Capítulo 49: Separados por los Signs

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Abril

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Abril

Desperté con un horrible dolor de cabeza. Intenté llevarme la mano al cráneo, pero algo me lo impidía. Entonces intenté abrir los ojos de una manera urgente. Entonces noté como mi cuerpo se entumecía, como mi sangre se helaba y cómo el terror inundaba cada célula de mi cuerpo.

Estaba atada de pies y manos en una silla. Comprobé que estaba completamente desnuda y sentí vergüenza. Esa emoción se fue de golpe cuando vi a Akin delante de mí, desnudo y atado como yo. Estaba inconsciente, pero sangraba por la sien derecha.

Le grité con todas mis fuerzas, llamándole una y otra vez para que se despertara. Pero él no reaccionó ¿Estaba muerto? ¿Qué le había hecho Adón? Como si hubiera escuchado mis pensamientos, el nombrado entró por la puerta. Noté como mi cuerpo temblaba sin remedio. Detrás de él, como siempre, entró Marc con una cara de maníaco ¿Disfrutaba con esto?

—Durante años he tenido a hombres Leales — dijo lentamente acercándose a mí — unos han sido fieles y otros han sido...

Miró a Marc para que acabara la frase.

—Incompetentes — dijo escupiendo la palabra.

—¡Eso! Incompetentes — dijo sonriendo y mirando mi cuerpo.

Me sentí débil. Estaba desnuda, dolorida, atada y plenamente a su merced. Su mirada era de lujuria, pero a la vez de maldad. Se podía ver en sus facciones que miles de cosas pasaban por su mente, sin poder decidirse. Al final miró a Akin y supe que había decidido qué hacer.

—Tengo que admitir — dijo ahora dirigiéndose a un lado de la sala — que no me esperaba vuestra relación.

Tragué saliva. Podría protestar, debatirle, dado que tenía la boca libre para hablar. Pero el miedo me paralizaba y no conseguía que saliese palabra alguna.

Comencé a zarambearme cuando vi que Adón había cogido unos alicates enormes y se dirigían a Akin. Comencé a chillar y a suplicarle que no lo hiciera.

—Habeís desobedecido la norma de "No tener niguna relación amorosa " — dijo puntualizando las últimas palabras.

En ese momento Marc se acercó a mí. Me miró con descaro y luego se posicionó en mi espalda. Noté cómo me acariciaba el pelo y después siguió por el cuello. Sentía asco, mucho asco. Adón notó lo que estaba haciendo su ayudante, pero no dijo nada, permitió que siguiese acosándome.

Después de los hombros llegó a mis pechos que estaban descubiertos. Me los manoseó y me pellizcó los pezones. Me dolió y sentí un calambre por todo mi cuerpo. Le di un cabezado en su pecho para apartarlo y a consecuencia me dio un golpe. Giré mi cabeza hacia la izquierda haciendo que mi pelo se posicionara a ese lado. Noté como Marc paró de golpearme.

Mientras esto sucedía, Akin despertó y comenzó a chillar. Adón comenzó a darle golpes. Por la cara, cuerpo, piernas ... Tiró los alicates al suelo (gracias a Dios) pero comenzó a darle puñetazos en la cara.

Saga Dones: Catarsis (Tercer libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora