Capítulo 17.

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Nick y yo nos quedamos a cenar en casa de Adaya y Dafne, estuvimos allí hasta que nos dijeron algo de que debían salir para reunirse con una señora que habían estado visitando. Nos quedamos antes de la calle estrecha porque aún no queremos llegar a casa, seguramente mamá y papá ya están ahí y aun no duermen, se ponen algo malhumorados porque sienten que los desafiamos al no cortar lazos con Adaya.

Tomo la mano de Nick mientras voy caminando en línea recta, poniendo un pie delante de otro tratando de mantener el equilibrio. Dejo de caminar así cuando nos acercamos a la banca bajo el farol, Alexander está ahí.

—¿Qué hay, Alex? —Nick le saluda.

—No mucho —le responde, pero me mira solo a mí.

Nick también me mira, vuelve a mirar a Alexander y otra vez a mí— ¿Todo bien aquí?

—Todo bien. —le digo— ¿Nos vamos?

Alexander se pone de pie— Espera, Erin. ¿Podemos hablar?

Los ojos de Nick se abren de par en par— Oh. —susurra y suelta mi mano— No quiero que la vuelvas a regresar tan tarde a casa, ¿entendido? —le dice a Alexander.

Frunzo el ceño— ¿Qué?

—Tú te quedas aquí para que hablen, yo estaré en casa de Tiago. Yaya debe estar en casa así que le diré que me avise cuando por lo menos papá ya esté durmiendo —me dice y empieza a alejarse.

—Pero yo no quiero quedarme —le digo y lo sigo.

Alexander se interpone en mi camino— Por favor, no tardaré mucho.

Me hago a un lado para ver a Nick quien ha detenido su caminar— Pareces un vendido, ¿lo sabes?

Él se ríe— ¿Vienes o te quedas?

Miro a Alexander— Me quedo.

Nick se ríe mas alto y se aleja por completo— ¡La acompañas a casa! —grita y lo perdemos de vista.

—No tienes que acompañarme.

—Sabes que sí lo voy a hacerlo.

Me cruzo de brazos a la altura del pecho— ¿Qué quieres?

Él señala la banca con la cabeza, pidiendo que nos sentemos y yo acepto— ¿Cómo has estado?

—¿Qué quieres? —vuelvo a preguntar, me siento a la defensiva.

—Que hablemos, eso quiero. —me mira y nota mi seriedad— ¿Estás enojada conmigo?

—No, que va. Yo me pongo muy feliz contigo cuando empiezas a tomar esa actitud de cabrón.

—No quería que me malinterpretaras, por eso te busqué, pero tú te fuiste con Valeshka.

—¡Tú mismo me dijiste que me fuera con ella!

—¿Por qué te gusta gritar?

Que irritante me pone este hombre.

—¿De qué quieres hablar?

—¿De lo cabrón que dices empecé a volver a ser?

—¿Acaso no te percatas de esa cara de mierda que sueles poner? Siento que, si ese día te hubiese saludado, me hubiese escupido en la cara. Fue como volver a ver al patán que ni un hola me respondía.

Alexander estira sus piernas y suspira— Erin no me pone de mal humor el que quieras saludarme, te dije que ya no sería un patán contigo, ¿lo olvidas?

—Con esa cara que pusiste la verdad es que si lo olvidé.

—Vale, lo siento, ¿sí? No estaba fingiendo no conocerte o que quisiera evitarte, es solo que... —rasca su nuca— Conozco a Skylar, ¿lo sabes?

Mi vecino del RoyalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora