Eva.
Saco del horno los brownies que hice con ayuda de Esteph para la pequeña fiesta de cuatro que tendremos, pues su madre cumple años y se lo importante que es para ella y para que no se la pase tan mal hoy.
- Huele delicioso. – Entran Leo y Diego a la cocina con cervezas. – No me esperaba menos de la mejor chef. – me abraza por los hombros.
La verdad es que desde aquella noche nada ha sido igual, pienso casi siempre en el en qué estará haciendo, mi mente no evita imaginarselo en los peores escenarios, incluso he llegado a soñar la noche en la que mataron a Carlos y es él quien lo hace frente a mis ojos. Ruedo los ojos fastidiada de tanto recuerdo de ese estúpido criminal.
- Odio recuperar horas, odio haber pedido vacaciones. – se queja Diego tomando una cerveza.
- Ni que lo digas, Esteph duró casi dos semanas quedándose hasta noche en la oficina. – digo sirviéndome Coca-Cola.
- Creí que se venían juntas. – dice Diego un poco confundido.
- No, yo me venía a casa y ella se quedaba. – niego bebiendo.
- Creí haberla visto salir como normalmente. – alza los hombros sin prestarle importancia, pues seguramente la confundió.
Esteph pone música en el estéreo de Leo, los cuatro nos la pasamos genial, haciendo chistes, jugando, comiendo y riendo. Esteph de vez en cuando se alejaba un poco y se quedaba con el celular, supongo que buscaba comunicarse con su madre.
- Escucha, esta mujer de aquí. – Leo me señala. – Es un sol, y por eso la quiero mucho. – ya parece muy ebrio junto a Esteph, son tal para cual, ambos se llevan genial y se divierten juntos.
- Gracias. – rio de ellos.
- Voy al baño. – avisa Esteph yéndose de la sala. Su celular comienza a sonar notificando que llegan mensajes.
- Que insistente. – dice Diego viendo la pantalla. El celular anuncia la entrada de una llamada, me asomo a revisar si es su madre o su hermano, pero la pantalla muestra a Gio así que la rechazo.
Iré lo más pronto que pueda, bella.
Debes inventar algo ya, porque vendrás conmigo.
De haber sabido lo de tu madre, hubiera estado contigo.
Desbloqueo el celular y veo toda la romántica conversación que estos dos tienen, sé que está mal revisar los celulares, pero me ha estado engañando también. Los mensajes llenos de "Te amo" y de "Te extraño". Apago la música revisando bien los mensajes, verificando que no esté malentendiendo las cosas, encuentro registro de llamadas, Leo y Diego me prestan atención sin preguntar qué sucede.
- ¡He regresado! – llega Esteph sonriente, cuando ve que tengo su celular en mano su cara cambia y su sonrisa desaparece. - ¿Qué haces con mi celular? – se acerca nerviosa, Leo y Diego nos miran a ambas.
- ¿Sigues saliendo con Giorgio? – pregunto mostrándole su celular. Por supuesto que siguen saliendo. – ¿De verdad? No salías tarde, te ibas con él en las noches – rio sarcástica sintiéndome una tonta por creer en ella, porque me ha traicionado y decepcionado, yo solo busco que ambas estemos bien y ella viene a arruinarlo todo metiéndose en problemas aun sabiendo la situación.
- Eva... - trata de acercarse, pero la alejo y le entrego su celular. – Eva iba a decírtelo. – me detiene.
- ¿Puedo ir con ustedes? La fiesta ha terminado. – me dirijo a Leo ignorando a Esteph, Leo asiente mirándola con lástima. – No, no te atrevas a tenerle lastima, ella también es una mentirosa. – ni siquiera volteo a verla. Tomo algo de mis cosas y salgo del piso.
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PHOENIX
Teen FictionTodos saben lo qué pasa con el fénix. El fénix se quemaba por completo y, al reducirse a cenizas, resurgía del huevo la misma ave fénix siempre única y eterna. Eso paso con Eva Carmont, la chica dulce que Dimitri Pavlovsky solía conocer tuvo que mor...