¡Ayúdame!
La única palabra que, aunque quisiera, no salía de su boca, no tenía ya aliento para seguir, ya las piernas le temblaban y la fuerza de su cuerpo amenazaba con abandonarlo para siempre. Su corazón deseoso por salirse de su pecho palpitaba como si no hubiese un mañana, como si aquella luz que presumía ver aún con los ojos cerrados, no fuera más que el deseo ilusorio de significado versátil y verosímil de su pequeña y retorcidamente inocente mente juvenil.
¡Ayúdame!
¡Ayúdame!
¡Ayúdame!
Parecía que, quien quisiera que estuviese tras sus pasos no se detenía o quizá, solo era imaginación suya y no había nada más ahí que la creciente oscuridad de sí mismo apoderándose de aquella luz divina que se le había mostrado hace apenas unas lunas; pero huía, huía de aquello que le perseguía, de aquello que se reía de él y de su inútil escapatoria de la que nunca, nunca saldría, la risa silenciosa de aquello que cada vez está a punto de tocarlo solo puede ponerlo nervioso.
¡Ayúdame!
¡Ayúdame!
¡Ayúdame!
Y ahí, al fondo del oscuro e infinito túnel, aparece él, no, ellos, aparecen ellos, con sus brillantes ojos verdes mirándolo fijamente, viendo como corre desesperado intentando alcanzarlos, intentando siquiera tocar una de las finas hebras de sus cabellos, pero no puede, no logra acercarse, ellos permanecen impasibles, inmóviles, inexpresivos. Él se ha caído, sus rodillas y torso han tocado el frio anochecido suelo, sus dorados cabellos se han manchado de fango y aquellos hermosos ojos se han llenado de lágrimas.
¡Ayúdame!
¡Ayúdame!
¡Ayúdame!
Ellos se burlan de él: el primero de ellos le mira arrogante junto a su reflejo de carne le dicen con aquella mueca que son mejores que él, que son mucho más de lo que él, que yace en el suelo, jamás será; el segundo le mira con pena y un toque de vergüenza, sus largos y sedosos cabellos ondean con el aire que no está y le dice, con aquella sonrisa ladeada que su cuerpo es débil y que caerá una y otra vez; y el tercero, le mira con gracia burlesca mientras su sonrisa le da a entender que no le ayudara.
¡Ayúdame!
La oscuridad lo ha atrapado y él...
Despierta exaltado en el lugar más seguro del mundo: su cama.
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Llegué tarde otra vez, prometo tratar de ya no hacerlo.
Este me gusto y culpo al fan art de la multimedia por esto.Espero que les haya gustado.
Por si se preguntan, el protagonista de este one-shot es Shaka y los otros que aparecen aquí son: Saga, Kanon, Mu y Aioria
Dan R.
Dan R.