Capítulo 29.

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[AGOSTO]

El alba en el cielo siempre me roba el aliento, la mezcla de tonos rojizos, anaranjados y azules siempre me cautivan pues cada amanecer con esos primeros rayos de luz parece haber sido pintado con parsimonia.

—Erin, —mamá me llama —camina por favor.

Me rio, sin darme cuenta me he quedado en la mitad de la calle viendo el cielo— Es hermoso, ¿no lo crees? —le pregunto, señalando el cielo— Podría esforzarme en verlo todos los días.

—Yo lo aprecio siempre. Tú podrías hacerlo también si decidieras madrugar.

—¿Madrugar o pasar la noche en vela? Parece que todos aún duermen y nosotras somos las únicas despiertas.

Mamá ríe— Nos exageres Erin.

—Siento que solo dormí cinco minutos.

—No lo hubieses sentido así si te hubieses acostado a la hora que te dije.

—Es que no sabía que me harías madrugar tanto.

—Ya sabías que veníamos temprano.

—Alexander me dijo que podía venir más tarde, Viviane y tú son las que nos hacen madrugar en pleno domingo.

Mamá vuelve a reír mientras esperamos que alguno en la casa de los Hosk abra el portón para poder ingresar. Mamá le está ayudando a Viviane con unos cuantos arreglos de la casa, se han retrasado con casi todo porque Viviane no ha estado pasando mucho tiempo en casa y, por otro lado, mamá tiene mucho trabajo últimamente. Yo solo he venido porque quiero verla con manos a la obra y porque quiero ver a Bugs, mamá no estuvo muy feliz cuando Viviane le contó que Bugs también es mío.

Alexander es quien abre— Buenos días —nos saluda.

—Alex. —mamá lo saluda— Justo el día en el que más podrías descansar hemos decidido tenerte ocupado.

Él se ríe— No hay problema con eso, señora Jodien. De hecho, agradezco que venga tan temprano, mamá a estado un poco, solo un poco estresante con el tema de la remodelación. No sé por qué quiere hacer tantas cosas, ni que necesitara dejarla perfecta para ponerla a la venta. —Alexander mira la fachada de su casa— La verdad es que buen dinero saldría de la venta, pero no, es nuestro hogar.

Mamá de ríe, pero no comenta nada. No niega ni confirma una posible venta. Ella se adentra a la casa en busca de su amiga y me deja con Alexander.

—¿Y Bugs? —es lo primero que pregunto.

Él enarca una ceja— ¿Desde cuándo se invirtieron los papeles y ahora eres tú quien no saluda?

Le sonrío— Muy buenos días, joven Alexander. Espero esté usted teniendo un muy buen inicio de día, disculpe mi atrevimiento y el venir a estas horas a su morada a preguntar por Bugs, pero ahora mismo realmente me gustaría verlo así que le pido amablemente me indique el camino donde pueda encontrarlo y pasar tiempo con él.

Alexander se echa a reír— Joder, Erin. —pasa su brazo por mis hombros y empezamos a adentrarnos— Bugs está en la habitación, como siempre. —me hace saber— ¿Te quedas aquí todo el día?

—Acabo de llegar, no estarás pensando en ya echarme, ¿cierto?

Él se ríe mientras caminamos hacia su habitación— Era para saber si prefieres que cocine o que salgamos a comer.

—Cualquiera de las dos opciones está bien, tú decide.

—Bien.

Veo a mamá salir del cuarto donde está la piscina. Sonríe al verme— ¿Mi hija va a quitarme el trabajo?

Mi vecino del RoyalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora