19

4.8K 387 61
                                    

Buenas tardes, hoy se me ha hecho súper tarde. Pero bueno, ahí va:
_______________________________________

-¿Soy tu ex? - preguntó a bocajarro, sin esperas, sin más palabras, sin introducciones absurdas, sin medias tintas. Quería la verdad y la quería ahora.

-¿Qué? - dijo sin poder ocultar su sorpresa.

-¿Soy o no soy tu ex? - repitió la pregunta - dime, Luisita ¿soy yo la hija de puta que te abandonó? - preguntó refiriéndose a ella misma como lo había hecho en innumerables ocasiones.

-Será mejor que pases - contestó abriendo la puerta, vio que la morena no se movía - Amelia, por favor, pasa - insistió.

Entró, porque necesitaba demasiadas explicaciones, porque quería saber de una vez por todas cual era la verdad de su vida. Entró y lo primero que se encontró fue una foto de ellas dos, abrazadas, sonrientes.

-Así que es verdad - dijo tomando la foto entre sus manos - soy tu ex.

-¿Cómo te lo has enterado? - preguntó mirándola, intentando saber qué pasaba por su mente.

-¿Acaso importa? - dejó la foto y se volvió hacia ella - Lo importante es quién NO me lo ha dicho - recalcó el negativo.

-Amelia, yo... no sabía como - bajó la cabeza.

-¿Qué no sabías como? - estaba tan enfadada y se sentía tan engañada por todo el mundo a su alrededor que no medía sus palabras, ni su tono - pues diciéndomelo joder, ¡pero no mintiendo!

-No te he mentido nunca - se defendió.

-Claro que lo has hecho. Tú y todos habéis estado mintiéndome desde que desperté - joder, parece que os divertíais y todo - seguía diciendo - mi padre, mi madre, ¡tú! y yo como una imbécil preocupándome porque la "hija de puta de tu ex" te iba a hacer daño - le recriminaba y quizás luego se arrepentiría de actuar de esa forma pero estaba tan, tan perdida en ese momento - y resulta que yo soy esa hija de puta y que tú no has tenido ni la más mínima intención de decírmelo.

- ¿Y qué te digo, Amelia? - dijo de igual modo - me presento delante de ti y te digo "hola, soy Luisi, soy tu mujer y la madre de tu hija" - negó con la cabeza - me habrías tomado por una loca, Amelia. No tenías ni idea de quién era yo. No me recordabas. Ni siquiera sabías que existíamos. ¿qué querías que hiciera?

-¡Que me dijeras la verdad, joder! - elevó el tono - de alguna manera podrías habérmelo dicho. Pero no, claro que no, teníais que mentirme todos. Teníais que jugar todos con mi vida como os diera la gana.

-Yo no he jugado contigo, jamás jugaría contigo Amelia - volvió a defenderse - no tienes ni idea lo que ha sido para mí saber que te tenía tan cerca y no sabías quien era yo - se dio la vuelta, ofuscada y volvió a encararla - Sales con un hombre, Amelia ¡incluso vas a casarte con él! ¿Tienes idea de lo que eso supuso para mí cuando me enteré? - La morena no supo qué contestar - ¡Un hombre, Amelia! ¡y decías estar de lo más feliz con él! - repitió - ¿Dime cómo podía decirte nada? ¿De verdad me habrías creído?

-No lo sé - fue lo único que contestó porque realmente no tenía ni idea de cómo habría reaccionado - solo sé que os habéis encargado de montarme una vida que no es la mía.

-No, Amelia, no te confundas - continuó - el único que te ha montado una vida que no es la tuya es tu padre, cariño - La morena elevó el rostro al escuchar llamarla de ese modo, Luisita ni tan siquiera se había dado cuenta del apelativo - Es a él a quien tienes que pedirle explicaciones. Él es quien no te ha dicho la verdad.

-¡Y tú tampoco! - dijo a modo de sentencia - si no me hubiera encontrado con ese tal Miguel, aún seguiría sin enterarme de nada.

Luisita quedó callada ante la rabia de Amelia. No sabía como defenderse, quizás no tenía excusa. Tal vez sí fuera cierto que ella había actuado igual que Tomás ocultándole la verdad, no diciéndole quien era. Quizás tenía que haber actuado de otra forma, tal vez tuvo que buscar la manera de decirme la verdad, pero no había sabido hacerlo de otro modo. El dolor que sentía cada vez que la miraba y no se reconocía en sus ojos no la había dejado hacer las cosas como debería. Bajó la cabeza, sin saber qué decirle.

RenacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora