían dejado a César realmente mal, casi al borde de la muerte y eso les convenía, les convenía mucho que ese Hosk se llevara el secreto a la tumba y no se lo contara a su hijo para evitar que la historia se repitiera.

—¿Cómo supieron que no fue un atraco que salió mal? —decido preguntar.

—Días después me llegó una especie de amenaza de un grupo clandestino que hay aquí en el Royal. Ellos me dijeron que lo de César había sido por lo de Valeurs y que esperaban yo fuera inteligente de no contarle nunca a Alexander pues creían que él también intentaría recuperar ese porciento. —Viviane se limpia las lágrimas— Erin si te pedí que no le contaras a Alexander fue porque tuve miedo de que un día me avisaran que mi hijo estaría al borde de la muerte y que eso solo hubiese sido provocado por intentar recuperar un porciento.

Le tomo la mano y la acaricio— Es entendible. Tú solo quieres proteger a tu hijo. —no me agrada ocultarle información a Alexander, pero creo que eso es lo mejor. Me acomodo en el sofá con una postura rígida, la situación me tiene tensa— Dime los nombres, Viviane, por favor, dime quienes robaron a Orlando.

Mi vecino del RoyalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora