22

10 0 0
                                    

Han pasado semanas, Dimitri por cuestiones de trabajo aun sigue aquí y pasamos mucho tiempo juntos, Giorgio prácticamente lo obligó a acompañarme a Italia, pues yo ya lo tenía planeado, cerca de un mes he estado sin mi amiga y a pesar de que hablamos todas las noches nos extrañamos, así que tengo la oportunidad de este fin de semana viajar. Mañana por la mañana abordamos el jet hacia Sicilia, mientras Dimitri todo el día ha estado fuera de casa.

- Así que... ¿todo es muy serio? - pregunta Leo mientras cocina, yo lo observo desde el desayunador. - Me da un poco de gusto. - rio. - ¿Como esta Esteph?

- Bien, disfrutando Italia, al parecer se lleva muy bien con su suegra y ha sido su guía turística. - Esteph la describe como si fuera la mujer maravilla. - Mañana iré a visitarla.

- Me alegra... - tomo mi celular revisando los mensajes de Dimitri dejando de ponerle atención a Leo.

Dimi.

Esta mierda esta apunto de terminarse.

Estaré ahí en 5 minutos.

Estoy agotado, angel.

- Tengo que irme. - dejo la taza de té y me levanto.

- Crei qué cenariamos juntos. - me avergüenzo un poco pues me ha invitado porque Diego no está en la ciudad por trabajo y prometí que cenariamos juntos ya que Dimitri llega muy tarde.

- Lo siento, Leo, pero no creí que Dimitri llegara tan rápido. - me excuso tomando mis cosas del mesòn.

- Pues quedense ambos a cenar aquí, ya está casi listo.

- No, ¿estás loco? - rio negando. - No es buena idea. - Para ninguno de los dos.

- Venga, él entiende que somos amigos, no pasa nada... - le resta importancia y me mira muy confundido, niego mirandolo con ternura al ver su inocencia.

- Bye Leo. - le sonrio por última vez y salgo de su departamento topandome a Dimitri por el pasillo. - Hola. - sonrio y agito mi mano.

- ¿Que hacias con ese? - pregunta señalando la puerta del piso de Leo.

- Nada importante, ¿vamos adentro? - abro la puerta del departamento, puedo sentir como aún está confundido. Beso sus labios castamente y me lanzo al sofá viendo como se quita su saco y me acompaña. - ¿Qué tal estuvo?

- Bien, solo tonterías. - alza los hombros mientras juguetea con mi mano. - ¿Estás segura de ir mañana? - asiento mirándolo confundida.

- ¿Por qué?

- Nada. - niega sonriendo. - ¿Qué quieres cenar?

Decidimos pedir comida tailandesa para la cena, rápidamente fuimos a dormir pues entre su trabajo y el mío estábamos sumamente cansados, un poco más tarde Esteph me envió un mensaje diciendo que teníamos que hablar.

Teniendo todo listo por la mañana nos dirigimos a Italia en el jet, el camino solo dura 3 horas en las que ambos miramos la televisión, o más bien yo pues lo deje descansar un poco en la habitación.

- Hemos llegado. - la azafata que nos atendió toca la puerta, me levanto rápido y veo por la ventanilla a Esteph quien nos espera con Giorgio fuera de una camioneta negra, agita mi mano sonriente.

- Vamos. - Dimitri me toma de la mano y ambos salimos.

- ¡Eva! - Esteph se acerca corriendo y me abraza desestabilizándome. - Que felicidad que estas aquí, tengo mucho que mostrarte. - me toma de la mano. - Ah, hola Dimitri. - saluda dando una pequeña sonrisa. - Es hermoso Eva, no sabes. - sonríe contagiandome de su alegría. - La casa no queda aquí, en realidad estamos a unas horas, pero quiero que conozcas Palermo, no lo conozco bien pero...

PHOENIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora