Capítulo 24 : Tatuaje Extremo

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Abril

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Abril

Agradecí enormemente al investigador, cuyo nombre es muy difícil de pronunciar, por crear éste aparato llamado: Ordenador. Ese investigador tenía el don de ver el futuro y creaba las máquinas que veía en el futuro. Por esa razón a pesar de estar en el año 1710 estábamos muy avanzados en tema de maquinaria. Gracias al ordenador podía hacer mejor mis tatuajes y sin mencionar que creó también la máquina para hacer los tatuajes y no tenía que estar haciéndolo con aguja y tinta.

Sonreía como si fuera retrasada mientras tecleaba el ordenador. No podía evitar sonreír y mirar como una tonta perdida cuando estaba él. Hacía un año que Adón lo reclutó y hasta ahora no le había sido aprobado su Sign. El jefe sólo otorgaba el tatuaje aquello hombres dignos de su confianza y Akin había cumplido ese requisito.

Él, aparte de ser un buen guerrero, tenía unos dones muy curiosos y también hay que añadir que le gustaba presumir. Podía evadir cualquier don ofensivo, era un gran buscador y a la vez tenía el don de dominar y crear el fuego a su antojo. No he mencionado que el fuego que crea es de un color azulado muy bonito.

Siempre estábamos juntos. Cuando no estaba en el laboratorio, haciendo el trabajo más serio y a la vez más aburrido, ese que es perfeccionar los tatuajes, me iba a entrenar con Akin en la sala de entrenamientos. Nos batíamos en duelo, yo con mi escudo podía aludir su ataque de fuego. Pero en un ataque físico siempre perdía ante él. Akin, amablemente, se propuso a enseñarme como luchar. Es verdad que estaba Sora, unas de las mejores entrenadoras de la ODDSI, pero prefería entrenar con él.

Me encantaba su sonrisa, su guiño de ojos, su pelo pelirrojo como el mío largo a corta melena. Sus ojos grises cómo brillaban cuando le daba el sol y su cuerpo qué grácil parecía al moverse con tácticas marciales. Sí, me gustaba no lo podía negar, lo que no sé exactamente si el siente lo mismo por mí.

Mientras acababa de perfeccionar su Sign, poner su personalidad, sus dones, su carisma, sus gustos en la base de datos para que el ordenador me diese la idea de qué Sign le pertocaba, Akin no paraba de mirarme y a la vez se le notaba nervioso.

—¿Tienes miedo? — le pregunté retándole.

Él sonrió y se le escapó una mini carcajada. Eso hizo que me despistara de mi trabajo por un momento. ¿Qué tenía éste hombre que me absorbía con cualquier gesto que hacía?

—No, es sólo que no te he dicho toda la verdad de mis dones — dijo ahora poniéndose serio.

Dejé de teclear y lo miré extrañada. Intenté no sentirme molesta dado que éramos buenos amigos y no me lo había confesado. Dejé de lado el ordenador y me acerqué a él lentamente.

—Sería todo un detalle que me dijeras cuál es, dado que para hacerte el Sign adequado, tengo que saber todo de ti — le dije mirándole los ojos.

Por un momento sentí que sus ojos grises se hacían más grandes y me imitaban a entrar en ellos. Me vino una imagen de él y yo dándonos un beso. Rápidamente negué con la cabeza y esperé a que él dijera algo.

Saga Dones: Catarsis (Tercer libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora