Renacer

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La explicación. Primera parte 😝😝🤣🤣

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-Así que al final decidiste volver a meterte en su vida – dijo en un tono muy ofensivo, incluso amenazador.

-No creería de verdad que iba a permitir que me separaran de mi mujer – contestó sintiendo como toda esa rabia contenida estaba a punto de explotar.

Hubo un silencio bastante incómodo. La tensión podía cortarse con un cuchillo, Luisita lo miraba con furia, casi con odio. Tomás Ledesma, mantenía su pose altiva y segura frente a ella.

-¿Sabes? Cuando Amelia me llamó y me comentó que había contratado a una chica nueva, no sé por qué me supuse que serías tú - dijo con desprecio.

-No esperaría que me quedara de brazos cruzados ¿no? – contestó – no me conoce en absoluto si pensó eso.

-Por supuesto que no te conozco – no la miraba – ni tengo ninguna intención de hacerlo. – la miró con una sonrisa – y como ya ves Amelia tampoco te conoce, hasta que no llegaste aquí, ni siquiera sabía que existías – terminó con intención de abrir más la herida.

-¡Porque usted no ha hecho más que meterle en la cabeza un montón de mentiras! –  elevó el tono – ¡le ha robado su vida! ¿qué clase de padre es usted que oculta a una hija toda su vida?

-Yo simplemente he omitido aspectos de ella que no me parecían correctos – se  defendía sin dejar en ningún momento su altanería.

- ¿Le parece correcto privar a una madre de su hija o a una hija de su madre? ¿¡Le parece correcto!? Lucía es su hija, ella tiene derecho a saberlo, a conocerla – dijo exasperada – y tiene derecho a saber que una vez me quiso por encima de todo ¡que habíamos vuelto a España para casarnos, por Dios!

-Esa niña – dijo haciendo un gesto de desagrado – no es nada de mi hija.

-Es su óvulo, lleva sus genes – contestó con rabia en la voz.

-Y como puedes comprobar tú ya no pintas nada en su vida – terminó de decir ignorando completamente su comentario.

-Porque usted se ha encargado muy bien de eso – dijo acercándose a él sin achantarse – se ha encargado de que no nos recuerde, que ni siquiera sepa que existimos – dio un paso más al frente – pero es cuestión de tiempo que lo haga, ella lo hará – pronunció y quizás se lo estaba diciendo más a ella misma que al capitán – nos recordará y entonces va a tener que darle muchas explicaciones.

-Bueno, veremos si eso es cierto – rió orgulloso – por el momento, a la vista está que sigue sin recordarte. Se va a casar con Hugo, ese sí es una buena opción para mi hija, no una enferma como tú – escupió.

-Aquí el único enfermo, señor, es usted – espetó con odio – el único que realmente está mal de la cabeza es usted – continuó – aunque dudo que ni el mejor médico del mundo pueda arreglar esa maldad que tiene – seguía diciendo – lo que ha hecho, capitán, es lo más ruin y rastrero que he visto hacer a alguien en mi vida. Le ha llenado la cabeza a su hija de mil mentiras, haciéndole creer en una vida que no es la suya – siguió firme, enfadada y muy frustrada - no le ha dejado ni el intento de recordar quién es ella misma y la ha convertido en una persona infeliz – Tomás se rio por aquella última afirmación.

-¿Infeliz? Jajaj – se mofaba – no me hagas reír por favor – decía ante la ira de la diseñadora – ella es feliz, va a casarse con el hombre del que está enamorada.

-No, no se confunda – dijo cortándolo – puede que haya logrado hacerla ser quien usted quería, pero esa no es la realidad. Esa Amelia que usted ha “creado” no es ni la mitad de feliz que lo era mi mujer – Tomás cerró los ojos asqueado ante aquel apelativo – sí, mi mujer – repitió con vehemencia - porque aunque no lo fuera en el papel si éramos una familia que usted se ha encargado de destruir, negándole la posibilidad de saber quién es ella y quienes éramos – lo odiaba tanto por todo lo que había hecho – y con ello la ha convertido en lo que es, en una persona que dista mucho de ser la mujer feliz, fuerte y segura que yo conocí.