42. Ego renatus sum illi (Hades x Camus)

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Fides, parte 5

"¿Camus?, no, no es nada"

"Es UN TRAIDOR"

"Mortal... ¿Cómo has osado levantar tu mano en contra de los dioses?"

"...El castigo eterno..."

"Sin paz"

"Sin descanso"

"No tienen a dónde ir"

Se ha sentado en la cama respirando entrecortado, su pecho sube y baja con violencia, todo su ser tiembla, la terrible pesadilla aún está presente en sus recuerdos, su frente yace cubierta de sudor frío, muestra de la desesperación del ensueño terrorífico del que ha sido presa, el ambiente es oscuro y sus ojos apenas se acostumbran a la penumbra; vuelve a dormir, su ser se lo pide y accede.

"Quedarán par siempre atrapados"

Y la imagen de las divinidades enfrascándolos en piedra vuelve a su mente, se hace presente de nuevo el dolor, la angustia, la piedra siendo su piel y quemando todo lo que hasta ese momento era, puede sentir la desesperación a flor de piel y despierta de nuevo, esta vez solo abre los ojos.

La oscuridad aún está presente en la habitación y tarde se da cuenta que su olfato es inundado por un perfume extraño que le concede paz, cierra sus orbes embriagándose del aroma a paraíso y vuelve a percatarse del sonido que llega a sus oídos, un corazón que late con tranquilidad, se sorprende, alza la vista y ahí le ve: dormido, respirando con tranquilidad, expuesto, sin protección y lo comprende entonces. 

Los borrosos recuerdos del día anterior, son reales, aquel que yace descansando a su lado, lo libró de aquel cruel destino, se quedó a su lado y ha dormido a su diestra. En un acto de valentía y tal como recuerda, recorre la mejilla de aquel Dios, con delicadeza, con paciencia, sintiendo la calidez de su piel, no es como lo recuerda en su primer encuentro, es mejor... mucho mejor. 

Aleja los mechones oscuros de aquel rostro y sigue su recorrido, aquella fina nariz de porcelana y esos rosados labios entreabiertos, la barbilla y sube de nuevo por aquellas mejillas sin advertir que los orbes celestes le mirad desde hace un par de segundos, pero calla, disfruta de las frías manos que con audacia recorren su rostro.

Afuera de aquella habitación, parece haber amanecido, pero en realidad, es solo una ilusión, pues el siempre iluminado paraíso solo se oscurece con la presencia de Nix. Camus no lo ha notado, aún no se ha dado cuenta que le miran, que le sonríen y que su anfitrión está a punto de llamarlo.

—Acuario — le llama despacio, susurrando, con somnolienta voz y el nombrado se sobresalta, se separa al instante y mira a otro lado con aquel semblante inmutable.

No dice nada de nuevo, pero en su mente solo hay una idea, la inconstante presencia de una palabra para disculparse por su insolencia pero al mismo tiempo quiere convencerse de que no ha hecho nada malo, su curiosidad se ha interpuesto entre su autocontrol y su razón y no hay nada de malo en ello.

Hades se levanta del lecho, un largo suspiro abandona sus belfos rosados, mira de nuevo a su inesperado huésped y le tiende amablemente una mano, la cual, el contrario toma con temor, como si fuese a llevarlo hacia su final, sin embargo su conciencia le grita que confíe en él, despues de todo, ¿Qué más puede perder?

Entonces, cuando sus pies desnudos tocan el frio suelo de piedra caliza, su mente recuerda a sus compañeros, a su diosa pero también recuerda la desesperación, quizá aquella hermosa divinidad a la que sirve ha muerto y no pudo hacer nada, aprieta un poco la mano del hombre frente a él y se dispone a preguntarle.

— ¿Dónde está Atena? — aquello le hace arquear una ceja pero al instante comprende la razón de la pregunta.

—Su alma ha sido capturada por Zeus, no la dejará volver a la tierra en los siguientes 400 años, ese ha sido su castigo.

La entristecida mirada de Camus se borra despues de un suspiro, no entiende aún porqué le han hecho eso, no obstante, el ambiente le habla y le dice que todo está bien, que no corre peligro y su corazón late con rapidez, la toga negra que cubre su cuerpo deja a la vista sus hombros y brazos y cae a la mitad de sus rodillas pero parece no importarle.

—Vamos — invita el soberano, y asiente. 

Salen de aquella habitación y despues del amplio palacio que los acoge, la belleza del paraíso para los elegidos se alza inefable ante los mortales ojos de Camus, aspira el aroma a paz, a salvación, a descanso, las flores no se marchitan nunca y el viento le golpea la cara y desea con todo su ser permanecer ahí, no le interesa como, si se lo merece, si se convierte en servidor y esclavo del señor del inframundo, si sigue siendo su invitado, si... ¡ah! Ya sabe cómo permanecer ahí.

—Hades — lo llama y los ojos celestes se posan en él — quiero quedarme aquí — más que un pensamiento, aquello suena como una nueva plegaria.  — no importa cómo, solo, permíteme permanecer en el paraíso, en tu paraíso.

Solo asiente, su frente es besada, justo como aquella vez, justo como si lo hubiese salvado de nuevo, y quizá, así es, su alma arde, se enciende en un fuego fatuo que le quema sin lastimarlo, quema su pasado, sus memorias, su dolor, su angustia y remplaza aquel desasosiego por la dicha redentora de la benevolencia de aquel Dios.

Su piel se limpia de toda aspereza, de todo aquel sentimiento que alguna vez ató sus manos a grilletes desbordantes de culpabilidad, de traición, el Camus que no es nada, aquel que fue rebajado al polvo, renace como alguien nuevo, una llama helada, sus ojos brillan de nuevo, su alma refulge y su conciencia le mira y dice:

"He renacido, renazco para él, renazco para mi"


💀❄️
Uff, el siguiente es el último de estos dos y este el penúltimo, de este me gustó mucho la petición de Cam porque sería algo que yo haría y  también el renacer de Camie fue algo que me emocionó escribir.

5/6 Hades x Camus para MarcelaRios213 y Mercamus

Ego renatus sum illi = renazco para él.

Dan R 

Love, Hate, dead and saintsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora