30

6.3K 423 25
                                    

Bueno, vamos allá a ver.
_______________________________________


Se apartó de su cuerpo intentando recuperar la respiración, sonriendo al verla aún con los ojos cerrados y como ella, también con la respiración agitada. Besó su mentón para luego quitarle de la cara un par de mechones que ocultaba parte de sus ojos.

- ¿Qué tal? – preguntó riendo poniéndose de medio lado para mirarla.

- Uff… - decía respirando aun con dificultad – espera… deja… deja que me recupere – Sonreía volviendo el rostro para mirarla.

- Umm – atrajo a Amelia hacia ella abrazándola – qué bien.

- Oye y ¿esto lo hacíamos muy a menudo? – le preguntó pícara acariciando su torso desnudo.

- Jajajaja – no pudo evitar reír, más por el modo que lo había dicho que por decirlo en sí mismo.

- No te rías – protestó – lo digo en serio – siguió diciendo – porque digo yo que si lo hacíamos a menudo, deberíamos volver a recuperar viejas costumbres…

- Me parece una idea estupenda – contestó besándola levemente – y sí, lo hacíamos muy a menudo – contestó, subiéndola en su cuerpo y atrapando los labios con total dependencia – mucho.

- ¿A diario? – pregunto moviéndose ligeramente sobre ella, acomodándose en su cuerpo.

- Uhm... Y muchos días, varias veces – continuó acariciando su espalda.

- Me gusta esa idea – contestó con una sonrisa para volver a besarla instantes después.

- Mi amor – susurró una vez terminado el beso y mirándola a los ojos mientras la veía sonreír.


Se abrazaron una vez más, Amelia aún sobre el cuerpo de Luisita quien se aferraba a ella con necesidad, sintiendo la sensación más bonita del mundo, ahí, entre sus brazos, desnudas y tras hacer el amor. Definitivamente no podía haber nada mejor que eso.

- Cariño – llamó su atención tras un rato disfrutando de ese momento - ¿te has dormido? – preguntó al ver que no se movía.

- No - contestó levemente – estoy pensando – sonrió contra su pecho, Luisita acarició su espalda.

- ¿En qué? – preguntó.

- ¿Yo era buena actriz? – pregunto con tristeza en la voz, elevando la cabeza y apoyando el mentón en el pecho de Luisita para mirarla directamente a los ojos.

- Eras muy buena actriz – contestó rauda – muy buena – reiteró.

- ¿Entonces no tuve malas críticas? – preguntó una vez más – ¿no me machacaron?

- ¡No! Claro que no – continuó irguiéndose y haciendo que Amelia quedara sentada a su lado – te dieron una de las becas más prestigiosas de teatro, Amelia, claro que eras buena actriz – afirmó – la critica te amaba y tú te comías el escenario. Espera, ahora verás.

- ¿A dónde vas? – preguntó al ver que se movía y salía de la cama sin intención ninguna de tapar su desnudez.

- Espera un segundo – repitió a modo de respuesta saliendo de la habitación con rapidez y a los pocos segundos volvió con una carpeta en las manos – mira – comenzó a abrirla una vez se volvió a meter en la cama con ella.

- ¿Qué es todo eso? - preguntó algo confusa al ver lo que traía Luisita.

- Sin recortes de prensa de críticas tuyas – continuó – hacías papeles pequeños pero eras maravillosa – dijo mirando los recortes y sonriendo ante los titulares. – mira este: “Amelia Ledesma brilla con luz propia” – leyó el titular y se lo pasó a la morena que, sin palabras leía todo aquello y no podía creerlo.

- También me quitó esto – afirmó – pero no entiendo – dejó los papeles – ¿Por qué dejarme e incluso ayudarme a crear la compañía?

- Es que no lo sé, mi amor – contestó – pero algo me dice que eso es cosa de tu madre.

- Ya – fue lo único que pronunció porque no le sorprendía nada esa respuesta - ¿Tienes videos míos actuando?

- Alguno debí tener, sí – afirmó – en el ordenador, ¿Quieres que vaya por el y….

- Nooo – corto tumbándola de nuevo y tumbándose sobre ella otra vez – mañana me los enseñas, ahora no.
- Vale, me parece bien – contestó feliz de sentirla sobre su cuerpo.

- ¿Crees que podré volver a actuar como antes? – quiso saber y a Luisita le mataba esa inseguridad.

- Estoy convencida – contestó con convicción.

- ¿Me ayudarás?

- Siempre – contestó besando su cabello.

Quedaron en silencio durante unos minutos. Luisita no se atrevía a preguntar qué había pasado en Zaragoza y aunque se moría por saberlo esperaba que fuera la actriz quien le contara lo ocurrido.

- Luisita - llamó su atención una vez más - ¿Conoces algún buen abogado?

- Pues..– hizo memoria – si, Nacho – contestó – aunque hace años que no lo veo, no sé qué habrá sido de él – afirmó – es el ex de María.

- Creí que era lesbiana – dijo mirándola súbitamente.

- ¿María? Que va. Es lo más hetero que he conocido en mi vida – contestó segura.

- Pues ya me cae mejor – Afirmó riendo y provocando las risas de la rubia.

- Mira que eres tonta – le dio un golpecito en la espalda – pero ver, ¿Para qué quieres un abogado?

- Es que creo que debería hacer algo – la miró – por todo lo que nos han hecho, Luisita, mi padre, Hugo que es un… un…

- ¿De verdad quieres meterte en eso? - Amelia la miró sorprendida.

- ¿Es que te da igual todo lo que han hecho?

- Por supuesto que no, Amelia – dijo más seria – el daño que nos han hecho es terrible - la rabia se apoderaba de ella nada más pensarlo – pero estoy segura que no es tan simple – contestó – y que tu padre moverá todos los hilos que pueda e intentará hacernos más daño y no sé si no hará más mal que bien.

- Solo quiero informarme de las opciones – dijo para tranquilizarla – nada más. No voy a hacer nada que nos pueda perjudicar.

- Vale no sé, hablaré con María a ver si sigue teniendo su número – le dijo más calmada.

- Genial, gracias – sonrió, se acercó a ella y atrapó con lentitud sus labios en un beso que pretendía ser tranquilo y que poco a poco fue subiendo en intensidad - ¿Tienes sueño?

- No precisamente – dijo enarcando las cejas.

- Mejor – sonrió ampliamente antes de volver a besarla y acomodándose sobre su cuerpo para continuar con una noche en la que los suspiros, los besos y las caricias se alargaron hasta altas horas de la madrugada.

_______________________________________

Lo sé, me ha quedado cortísimo, de hecho creo que es el más corto de todo el fic.
Intentaré intentaré otro más tarde.

RenacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora