Capítulo 29

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"A veces las cosas más insignificantes pueden volverse muy grandes" 

— Percy Jackson, la batalla del laberinto. 

Thomas Munteanu.  

Emiliane sonreía ampliamente. 

El último chico que había invitado a la fiesta acababa de llegar.

Me seguía pareciendo sorprendente. 

Sesenta y cinco adolescentes estaban en el jardín trasero de Kaethleen. 

—¿Cómo convences a todo un curso escolar de reunirse sin que sea una graduación? — preguntó Emiliane. 

—Le dije a Samantha que los invitara — respondí — Siendo honesto, no quería ni venir, esto sigue sin parecerme buena idea — dije.

—Probabilidades de una en un millón, puede salir muy bien o muy mal — dijo Emiliane. 

Saldrá muy mal

—Hay que tener mucha suerte para que salga muy bien — susurré. 

—Justamente lo que más necesitamos — dijo Emiliane. 

Cada persona del curso estaba aquí, incluido los amigos idiotas de Bruce. 

La música era increíblemente fuerte y era demasiado molesto para mí. 

—Odio este ambiente — dije. 

—Sé fuerte, solo faltan unas siete horas para el amanecer — dijo Emiliane. 

Arrugue la nariz enojado. 

Le di un trago a mi bebida. 

Una pegajosa canción electrónica sonaba, habían chicos bailando, otros tomando de las bebidas que Rixton compró, algunos estaban en la piscina, un pequeño grupo fumaba apartado de todos los demás y otro más pequeño aún sólo conversaban o comían. 

Emiliane me dio una última sonrisa para entrar a la sala. 

Revisé mi teléfono en la espera de un correo electrónico de Tyker por si algo se había salido de control en casa, pero no había recibido nada. 

Suspiré y decidí buscar a Kaethleen y River. 

Se suponía que estábamos divididos en grupos, Caleb con Rixton, Emiliane y Carter, Diane junto Paxton; y Kaethleen, River, y yo. 

Rixton insistió en que se hiciera de esa manera, ya que ninguno estaría solo de esa forma y si atacaban a un grupo, serían sólo dos o con la mala suerte que tenía, probablemente terminaríamos siendo Kaethleen, River o yo. 

Caleb fue igual de insistente en que nos adentraremos a la fiesta, que actuáramos de una manera normal e ignoramos todo lo que había ocurrido en días anteriores. 

Ambos explicaron que "E" ansiaba tener cierto control sobre nosotros y el fin de sus amenazas era quitarnos tranquilidad y paz, según palabras de Rixton, si demostramos lo contrario en cualquier impulso de frustración realizaría un movimiento delatable. 

Debido a aquel cambio drástico de notas de amenazas a incendiar el campanario, Caleb y Rixton dijeron que "E" quería que le notaremos, al no hacerlo con las notas comenzó con su juego, para eso la fiesta, para hacerle creer que no nos tenía con insomnio del miedo, así enfurecerse, cegarlo y hacerlo caer en su propio juego fallando por la ira de no poder cumplir su objetivo, o algo así dijo Caleb. 

Rixton dejó muy en claro que aún no encontraba su motivo, pero sí dijo que no era una persona tímida, ya que en la mente de "E" nosotros no éramos ninguna amenaza, éramos la presa, incluso dijo que probablemente había llegado a hablar con uno de nosotros y no nos dimos cuenta, era inestable con sus emociones, aseguró que intentaría mantenerse cerca. 

Tonnevill: El legado de los 7. (Condenados 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora