5. Hace tanto... (Dohko x Shion)

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Nervioso era poco comparado a como se sentía en ese momento, era como si estuviese reviviendo la primera vez, la primera vez que le vió entrar por aquella puerta con su traje blanco y con las flores rojas en la mano, juró por un instante que viajo en el tiempo, por un momento creyó ver a su padre a su lado y no a su hijo sosteniéndole para evitar que cayera de la impresión y es que, aún con su lento caminar Shion se veía precioso, aquel largo y frondoso cabello con un par de canas adornándolo se veía tan suave y brillante como aquella vez y él, él simplemente estaba embobado con esa belleza, como siempre, como la primera vez.

Ahora, si mal no recordaba, habían pasado poco más de sesenta y cinco años, de los cuales, 60 había pasado en compañía del hombre dueño de sus sentimientos y 50 oficialmente como esposos, aquella renovación de votos lo tenía con los nervios de punta, sus bodas de oro estaban a nada de comenzar y no podía calmarse, movía los dedos nervioso mientras Shion se acercaba cada vez más, con el mismo traje y con aquellos hermosos claveles rojos entre sus ancianas manos, por fin lo tuvo enfrente.

—Estas tan hermoso como aquella vez — le susurro antes de depositar un beso en su mejilla, luego le sonrió.

—Puedo decir lo mismo de ti, te ves tan apuesto como él día en el que me enamoré de ti — le miró directo a los ojos, para despues sonrojarse.

Ahí estaban sus hijos y sus nietos: su familia, esa que habían formado con amor, esa que ambos deseaban tener y que consiguieron despues de algunos años, esa que ahora los veía con los ojos cristalinos y el corazón latiendo a mil por hora, Dohko y Shion eran, para todos ellos un ejemplo a seguir, uno de amor, de comprensión, de amabilidad, de fortaleza y de paciencia, de dedicación y liderazgo y de todo lo que representaban.

La ceremonia dio inicio, renovaron sus votos y las promesas que hicieron aquel día, hace tanto tiempo, pero que conservaban la fuerza y el empeño, volvieron a prometerse amarse hasta que la muerte los separase, volvieron a prometer sostener sus manos y jamás dejarse, prometieron de nuevo, alcanzar la luna y las estrellas juntos, prometieron una vez más ser felices en todas y cada una de las adversidades y glorias de la vida y por si fuera poco, ambos sellaron la promesa justo como aquel día, con un hermoso beso.

Salieron de aquel recinto tomados de las manos, sonriendo, dispuestos a pasar tantos años juntos como les fuera concedido, dispuestos a partir a casa o quizá a una playa cercana porque se habían vuelto a casar con el hombre que amaban, con aquel que, sin importar qué, dónde o quién, se cuidarían y amarían por el resto de sus efímeras existencias, despues de todo, solo llegas a las bodas de oro con la persona que adoras por encima de todo, algunos lo llaman amor y otros... destino. 


🐯🐏
Un poco de azúcar para ustedes mis amadas lectoras (y lectores), infinitas gracias por soportar los anteriores capítulos, mi estabilidad emocional volvió, me hacía falta meditar sobre las cosas que han pasado, por eso tampoco he estado actualizando seguido y me quiero disculpar por eso. 

No les mentiré, la Universidad esta absorbiendo mi tiempo más de lo que me gustaría, sobre todo porque entramos a temporada de evaluación, en fin, no quiero abatirlos con esto. 

Por cierto, ¿quieren alguna pareja en especial?, este es el momento, hablen ahora o callen para siempre.

Dan R

Love, Hate, dead and saintsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora