Capítulo 22

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Jamás penséis que una guerra por necesaria o justificada que parezca deja de ser un crimen".

Ernest Hemingway.

Paxton Haugen. 

La mayoría del tiempo me cuestionaba si tomé una buena decisión al seguir viviendo e ir a terapia. 

Algunas veces en el día solo quería morir. 

Me sentía tan rodeado de cansancio que no tenía energía para explicar el porqué algunas veces me sentía tan mal. 

Muchas veces no ocurría nada, otros días si, como hoy. 

El pensamiento más constante que tenía era encontrar una manera de desaparecer, o sencillamente no vivir aquí.  

Apenas eran las nueve de la mañana, y ya estaba seguro que sería un día patético. 

Aún no comprendía por qué había gente que no dejaba ir el pasado, bueno porque "E" no lo hacía. 

Estaba rodeado de personas de todos los cursos del instituto, leían lo mismo que yo. 

Comencé a quitar todos los recortes de periódico que pegaron en la cartelera. 

Tomé uno y volví a leerlo. 

"El hijo único de Cayena y Peter Haugen arremete contra su vida e intenta suicidarse, según fuentes cercanas el legítimo heredero de los Haugen padece de un trastorno de depresión persistente con tan sólo once años de edad, el pequeño culpa a sus padres y compañeros de clases por abuso." 

Arrugue el papel y lo lancé a la cesta de basura. 

Solo quería estar tranquilo. 

Llegué a pensar que las personas detenían sus actos de odio en contra de alguien al conocer la enfermedad que padecía, pero no era así. 

Debajo del recorte había una nota dirigida hacia mí. 

"¿Por abuso o por culpabilidad? El pequeño Paxton es más cruel de lo que piensan, ¿Hasta cuándo ocultas secretos? Las paredes son delgadas y escuchan, los muertos se comunican e informan, admite ya lo que hiciste en el bosque, Haugen.

Lunes 16 de noviembre. 

—E."

Por supuesto que no había una mejor manera que comenzar la semana enterándome que desaprobe historia del arte y tener al ochenta por ciento del instituto en mi contra. 

¿Era yo muy frágil o ellos muy crueles?

Me enojé conmigo mismo por querer llorar.

Quité los recortes hasta que la cartelera quedó vacía, parte de los estudiantes que estaban ahí me miraban sin disimulo alguno. 

Nadie se acercó a ayudarme, solo me observaron. 

Mordí mi labio inferior. 

La exposición no me gustaba, el no saber qué estaban pensando ellos de mí tampoco, aunque sabía que me juzgaban. 

Estaba seguro que si iba con Margaret no haría absolutamente nada. 

Me sentía afectado. 

Me encontraba perdiendo el control de mi estabilidad. 

Los murmullos iban de "¿Crees que sea un abusador como los de la Junta?" a "Tal vez es un asesino y por eso se quiso matar con la excusa de que lo acosaban." 

Tonnevill: El legado de los 7. (Condenados 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora