Semanas despues
Arregle todo en la empresa, oficialmente dejo de ser una practicante y tengo mi plaza. Al parecer a Esteph no la llamaron pero no importa pues si se va a Italia. Dimitri se fue al día siguiente de cuando llegamos a Madrid, papá ha estado llamado todos los días y prometió cuidar la casa de la abuela de mis hermanas. Esteph ha estado empacando para este día, pues hoy se va
- Dejaré mi taza así me recuerdas por las mañanas. - muestra su taza rosa. La miro melancólica pues nunca hemos estado tan lejos por tanto tiempo.
- Me harás llorar, ya basta. - la abrazo. - Te voy a extrañar mucho. - beso su mejilla. - Te quiero.
- Yo también te quiero. - sonríe. - Estaremos bien ¿Verdad?
- Estaremos bien. - asiento. - Dimitri vendrá justo mañana así que no estaré sola.
- Bien. - miro a Giorgio detrás de ella y lo señalo.
- Tienen que irse. - ella asiente. - Llámenme en cuanto lleguen. - besa mi mejilla, toma la mano de Giorgio y salen con sus cosas.
Me quedo sola en el departamento, miro a mi alrededor con un poco de tristeza, sonrío sintiendo como los ojos se me cristalizan. La puerta se abre asustandome y los brazos de Esteph me rodean.
- Te extrañaré mucho a pesar de que nos veremos siempre. - sonrío soltando unas lágrimas, ella sorbe su nariz haciendo notar que también llora. - Te quiero.
- Te quiero. - nos separamos. - Ahora ya vete. - ella ríe y asiente camina a la puerta y me lanza un beso. - ¡Bye! - la apuro y ella corre saliendo de casa.
- ¡Te amo, Eva, no lo olvides ! - grita en el pasillo, niego sonriente.
Unas horas más tarde me avisaron que habían llegado a Sicilia, y Esteph estaba muy emocionada por conocer el lugar, además que la casa era gigante y tenía un hermoso jardín y la vista de los viñedos es preciosa. Dimitri me llamó a la mañana siguiente avisando que ya venía camino a Madrid, que tenía que resolver algunos asuntos antes pero que debía estar lista para cenar juntos. Por lo tanto despues de terminar algunas cosas del trabajo que tenia pendientes me propuse a arreglarme, opte por un lindo vestido un poco ajustado negro y elegante, unos tacones altos y mi maquillaje lo termine con un labial rojo que Esteph me regalo ahora que se fue. Tocan la puerta y camino tomando mi bolsa a abrirla. Dimitri sonríe y luego por alguna razón su sonrisa desaparece.
- ¿Qué pasa? - miro mi atuendo encontrando algo malo pero no lo veo.
- ¿Labial rojo? - pregunta.
- Bueno... ¿no te gusta? - toco un poco mis labios y este suspira.
- Nunca usas labial rojo. - alza los hombros. Es cierto, nunca uso labial rojo. - ¿Nos vamos? - carraspea y asiento cerrando la puerta del departamento yendo con él hacia su coche.
En el camino le cuento todo de lo que se perdió estos días mientras en casa aun estaba Esteph y Giorgio. Sobre Esteph nerviosa porque Giorgio había mencionado el casamiento y toda la mudanza que fue una locura en casa. El solo me escucha y sonríe de vez en cuanto concentrado en el camino. Llegamos al lujoso restaurante cerca del centro de Madrid con una vista hermosa, nos dirigimos hacia nuestra mesa y de inmediato ordenamos.
- Esteph está muy preocupada porque no sabe nada de vinos. - rio al darme cuenta que Dimitri pidió un vino. - ¿ Y tú?
- ¿Yo? Se lo necesario. - niego riendo.
- No me has contado nada de como te ha ido. - digo y asiente.
- Tengo unos cuantos negocios aquí y en Barcelona, negocios de los cuales no quieres saber. - asiento notando lo distante que está.
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PHOENIX
Novela JuvenilTodos saben lo qué pasa con el fénix. El fénix se quemaba por completo y, al reducirse a cenizas, resurgía del huevo la misma ave fénix siempre única y eterna. Eso paso con Eva Carmont, la chica dulce que Dimitri Pavlovsky solía conocer tuvo que mor...