Capítulo 22: Un enemigo en común

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Abril

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Abril

Observaba muy asqueada las acumulaciones de basura. En cada esquina que giraba se amontonaba botellas de plástico, bolsas de patatas, entre otras cosas que prefería no saber que era. Miré el mapa de las alcantarillas con determinación. Por una parte, para no mirar los desechos que me daban arcadas y por otra parte era para orientarme dado que las alcantarillas eran muy grandes.

Escuché un ruido y miré atrás para ver lo que pasaba. Me seguían una veintena de Zombis, pero uno de ellos consiguió coger una rata. Otro al ver el premio que había conseguido se lo quiso robar. Acto seguido comenzaron a pelearse. Rodé los ojos con fastidio. Saqué una piedra y lo tiré delante de mí. Los Zombis que se estaban peleando, junto con los otros, se distrajeron y siguieron el ruido de la piedra. Seguimos con nuestra rutina.

El plan era muy sencillo. Las alcantarillas del campo de fútbol con la del centro comercial Splau, estaban conectadas. Tenía que encontrar la entrada de las alcantarillas que daban enfrente de un sitio de juegos recreativos. Haría que los zombis se colaran por allí y eso cumplirían su parte del plan que era: La distracción.

Por otra parte, Zeth y Egan tendrían que entrar dentro de los coches de los guardias que salían a buscar suministros. Así cuando los Zombis formaran el caos los tres, ya estando dentro, podríamos ir en busca del libro.

Por ahora íbamos bien. Caminaba entre los Zombis, gracias a mi escudo no me veían y había estado entrenando para también tapar el sonido y el olor. Ahora era inmune entre ellos. Mi misión era llevarlos por las cloacas hasta el sitio A, los juegos recreativos. Por ello tiraba piedras para que siguiesen caminado.

No hace falta decir que el olor era repugnante. Entre los seres y la basura me costaba bastante retener el vómito ¿Por qué siempre me toca a mí embarrarme? Al menos no estaba encerrada haciendo Signs, volvía hacer misiones en las calles. Eso me gustaba. Necesitaba acción.

Ya han llegado — escuché que decía Zeth por el auricular.

—Perfecto, casi hemos llegado —Contesté mirando el mapa. Sólo nos quedaba unos metros— Recordarme cuando salgamos de ésta, de daros una paliza, siempre me toca a mí hacer el trabajo más guarro.

Eres mi ángel de la guarda — dijo Egan en tono seductor.

Me quedé paralizada por un momento. Ese tono me hizo recordar algo que en mucho tiempo he querido enterrar. El dolor, la ausencia, la rabia... Negué con la cabeza y constaté que habíamos llegado por fin a la salida.

En ese momento escuché, por los auriculares, como Egan se daba a conocer a los guardias. Iba conforme al plan. Seguramente Zeth ya estaba en la posición que le tocaba.

Entonces dejé un altavoz pequeño en el suelo de la alcantarilla y subi por las escaleras. Cogí mi MP4 e hice que sonase música. Todos los Zombis se concentraron en ese lugar. Llegué hasta la tapa y con un destornillador eléctrico comencé a destornillar. Mientras escuchaba con atención la conversación que tenía Egan con los guardias hasta que...

Saga Dones: Catarsis (Tercer libro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora