Capítulo 24 - Sirenas.

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A la mañana, no me tomé la pastilla para poder cambiar a sirena; lo comenté en el desayuno y lo aceptaron.

-Podríamos ir todos juntos a hacer turismo; escuché que en la ciudad próxima tienen museos y exposiciones de arte- indicó mamá.

-Nunca fui a uno- habló Víctor.

-Yo hace mucho que no voy a un museo, sería interesante- pronunció Perla.

-Entonces, vamos a prepararnos y salimos- mencionó mamá.

-¿Van a anotarse a ese concurso?- preguntó papá-. Me salió un anuncio en la computadora del mismo.

-No estaría mal- mencioné.

-Creo que será divertido- indicó Perla y asentí.

Terminamos de comer en una charla amena, nos vestimos y salimos de casa en el coche. Pasamos por el centro de turismo donde están las inscripciones y nos dieron una lista con los vestuarios que teníamos que traer, aunque era opcional. Las vestimentas son; un traje de baño, un disfraz y un conjunto de prendas de vestir que use normalmente. El concurso es dentro de unos días pero creo que será fácil elegir la ropa.

El traje de baño ya lo teníamos, la ropa típica era lo más sencillo y el disfraz va a ser lo más complicado de hacer, pero es posible.

Una vez lista la inscripción, volvimos al coche y mamá condujo usando el GPS del vehículo para llegar al museo.

-¿De qué se van a disfrazar?- preguntó Víctor.

-Voy a ser un de esas participantes de los concursos de Miss lo que sea- dijo Perla, decidida-. Un vestido, el listón, un peinado bonito, maquillaje natural y listo.

-Yo no lo se- suspiré.

-Demuestra lo que eres en verdad y ya- sugirió Perla-. Digo, sabes controlarte bien, así que puedes ser una vampira.

-No es mala idea- dijo mi padre, en un tono orgulloso.

Sonreí.

-Quizás no es mala idea- comenté.

(...)

Tras haber ido a un museo de objetos antiguos donde papá hizo de guía al saber más historia que el guía del lugar, almorzamos en la cafetería del lugar y luego fuimos a una exposición de arte.

Recién a la noche volvimos, comimos, dormí en mi propia cama lo que mi cuerpo pide y con el permiso de mi padre, fui al lago.

Vi a un grupo de personas correr hasta el borde del agua y saltar, transformándose riendo al caer por la baja altura del agua, para luego verme y permanecer estáticos.

-¿Tú eres la que ayudó el otro día, verdad?- dijo una de las sirenas, mirándome fijamente, con un tono imponente.

-Si...- afirmé.

Ella sonrió y alargó su mano hacia mi.

-Ven- dijo.

Me acerqué y al tocar el agua, caí de cara. El agua me atajó y bajé suave gracias a uno de los tritones del grupo.

-¿Estás de visita o te has mudado?- preguntó la misma criatura-. No te he visto nunca en ninguna reunión mundial antes. ¿Eres nueva, verdad?

-Algo así, soy de otra zona, nunca vi a un grupo de sirenas o tritones- dije.

-Ven con nosotros- dijo y empezó a nadar, seguida por los otros y no dudé en seguirles.

Por lo que me fueron contando, todas las noches hacían reuniones para comunicarse noticias, eventos, hablar y tener a alguien con quien compartir las memorias. Todo esto ocurre más allá de lo que un humano normal podría ver bajo el agua, ya que está en el fondo del lago, pasando por una abertura de debajo de la montaña, en una parte que es una ciudad hundida.

La ciudad tiene varios edificios de piedra cubierta por flora marina.

-Esto antes era territorio de brujas, pero una maldición las hundió y dejaron la zona para los mitad pez- explicó un tritón-. Los edificios están a nivel del mar y extrañamente tienen aire. Además de una barrera que logra transmutar el cuerpo para tener piernas en cuestión de instantes pero no pueden pasar otras especies.

Nos acercamos a uno de los edificios, ingresando por una abertura mayor que supongo que sería la puerta. Al pasar, automáticamente mi cuerpo cambió y pisé el suelo con mis pies. Hay más personas aquí, todos podrían hacerse pasar por humanos normales, solamente su aura es diferente.

Nos reunimos en una sala circular con cojines en el suelo.

Me presenté y ellos igual; algunos son mitad pez por haber nacido seres marinos y se transforman en humanos, lo contrario a lo mío.

-También hay seres que parecen pescados pero con piernas humanas en vez de aleta, pero la mayoría se extingue en la infancia- mencionó una de las presente.

Empezaron a hablar de experiencias, era entretenido aunque no hablé.

-Hay barcos pesqueros en la zona suroeste; están más agresivos que las veces anteriores. Vayan con cuidado y en grupos, por lo posible- habló la sirena que me trajo hacia aquí-. Es todo por hoy.

No recuerdo el camino a casa, por lo que un tritón del grupo de antes me acompañó. A mitad del camino sentí olor a sangre mezclada en el agua, por lo que me dirigí hacia allí con rapidez. El tritón me siguió, casi sin poder seguirme el paso.

A lo lejos, vi a la sirena que me trajo al grupo; estaba gritando, pidiendo ayuda y hay una mancha roja a su alrededor.

-Sáquenla de aquí, rápido- demandó ella, empujando a una sirena más pequeña que está paralizada a un lado.

El tritón la agarró en brazos y me acerqué a la mayor. Una lanza está clavada en su aleta y la parte baja está enredada con una trampa para peces que sigue unida a uno de los barcos pesqueros que está en la superficie.

Corté la soga con mis dientes y le agarré la mano, para ir rápidamente junto a la novata y al chico a la orilla.

-¿Cómo saliste herida?- pregunté.

-Por proteger a la pequeña me descuidé, pero es lo que un líder debe hacer- dijo, sin arrepentirse.

Tras haberse secado, el chico la curó con sus poderes.

-Tengo que irme, lo siento- dije, al ver que salía el sol.

-Vuelve cuando gustes- dijo la niña, con una pequeña sonrisa.

-Y por lo posible, ve al grupo marino más cercano. Todos necesitamos amigos- dijo el chico.

Regresé a la casa, encontrándome a mi madre despierta. Le conté todo lo sucedido, mientras hacíamos el desayuno.

-De seguro a Víctor le hubiera encantado ir- mencioné.

-Es probable- habló mamá.

-¿Y papá?- pregunté, sin verle.

-Fue a descansar un poco. Los vampiros no necesitarán dormir pero tu padre lleva sin descansar bastante tiempo, así que decidió hacer una siesta- respondió-. Aún queda sangre en los termos por si quieres un poco.

-Más tarde cuando se despierten mis amigos.


(Continuará...)

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