—La verdad me alegra saber que estás bien y que tu rodilla no ha estado doliendo. —dice Silvana al teléfono— Pero, ¿se puede saber en dónde te has metido todas estas noches y por qué tu madre cree que has estado viniendo a mi casa?
Había pasado por alto el detalle que cuando tardo con Alexander, le digo a mamá que estaba con Silvana, no sé porque le estoy mintiendo, no sé porque Alexander y yo nos seguimos ocultado como si salir juntos en la noche fuera un delito o un pecado.
—Pues he estado siguiendo tu recomendación, todo muy al pie de la letra.
—¿Saliendo? —inquiere— ¿Con quién? ¿A dónde?
Me rio— Con un chico.
—¿Que chico?
—Es un vecino del Royal.
—Uh, Erin, ¿es en serio? —sé que a ella no le agradan unos cuantos, los que ha visto en el club siempre le parecen muy engreídos.
—Pero escúchame, este es EL vecino.
Ella se ríe— Cuéntame todo.
—En este momento no hablaré mucho.
Juro que debe estar haciendo un puchero— Me tienes abandonada. Ya casi no hablamos. Deja a ese vecino y pasa tiempo conmigo como antes.
—Está bien, dejaré de salir con Alexander solo para ir a verte.
Las tripas se me retuercen al sentir a Alexander hundir sus dedos en mi piel, a los costados de mi torso. Me rio por ese gruñido que ha soltado como protesta ante mi comentario. Estoy en su habitación, en su cama, él casi sobre mí, quedándose en silencio mientras yo hablo con Silvana.
Ella parece entender la situación al escucharnos murmurar, Alexander diciéndome que le diga saque otro turno porque las noches él ya las ha reservado.
—Ah, está ahí ahora mismo —dice Silvana.
—Así es.
—Entonces supongo que te dejo por ahora.
—Pero te prometo sacar tiempo y vernos pronto.
—Bien. Cuídate, te quiero.
—Y yo a ti —termino por despedirme y dejo mi celular a un lado de la cama.
Alexander se tumba boca arriba— ¿Quién es la que quiere competir conmigo por tu atención?
Me rio— Silvana, mi amiga y también fisioterapeuta.
—¿Cómo sigues con eso? —pregunta— La rodilla —agrega.
—Va bien, no ha dolido tanto. He estado haciendo estiramientos y los ejercicios que ella me enseñó, pero también dejando que se recupere lentamente.
—Es bueno saberlo. —él se pone de pie— Iré a ver si mamá necesita algo.
—Te acompaño. —digo, siguiéndolo— Que pena habernos tumbado solo en la cama y dejarle todo lo de la cena.
Se encoje de hombros— Ella quiso encargarse.
—Se está esforzando mucho.
—Lo sé, hubiese sido mejor salir a comer o pedir algo.
—Ya qué —le digo, avanzando por el pasillo.
—¡Chicos!
—Mamá. —Alexander se adelanta— ¿Necesitas ayuda con algo?
—Me vendría bien que limpies la mesa y alistes los platos.
—Bien. Yo me encargo.
Viviane me pide que la siga— He estado pensando en hacerle más cambios a la casa —me comenta.
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Mi vecino del Royal
Teen FictionUna chica que teme ser abandonada y un chico que siente debe abandonar a todos. Erin cree que su único propósito es mantenerse guapa, ser educada, agraciada y conseguir un esposo. Alexander cree que lo mejor para Erin es mantenerse lejos de él y no...