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Ok pues dejo otro por aquí.

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Aquella salida, de alguna forma, hacia marcado un antes y un después en si relación. A partir de ese día, comenzaron a conocerse más, a pasar más tiempo juntas, a contarse cosas, pedirse consejos, en definitiva, a partir de ese día, comenzaron a ser amigas.

Ese día, era uno de esos en los que se habían pasado todo el día sin parar de trabajar, con el estreno de la obra casi a las puertas, se veían más cargadas de trabajo, así que a la hora de salida estaban más cansadas que cualquier otro día.

- Qué ganas tengo de llegar a casa y darme un buen baño - pronunció Amelia con la voz realmente cansada al llegar junto a Luisita, quién, de la misma manera, firmaba el parte de salidas.

- Suerte que tienes - sonrió - yo ahora llego y tengo a un pequeño terremoto queriendo jugar.

- Bueno, es lo que tienen los niños a esa edad - le dijo comenzando a andar hacia la salida - que no entienden de horarios, ni de cansancios, ni nada de nada.

- Sí, eso está claro - contestó - y más la mía que ha debido salir a su madre.

Amelia frenó sus pasos y la miró al escuchar aquel comentario. Sentía verdadera curiosidad por aquella mujer enigmática que aún estaba dentro del corazón de Luisita y de la que la rubia se negaba a hablar. Lo había intentado varias veces, en varias ocasiones había intentado sacar el tema, pero la diseñadora siempre acababa cortando la conversación de forma brusca o llevándola hacia otra dirección con tal de no hablar del tema. Sin embargo, por mucho que lo intentara evitar y sin saber cómo, Luisita terminaba soltando algún comentario que implicaba a su vida en pareja.

-Así que tu ex era un terremoto - dijo con intención de ahondar un poco en el tema, solo un poco, pues sabía que Luisita solo hablaba de ella cuando ocurrían esos deslices.

- Un culo inquieto - rió.

- ¿Alguna vez me contarás qué pasó? - se atrevió a preguntar viéndola algo más receptiva que en otras ocasiones.

- ... - Luisita quedó un segundo en silencio ante aquella pregunta y no supo si fueron esos ojos a los que había quedado anclada los que le dieron las fuerzas para hablar del tema, pero de pronto se vio cogiendo aire para contarle toda su historia - ella......

- Amelia, cariño - interrumpió Hugo. Luisita se tensó y Amelia se incomodó al ver cortada esa conversación.

- Hola cariño - dijo saludándolo y sacando una sonrisa - ¿qué haces aquí?

- Venir a recoger a mi chica para invitarla a comer - dijo abrazándola mientras la besaba - ¿te apetece?

- Claro que me apetece - contestó y a Luisita le pareció realmente contenta por aquella sorpresa - mira, te presento - dijo mirando a su compañera - ella es Luisita - la señaló - y él es Hugo - sonrió abrazándolo por la cintura.

- ¿Así que tú eres la famosa Luisita?

- Luisa - corrigió la rubia - solo mis amigos me llaman Luisi o Luisita.

- Ehh, sí, claro, perdona - dijo Hugo un tanto cortado - es que Amelia habla tanto de ti, que ya es como si te conociera - extendió su mano - encantado.

- Igualmente - contestó con un tono neutral - y ella también me ha hablado de ti.

- Espero que cosas buenas - sonrió.

- Mira que eres tonto - pronunció Amelia un tanto confusa por la tensión que parecía haberse generado.

- Bueno, será mejor que me vaya - comentó a modo de despedida.

RenacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora