-¿Por qué tengo que hacer esto?- preguntó Emilia, mientras un cachorro le mastica el pelo-. Ni siquiera soy su tía.
-A ustedes nomás se les ocurre querer venir a visitarme mientras hago de niñera y acceden a hacerlo también- reí, meciendo en brazos al pequeño lobo bebé.
-Lo se, pero, no sabíamos que era complicado- Manuela suspiró, sin saber qué hacer con el lobo bebé que llora y se remueve en sus brazos-. ¿Qué le hago?
-Pásamelo- pedí, dejando al bebé dormido en el almohadón que está entre mis piernas para tomar al cochorro, abrazándole-. Debes ser un buen niño, ¿si?- el pequeño me miró-. Entiendo que estés nervioso por olores nuevos pero no puedes ser malo con quienes son distintos.
Él refunfuñó pero asintió, apegándose a mi pecho, quedándose calmadito.
-Buen chico- acaricié su espalda y el bebé recién nacido empezó a llorar.
Un olor fétido atacó mis fosas nasales.
-Alguien aquí necesita un cambio de pañales- informé en voz alta y una nodriza se llevó al más pequeño, bañando el lugar en perfume-. Uff, si que estuvo fuerte.
-Isa, te necesitamos aquí fuera- me avisó alguien desde la puerta.
-Ya voy- avisé y miré al cachorro que cargo en brazos-. Ve a jugar, ¿si? Pórtate bien.
Le dejé en el suelo, le di un besito en la frente y me levanté, acercándome a Emilia y el otro pequeño.
-¿Por qué no vas a jugar?- le propuse y se levantó de un salto, saliendo corriendo junto al otro.
-Si que está difícil- suspiró cansada Emilia.
Manuela la ayudó a levantarse del suelo.
-¿Por qué no van a comer algo en la cafetería? Así descansan un poco- propuse.
-¿Y tú? Ven con nosotras, tu también trabajaste duro- habló Emilia.
-Iré a ver qué sucede fuera y regreso. Vayan yendo y pidan algo por mi.
Ni bien cruzamos el umbral de la puerta, sentí gran tensión en todos. Los murmullos dieron a entender perfectamente la presencia que siento; hay un vampiro cerca de nuestras tierras.
Sonreí de manera tranquila y caminé hacia donde siento la presencia. Allí está mi padre junto a un vampiro que no conozco; mi madre también está presente y la tensión es mayor.
Me quedé algo lejos, sin interponerme para que el desconocido no me vea o estaré en problemas cuando nos veamos en el reino.
-Señor, ya le dijimos que no pueda estar en esta zona- indicó mi madre, de forma seria pero amable.
-¿Por qué no? ¿Acaso soy discriminado aquí?- preguntó el desconocido, enojado.
-Ya le explicamos; hay niños pequeños y no es un buen lugar para otros seres, sin importar la especie- habló mi padre.
Nuestras miradas chocaron por un instante; él negó con la cabeza y me alejé, encontrándome con varios chusmeando.
-Es solo otro ser que no es de la manada, no es un show de circo o algo así- les hablé, viendo como me miran como si les estuviera regañando-. Vuelvan a sus actividades, no hay nada que ver aquí.
-¡Bella!- escuché el grito de mi padre es el idioma vampírico.
Me giré. El vampiro está a pocos metros de un muchacho que parece paralizado. Corrí, estirando mi mano.
Impacté contra su garganta y apreté; veo sus colmillos sobresalir con la clara intensión de morderme. Su mano apretó mi brazo, clavándome sus garras. Tiré de él y le di un rodillazo, inclinándole lo suficiente para dejarlo en el suelo. Tomé sus brazos hacia atrás, inmovilizándole. Ahí el chico reaccionó y se fue corriendo.
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La Híbrida
VampireEsta historia es una de las más obvias de todas... Trata de una niña híbrida entre vampiro (por el lado del padre) y licántropo (por el lado de la madre), que además es sirena. ¿Típico? Puede ser XD Aquí narraré sus aventuras junto a sus amigos Perl...