8. Para apagar el fuego... (Milo x Camus x Hyoga)

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Para apagar el fuego de tu pasión... se necesita el agua que fluye en nuestro corazón.

Nunca creyeron que las cosas terminarían de esa manera, con ellos tres envueltos en un mundo donde no existe más que sus nombres, sus rostros, sus sabores; dónde no existe más que el fuego que arrasa y derrite el hielo haciéndolo agua que apaga su furia; un mundo dónde la pasión es la cumbre de todo aquello que nunca se dijeron pero que los tres sienten y no se avergüenzan de ello, dónde el cielo es carmín pero el suelo yace cubierto de nieve, dónde las estrellas y las auroras boreales resplandecen cuando aquellos cuerpos se unen.

Para apagar el fuego de tu mente... se necesita el hielo de nuestras miradas.

Ahora yacían envueltos, de nuevo en ese mundo del que nadie sabía puesto que no era de su incumbencia, estaban ahí, entregándose... consagrándose de todas las formas posibles, de todos los modos habidos y por haber, jurando lealtad por el cuerpo del otro y alabando el alma que ahora se ha unido a ellos. Ya no son tres, son un solo ser con tres cuerpos, un solo ser que ahora parece ser la más hermosa y divina representación del puro y obsceno deseo.

Para apagar el fuego de tus ojos... se necesita la frialdad de nuestras manos

Y como sinfonía principal, el coro de las tres voces se mezclaban entre el bullicioso silencio y el silencio bullicioso de aquella escena que sin duda haría sonrojar a los dioses, Camus se empeñaba en buscar en aquel cálido interior el punto exacto que abriría las puertas del paraíso mientras tomaba cautivo el miembro de su amante, y Hyoga tan solo acompañaba a aquel trozo de carne en aquella fragua que le hacía sentir completo, buscaba y competía con su igual al mismo tiempo que sus frías manos se aventuraban a delinear los músculos del moreno pecho.

Para apagar el fuego de tu ser... se necesita el viento gélido de nuestros alientos mezclados con el tuyo.

Más profundo y más rápido a medida que los minutos pasaban, las marcas de propiedad estaban a la orden del día, iban desde su cuello hasta su pecho y espalda, la melodía placentera siendo coreada por el sonido del choque de pieles además de la humedad destilada en aquella habitación, anunció el fin de aquel acto, la culminación de la magna obra de arte de dos fríos amantes que han apagado el fuego del tercero sin extinguirlo, sin opacarlo, sin encerrarlo; ha sido el fin sin termino de un incendio personificado que ha derretido la escarcha sin que esta pierda su belleza, sin desplazarla, sin desaparecerla.

Para apagar tu fuego... se necesita nuestro hielo.


🦂❄❄
Uffff, hace tiempo que no hacía esto.

Un trío culposo que me encanta, me gustó mucho escribir este one-shot, no saben cuanto, estaba sonriendo como boba a medida que avanzaba.

llegue tarde por culpa de la inspiración que se le ocurrió irse de paseo turístico a Asgard y los proyectos finales de la Uni, y hablando de eso, el fin de semana lloré como Magdalena con "María" de Jorge Isaacs, esa cosa es la primera novela que me hace llorar... altamente recomendable si quieren llorar...

Para: TheStoryCute15 espero que te haya gustado, belleza.

Dan R

Love, Hate, dead and saintsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora