Capítulo 27: "En la boca del sapo"

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Abril

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Abril

Me quedé inmóvil cuando escuché el disparo. Miré a Zeth, éste estaba a mi lado mirando con odio a nuestro cazador. Egan estaba en el suelo, sangrando. Le habían disparado en el hombro y no dejaba de sangrar. Sin pensarlo dos veces me agaché a su lado e intenté pararle la hemorragia. Se me hacía raro hacerlo, dado que nosotros cuando nos disparaban sólo esperábamos a que nuestro cuerpo se regenerase, pero él era humano. Se iba a desangrar si no para la hemorragia.

—Zeth, a pesar de todos estos años... sigues con la idea de vengarte, ¿No te cansas?

—Vengar la muerte de mi familia, no es un capricho, sino una necesidad, Adón — respondió Zeth — igual cómo tu obsesión por Esmeralda.

Esto último no le gustó al jefe de la ODDSI, dado que usó su don contra Zeth y lo tumbó en el suelo. Yo me apresuré a quitarme la sudadera para taponar la herida del brazo. Egan cada vez se le notaba más cansado y daba chillidos. Mi amigo imitó al humano y ambos comenzaron hacer una canción aterradora de gritos.

—Creo que tenéis en vuestro poder algo que me pertenece — dijo suavemente —Así que exijo que me lo devolvéis si no queréis que los Zombis os merienden.

Levanté la cabeza y vi como ellos estaban ansiosos por devorarnos ¿Cómo los controlaban? ¿Cómo podían hacer caso a órdenes en vez de saciar su necesidad más primitiva?

—Ves a coger la mochila de Zeth — susurró Egan — y luego vuelve aquí. Haz tu escudo alrededor.

Asentí lentamente y me acerqué a mi amigo. Le quité la mochila. Claramente Adón quiso usar su don contra mí pero notó que no podía. Así que mandó a unos cuántos Zombis que me atacara. Me puse la mochila en mis espaldas y corrí hacia Egan. Éste me lanzó la Katana y con ella convertí los Zombis en cenizas. El jefe se quedó absorto por lo que podía hacer y apretó su mandíbula. Eso era mala señal. Rápidamente me acerqué a Egan y le ayudé a ponerse en pie.

—Abril — volvió a hablar Adón con una tranquilidad inhumana — os ganamos en número entrégame la mochila y os dejaré marchar.

—No confío en tu palabra — se me escapó.

—Yo menos — dijo Zeth con la cara en el asfalto.

—Está bien — respondió el jefe con alegría.

Entonces con su poder levantó a Zeth y lo llevó a la fuente del tenedor y comenzó a ahogarle. Me quedé de piedra y rápidamente quise ir ayudarle, pero Egan no me dejó acercarme. Le miré con enfado ¿Por qué me detenía?

—Devuélmeme la mochila o Zeth se ahogara — chilló.

—Pero si sois inmortales ¿no? — soltó Egan.

Todos nos quedamos mirando al humano. No recuerdo haberle dicho ese pequeño detalle ¿Cómo demonios lo sabía? Entonces caí en la cuenta que no sabíamos nada de él ¿Era un Gift y nos había engañado? ¿Era de la ODDSI y había esperado a que viniésemos para tendernos una trampa? Entonces lo solté de golpe haciendo que el perdiera el equilibrio y cayese al suelo.

Saga Dones: Catarsis (Tercer libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora