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Buenas noches! Cómo estamos?? Bueno vamos allá.

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Sin necesidad de que el despertador sonara lo apagó. Ella ya llevaba un rato despierta, en realidad, no podría decirse que hubiera conseguido dormir demasiado esa noche.

Respiraba inquieta, sin saber qué se iba a encontrar. Se sentía algo sobrepasada por la incertidumbre, el miedo y el cosquilleo en el estómago de quién llega a un lugar nuevo con mil ilusiones en los bolsillos y la esperanza de encontrar lo que había ido a buscar.

Escuchó sonidos en la habitación de al lado y sonrió tiernamente. Se levantó y frunció el ceño cuando su ya conocida migraña le dio los "Buenos días". Salió al fin de la habitación y entró en aquella otra encontrándose con quién era el centro de su mundo. Lo mejor que tenía. Lo único que aún le quedaba después de todo aquello. Su pequeña princesita.

-Hola, mi vida - saludó cariñosa acercándose a ella y cogiéndola en brazos la sacó de la cuna - ¿Ya no tienes más sueño? - preguntó besándola.

La niña comenzó a reír con los cariños de su madre, llevándose el dedo a la boca y mirándola con esos ojitos que la enamoraban cada vez que los miraba.

-Bueno, mi amor - salía con ella de la habitación - vamos a por tu desayuno y luego nos arreglamos que sino se nos va a hacer tarde - hablaba con la pequeña que de poco se enteraba.

Se preparó una buena taza de café, pese a que sus nervios le pedían una tila. Le dio de desayunar a su hija que ya más despierta la hacía reír con sus gracias. Una vez terminaron de desayunar, la dejó en el parquecito rodeada de un montón de juguetes mientras ella se iba a la ducha. No tardó demasiado, no quería llegar tarde. Tras salir y vestirse volvió a por la niña para arreglarla antes de salir.

-Venga, cariño - le decía viendo como la pequeña no dejaba de jugar - anda Lucía, deja que te vista sino no llegamos...

-Ajajeja - balbuceaba la pequeña intentando quitarse la ropa que su madre le iba poniendo.

-Sí, mi vida - reía- ya sé que quieres jugar, pero ahora tenemos que vestirnos - la miró con dulzura y poniendo seriedad en sus palabras - hoy es un día importante ¿recuerdas?

-Ia Ante - repitió aún sin tener ni idea de lo que su madre le estaba diciendo.

-Sí, muy importante - corroboró - así que vas a ser una niña buena y te vas a portar muy bien ¿verdad?

La niña miró a su madre, llevando su pequeña manita hacia su mejilla y la dejó allí dejando en el rostro de su madre, lo que para ella era una caricia. Ella sonrió enternecida, desde hacía un par de días Lucía había aprendido a hacer aquel gesto y ella, realmente, se le caía la baba.

Tras varias carantoñas más y miles de besos llenos de risas salieron de casa rumbo a la guardería. Cuando dejó a la niña allí, Luisita sintió un nudo en el estómago. Era la primera vez que se separa a de ella desde que la tuviera por primera vez entre sus brazos y hacerlo ahora le costaba más de lo que había pensado.

Ya en el coche y de nuevo en marcha puso rumbo a su nuevo lugar de trabajo donde tenía puestas tantas y tantas esperanzas.

Aparcó y salió del coche sintiendo como los nervios atenazaban sus músculos. Frenó sus movimientos y tragó saliva intentando aplacarlos. Respiró profundamente, tomando toda la fuerza que tenía y finalmente, caminó de nuevo hacia aquellas puertas tras las que le esperaba su futuro.

-Buenas días - le dijo a la recepcionista - soy Luisa Gómez, la nueva ayudante de vestuario, creo que... Marina Crespo - recordó - me está esperando.

-Buenos días - contestó la afable señora - te estábamos esperando, no sabes el lío que tiene Marina desde que la otra chica se fue sin tan siquiera decir adiós - Luisita le sonrió de medio lado sin saber bien qué decirle - un segundo que voy a llamarla para avisar que estás aquí - continuó la señora tomando el teléfono, habló durante unos segundos y colgó de nuevo - qué fastidio hija, Marina ha tenido que salir un momento.

-Ah, vaya - se apoyó en el mostrador - pues... esperaré ahí - señaló un lateral.

-Ay no, espera mira - llamó la atención de la rubia - que vas a tener suerte, ahí viene Amelia, ella te ayuda - le informó. Luisita se dio la vuelta y quedó mirando a aquella morena que justo llegaba a su lado - Amelia, hija, que bien que llegas - saludó con entusiasmo la recepcionista - verás es que está chica empieza hoy a trabajar con Marina, pero no está, ha tenido que salir, ¿Puedes llevarla al departamento de vestuario y enseñarle un poco todo esto? - terminó de decir la recepcionista.

Luisita oía de fondo las voces de ambas pero no escuchaba nada. Parecía muy lejos de allí, como en otro mundo. Elevó la vista al sentir cómo aquella chica la miraba con cierta curiosidad y sintió un cosquilleo que solo recordaba haber sentido una vez hacía ya demasiado tiempo. Un cosquilleo que creyó que no volver a sentir nunca más. Ese cosquilleo que le había llevado a tener lo más bonito de su vida: una hija.

Movió ligeramente la cabeza, como volviendo en sí al darse cuenta que esperaban su reacción, reconociendo el temblor de sus piernas al encontrarse con unos ojos que la miraban curiosos.

-Hola, soy Amelia - dijo ofreciéndole la mano para saludarla.

-Ho... ejem, hola - logró decir saliendo de su ensimismamiento - soy Luisita, la nueva ayudante de vestuario - contestó sin apenas poder moverse ni un milímetro de su lugar, para finalmente, estrechar la mano de la que sería su compañera de trabajo. Y justo en ese instante, todos los nervios que había estado sintiendo, se apaciguaron.

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Pues vamos con otra aventura no?

Diferente, muy diferente a la anterior, es una historia a la que le tengo muchísimo cariño.

La historia original la escribí para Maca y Esther, ahora la adapto o mejor, la re-escribo para que sea una historia de #Luimelia. Espero que os guste y/o al menos os entretenga. La estoy re-escribiendo y cambiando para adaptarla a ellas, incluso le he cambiado el título 🤣

Como ya "me vais conociendo" en esto de la escritura, los capis serán más o menos cortos (más o menos largos) jaja intentaré que sean más largos que cortos jajaja

Y nada, que por aquí ando de nuevo por si os apeteciera leer un rato.

Pd: Gaby, para tí, ya lo tienes jajajaja 😍

😘😘

RenacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora