Capítulo 20: Mi familia, mi nación

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Yutai, con ayuda de los animales, crió a sus cuatro hijos

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Yutai, con ayuda de los animales, crió a sus cuatro hijos. Ella los estuvo observando a la misma vez que observaba a los humanos. Había crecido una gran enemistad entre ellos, creando así cuatro familias diferentes.

Cómo no podían convivir juntos, cada familia se fue a un lugar distinto del mundo que había creador Yutai. La Diosa comenzó a trabajar sin descanso, cumpliendo los deseos de cada humano, ayudando a la naturaleza a que vuelva a reproducir fruto y a hacer que los ríos vuelvan a ser caudalosos.

La Mujer, le ayudaba en la medida de sus habilidades, intentando ser la intermediaria para poder dar la paz entre los animales y los humanos. Así lo hicieron y la paz llegó al mundo de una manera lenta pero nunca pausada.

Pasaron los años y Yutai seguía trabajando como nunca lo había hecho. Pero era una Diosa de naturaleza bastante vaga. Trabajar para ella, era algo que si lo pudiera evitar mejor. Así que miró a sus hijos, que aún eran unos niños, e hizo con magia que crecieran haciéndose adultos en menos de cinco días.

Para celebrarlo, convocó a todas las familias: humanos, animales y naturaleza, en el valle de la montaña Sagrada, esa que se refugió cuando los humanos la menospreciaron. Como era la Diosa y había traído la paz al mundo, complacieron a Yutai y obedecieron.

Cuando estuvieron todos reunidos, Yutai presentó a sus hijos y los quiso poner como gobernantes de cada familia. Al principio a los humanos no le gustó la idea que unos semidioses viviesen con ellos, dado que su diosa Yutai, permanecía aislada y lejos. Pero eso también era un impedimento dado que ellos necesitaban a un Dios cercano y que conociese cómo vivían para atender a sus necesidades.

Yutai expresó estas ventajas al ver que no aceptaban a sus hijos. La Mujer, para defender a su amiga, se puso en medio del prado y los convenció por medio de sus palabras, halagos y la dulzura que tanto la caracterizaba. Por fin los humanos aceptaron con la condición de que la Mujer hablase por ellos. Todos, incluida Yutai, estuvieron de acuerdo.

Los animales y la naturaleza dieron una ofrenda de minerales preciosos a Yutai, por agradecimiento a que diese a un hijo para su seguridad. La Diosa lo aceptó de buen grado y comenzó a nombrar a sus hijos.

Primero fue Kaliska. Era una joven hermosa de pelo largo de un color verdoso. Los ojos los tenía marrones y su piel de un color café. Ella se posicionó al lado de la Mujer y le sonrió. Rápidamente éstas dos mujeres sintieron una gran complicidad. Por este motivo, la Mujer puso a su propia familia llamada Kian* bajo el mandato de Kaliska. La Semidiosa le agradó el pueblo e hizo una reverencia a su madre señal de que aceptaba ese cargo.

En segundo lugar, fue presentado al pueblo Ranavalona. Era una joven delgada y esbelta. Sus ojos eran de color verde como las algas, su pelo liso era de un tono mágico azul. Su piel era blanquecina, depende de cómo la mirases parecía que no tuviese color.

La Mujer se acercó a la semidiosa y la observó detenidamente. Una niña pequeña de una familia, se le acercó y le levantó los brazos para que Ranavalona la cargase. Esta lo hizo y la niña le sonrió. La Mujer al ver la complicidad que tenía con esa niña, puso a la Semidiosa a cargo del pueblo de Neb*. A la semidiosa le agradó y rápidamente fue al lugar de esa familia con la niña en brazos.

Por tercer lugar, Yutai presentó a su primer varón llamado Esus. Era un joven blanco de piel, pelo corto y rubio. Ojos de color azul y unos colmillos enormes que a duras penas podía cerrar la boca. Su presencia era dominante pero muy atractiva.

Se acercó lentamente a la Mujer y ésta la observó con determinación. Por un breve momento se quedó absorta por su belleza, pero notó la mirada de Yutai y entonces se giró para mirar al pueblo. Sólo quedaban dos pueblos y dichas familias eran las más problemáticas. Eran las primeras en criticar y ver las faltas de las demás.

La Mujer vio en Esus algo de luz, a pesar de su imagen atractiva y a la vez repulsiva, pudo percibir bondad en él. Así que se dejó llevar por ese sentimiento y puso bajo su dominio el pueblo, que a pesar de que criticaba duramente, después eran los que se arrepentían sinceramente. Esa familia se llamaba Serk*.

Por último, Yutai presentó a su hijo benjamín, llamado Aini. Era un joven de pelo largo negro, ojos del mismo color y piel grisácea. Lo más característico de él, era que tenía dos grandes alas en sus espaldas y su cuerpo estaba mal formado, como si hubiera sido hecho con prisas.

Al escuchar su nombre se posicionó en medio de las familias con un aire de superioridad y ansias de ser venerado. De todos sus hijos, éste era igual que Yutai, dado que quería ser adorado como su madre.

La Mujer se acercó y no tuvo que decidir, dado que sólo quedaba una familia. Esa familia fue la que tuvo la idea de desterrar a los animales, la de separar las familias por ser mejores que las otras y los que egoístamente no dejaban comida. Aini sin esperar respuesta de la Mujer, se acercó al pueblo llamado Same* y produjo un grito de júbilo. El pueblo entero le siguió llenando el silencio en un cantico lúgubre.

Con la presentación del último hijo, todas las familias tuvieron a un Semidios encargado de sus necesidades. Yutai ya podía descansar y volver a dormir las veces que hicieran falta. Le dio suficiente poder a sus hijos para que éstos la usaran a su antojo. Había varias condiciones:

1 — No podía desobedecerle, dado que era su madre y la gran Diosa.

2 — No podían destruirse entre ellos, dado que provenían del mismo ser sagrado.

3 — Sus poderes eran ilimitados, pero no superiores a Yutai.

Con éstas condiciones, sus hijos se fueron a vivir con las familias y en ese momento empezó la era de la gran gloria. Las familias pasaron a llamarse Naciones.

 Las familias pasaron a llamarse Naciones

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Palabras del texto con *:

Kian: Antepasados del pueblo de Kiau. Durante el pasar de los años el pueblo pasó a llamarse Kiauntes. Kian significa "Planta" en el idioma de la Diosa.

Neb: Antepasado del pueblo de Nebai. Neb significa "Mar" en el idioma de Yutai.

Serk: Antepasados del pueblo de Serkan. Serk significa "desierto" en el idioma de Yutai.

Same: Antepasados del pueblo de Samán. Same significa "muerte" en el idioma de Yutai.

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