Capítulo Final: Parte siete.

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LA PÉRDIDA DE KAETHLEEN B.

"La flor en mi jardín tenía mucho tiempo sin marchitarse, crecía de diferentes formas cada cierto tiempo, a su alrededor brillaban diferentes colores de otras flores que la acompañaban, pero cuándo uno de ellos se apagó y se alejó de la flor, lloré, creyendo que con mis lágrimas podría hacerlo nacer de nuevo y que volviera a estar a su lado, pero no fue así, ese color se apagó eternamente. Yo era la flor de mí jardín".

Scar16.

Kaethleen Bleedwoods.  

Escupí sangre.

La muerte frente a mí tenía la mejor sonrisa de victoria, era llamativa, hacía chistes de cómo me dañaba y esperaba que me rindiera. 

El peso de la culpa. 

Oh, la miseria. 

El desgaste y el dolor. 

El cansancio, la ira, y el llanto interno. 

Hace tiempo que había perdido a mis mayores aliados, tenía claro que nunca me dejarían. 

Las luchas estaban rodeándome, la guerra estaba a mí alrededor. 

Los veía golpear y maltratar, les escuchaba explotar sus dones repudiando al enemigo. 

No podía moverme. 

Mi mente me exigía ceder a la debilidad. 

La pérdida. 

La única villana que nunca me había echado a un lado. 

Perdía de nuevo. 

Sentía que acababan de arrancar un pedazo de mi piel sin aviso. 

Quería pedir perdón, gritar y dejar de sangrar. 

La realidad es que nuevamente no podía moverme. 

Estaba en cero de nuevo, mi vida se reinició a una hora muerta. 

Yo, no era yo. 

No tenía el control de mi cuerpo. 

No podía hablar, no podía gritar, solo respiraba. 

Me dejé golpear de Reyna, en más de una ocasión. 

Estaba tan inmersa en mí que no podía defenderme de sus golpes. 

Estaba perdiendo parte de mí razón. 

Uso del raciocinio no me quedaba. 

Moría, pero seguía viva. 

No lo estaba viendo. 

Sus ojos ya no me veían. 

No pude tomar su mano y ayudarle. 

Lo sabía. 

Sabía que pasaría, sabía que seguir el plan de esconderme me quitaría a mí vida. 

No tuvieron tiempo de pensar en que perderlo sería perderme, y lo acababan de llamar "Contratiempo" y "Daño colateral". 

Los golpes de Reyna no lastimaban, solo eran extras. 

Desde muy pequeña supe que nunca estaría a salvo, porque yo misma me veía obligada a convivir conmigo y era mi mayor peligro. 

Observé de reojo para ver a la abuela Lilia huir con Kyal y Tyker. Se iba huyendo con los más pequeños del peligro. 

No podía dejar de pensar en qué lugar desembocaron con River. 

Tonnevill: El legado de los 7. (Condenados 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora