Odio...
Un sentimiento que se había albergado en su ser desde el día en el que supo el pecado que había cometido aquel al que llamaba amigo y desde entonces se dedicó a despreciarle en silencio, a odiarlo en las noches, a maldecirlo por lo bajo cada vez que lo veía y es que se había jurado odiarlo, despreciarlo y aborrecer hasta a su sombra, pero todo ello era un engaño, una farsa hecha por un pequeño embustero que de estafador no tenía nada.
Odio, desprecio, aborrecimiento...
Tantas palabras para describir el sentimiento que le tenía... que seguro y acabaría enumerándolos todos, Aioria odiaba a Shura con su alma y el español trataba de comprender el hecho de que el castaño siempre le mirara de esa manera y le ofendiera a cada oportunidad. Siempre había sido así, y es que el menor se negaba a escucharlo y Shura había desistido en ello que pareciera que ambos estaban bien con aquello.
Y se dedicaba a repudiarlo y a desear que tuviese el mismo destino que Aioros, que nunca imaginó que aquel a quien siempre odio, ahora se lanzaba solo contra el enemigo, siendo la primera línea de defensa, pensó, por un instante que su necedad lo había llevado a ello pero no, la verdad era que Shura solo era la carne de cañón, la carnada, le daría tiempo a su compañero para hacer lo que tuviese que hacer pero oh sorpresa...
Aioria recibió el cuerpo mallugado y agonizante de aquel al que juró odiar, con casi el último aliento en sus pulmones y los orbes oscuros amenazando con cerrarse para siempre, lo recibió en brazos, al borde de la muerte y entonces todo cambió, la furia le recorrió el cuerpo al mismo tiempo que su orgulloso corazón se encogía de tristeza, entonces lo supo, creyó odiarlo pero nunca lo hizo de verdad porque hace mucho que lo había perdonado, aunque no totalmente, ahora sabía que era un vil mentiroso que solo se engañaba así mismo.
Y ahí, en medio de aquello que recién comprendí y de lo cual estaba decepcionado, aprisionó a Shura y dejó que fluyera su sentir, su cosmo se incendió a tal punto de parecer una tormenta, el rugir del viento acompañaba cada una de las descargas eléctricas que lañaba a diestra y siniestra, sus verdes ojos parecían haberse incendiado cambiando su tono esmeralda por uno escarlata, como si de verdad se hubiese arrepentido y luego...
Luego de derrotar a aquel que burlesco apareció despues de haber herido y humillado a Shura, volvió su vista a su compañero, su corazón aún palpitaba y podía sentir su respiración, aunque débilmente, recobrar fuerza, no supo en que momento dejó que sus barreras se cayeran pero lloró, lloró abrazado al inconsciente Shura por largo rato para luego alzarlo en brazos.
—volvamos a casa, Shura.
Tampoco supo en qué momento se había quedado dormido a los pies de la cama del español, solo supo que la faceta del pequeño mentiroso se había ido al diablo en el instante en el que se arrepintió de haberle deseado aquel final.
🦁🐐
No tengo nada que decir sobre esto...Dan R.