Capítulo 2

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"Nuestra vida se cimenta en la muerte de otros".

— Leonardo Da Vinci.

Kaethleen Bleedwoods.  

Cinco días habían pasado desde que los protestantes fueron arrestados por perturbar el orden e intentar invadir una propiedad privada.

La mayoría había pagado la fianza y ahora estaban libres. 

En esos cinco días no asistí al instituto, ni los hijos de las otras familias que conformaban la Junta Gubernamental. 

Por nuestra seguridad, decidieron esperar a que los trabajadores despedidos apaciguaran su ira.

No solo habían protestado en la fachada de mí hogar, también lo habían hecho en las otras seis mansiones de las seis familias que complementaban la Junta Gubernamental. 

Mi madre había hablado con la directora del instituto para notificar mi falta en semana de exámenes, por más que aquello no hubiese sido necesario, puesto que Destiny Holmberg -Quien tenía más actividad en la Junta Gubernamental‐ Dirigía todo lo que tenía que ver con la educación de Tonnevill, lo cuál consiste en dos institutos escolares para cada nivel de educación; uno prestigioso; el otro no tanto y una sola universidad tan costosa como todo lo que rodeaba al pueblo. 

Estar caminando en estos pasillos de vuelta se sentía incómodo, al menos hoy.

Estaba acostumbrada a las miradas de odio y desaprobación de los alumnos, pero no de los profesores. 

Los profesores con sus miradas me hacían sentir que mi sola existencia estaba mal, nuevamente como cada vez que algo me incomodaba, intenté restarle importancia, aunque eso no lograba alejar la sensación de incomodidad. 

Había venido en vano al instituto, ya que los profesores se iban, ¿A dónde? No tenía idea.

Simplemente salían del instituto y ya. 

Solo había visto una hora de la asignatura de francés.

Así que ahí estaba, sola, de nuevo. 

A pesar de que los hijos de las familias de la Junta Gubernamental aún estaban en el instituto y estudian en el mismo curso conmigo, no coincidíamos en las asignaturas.

Aunque coincidieramos, no nos hablaríamos, habíamos dejado de hacerlo hace años ya. 

Solo charlaba con Diane, Carter o Emiliane de vez en cuando, fuimos muy buenos amigos los siete, ahora cada uno iba por su lado ignorando a el otro, sin importar que nuestras vidas estaban atadas por así decirlo.

Éramos la siguiente generación en formar parte de la Junta Gubernamental, algún día tendríamos que retomar la comunicación, además de ello, nuestro pasado nos unía.

Entre en la estancia trasera, porque a pesar de tener asignaturas a las cuales entrar, los profesores no asistirían, todos se habían marchado y obligatoriamente debía quedarme en el instituto para terminar de cumplir un horario. 

En la estancia trasera estaban unos cuantos estudiantes entre ellos Bruce Collen, el adinerado, atlético y capitán de cada equipo competitivo del instituto.

Bruce se había dedicado a hacer mi vida imposible desde siempre.

Junto a él estaba su hermana menor Melanny Collen, otros cuantos integrantes de uno de los equipos y algunas chicas. 

Avancé por la estancia hasta que me di cuenta que ellos también lo hacían, se movían formando un círculo y cuando miré hacía los lados me sorprendió que fuese a mi alrededor. 

Tonnevill: El legado de los 7. (Condenados 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora