La Híbrida

Capítulo 20 - Vestido.

Al salir de la clase, mamá me fue a buscar, lo cual se me hizo extraño ya que suelo ir caminando a casa con mis amigos. Empezó a conducir hacia una zona a la que no solemos ir.

Noto indecisión en su rostro.

-¿Tienes mucha tarea?- preguntó.

-No tanta, tan solo quedó para hacer una actividad en grupo con Perla y Víctor, vamos a hacer todo en el recreo- mencioné.

-¿Sabes a qué fecha estamos?- me preguntó, algo nerviosa.

-Falta un mes para terminar las clases- respondí.

Ella frenó, sin destrabar las puertas y sin quitarse el cinturón.

-¿Podemos tener una charla seria?- habló, girándose en su asiento para verme.

-Está bien- dejé mi mochila junto a mis pies y giré apenas para verle.

-Primero que nada, quiero que sepas que estoy orgullosa de quien eres, recuérdalo siempre, ¿si?- habló y asentí-. Te pediré que no salgas corriendo como yo hice en su momento- sonrió melancólica-. Los mayores de la manada están pidiendo que se haga el pase de poder; pero llegué a un acuerdo con ellos.

-Te escucho.

-Acepta el pase del poder; pero menciona que vas a tomar un perfil bajo, dejándome a cargo mientras terminar tus estudios. Así aplazas indefinidamente ser la líder- mencionó y tomó mis manos-. Todos en la manada te respetan, eres quien está creando productos para ayudarnos a todos; harás esta manada más fuerte que nunca. Los mayores me han dicho que esperan con ansias tu asenso al mando.

-Soy una híbrida, ¿van a aceptarme con tal ansia si lo supiera?- hablé.

-Que digas algo así es como que digas que eres heterosexual u homosexual; eso da igual- rió bajito-. Solo importa cómo eres, no qué eres.

-Pero, ¿qué hay de Víctor? Mi pareja es humana- recordé.

-Y todos piensan que tu padre también lo es, ¿recuerdas?- asentí, recordándolo-. Tienes más madera de líder que muchos otros, aunque no lo pienses así.

Desvié la mirada y suspiró, acariciando mis manos con las suyas.

-¿Qué te parece si seguimos con ese acuerdo? Habrá una linda ceremonia para dejar a todos tranquilos y seguimos con nuestras vidas- mencionó, liberando mis manos y asentí, convencida-. ¿Quieres hacerme alguna pregunta?

-Solo una- ella me miró, asintiendo apenas para que hable-. ¿Qué hacemos aquí?

Ella sonrió divertida.

-Me alegra que lo preguntes; aquí está el local donde una muchacha de la manada crea vestidos a medida. Es de los pocos locales en la ciudad y serán más en un futuro- indicó-. Si aceptabas como esperaba que fuera, aquí te diseñarán un vestido.

-¿Y si no aceptaba?- pregunté con curiosidad.

-Volveríamos a casa y tendría que disculparme con la chica- indicó.

Destrabó la puerta, nos quitamos la seguridad y bajamos del vehículo.

Cruzamos la calle para ir a la tienda; es pequeñita pero tiene muchísimos vestidos. Miré los modelos disponibles pero ninguno me agradó del todo, así que opté por un vestido a medida.

La modista es una mujer que aparenta unos veintitantos años, me atendió con una gran sonrisa. Nos hizo pasar a unos sillones a un costado y empezamos a hablar de cómo sería. Fui tomando ideas de los demás vestidos, seleccionando particularmente lo que me gustaba de cada uno; terminamos diseñando un vestido de escote corazón sin tiras ni mangas, con una falda plato con caída cascada de color lila con destalles en violeta, llevando un cierre en la parte de atrás.

-Gracias por hacer este trabajo- mencioné en cuanto terminamos y sonrió aún más.

-Gracias por permitirme hacerlo; espero lograr hacer realidad tu vestido soñado- habló con emoción-. En serio, muchas gracias.

-Lo dejamos en tus manos- sonrió mamá, levantándose.

Nos despedimos y salimos de allí.

-Ella desde que nació es fanática de todo esto de diseñar. Siempre supe que su sueño era hacer un traje para alguien de la familia alfa para demostrar su talento; no suele tener muchos pedidos por su corta edad, pero los trabajos que hacen son buenos- explicó mi madre y sonreí.

-Que lindo que le gusta lo que hace- mencioné.

-Le estás cumpliendo un sueño, espero que a ti también te gusten sus trabajos.

Subimos al auto.

-Lamento que tengas que subir al poder a tan pronta edad; yo lo hice cuando ya tenía más de veinte años pero porque mi padre no quería dejar de ser el líder pero la guerra se llevó su vida- mencionó con tristeza, sin encender el motor; giró a verme-. Intentaré hacer todo lo posible para que tengas la mayor cantidad de tiempo para disfrutar y de ser posible que estés más de treinta años sin ser la alfa al mando.

-Está bien- sonreí tranquila-. No tienes que disculparte, tu también tuviste que pasar por esto y sin el apoyo de tus padres; fuiste muy valiente y me criaste bien. No huiré porque sea difícil. Además, eres una muy buena alfa, aprenderé bien de ti y trataré de hacer de este mundo un lugar más feliz para ti y para papá.

Vi conmoción y alegría en su rostro.

-Ven aquí y dame un abrazo- estiró sus brazos y no dudé en abrazarla-. Sin duda eres la más valiente de todas las niñas del mundo.

-Gracias, te quiero mamá- ella dejó de abrazarme y se colocó el cinturón de seguridad, por lo que hice lo mismo-. Además de que en la reunión irán varios líderes más, papá está entre los líderes aliados, por lo que ambos estarán ahí juntos.

-Tienes razón- sonrió, encendiendo el motor para retomar camino hacia casa-. Tu padre no pudo estar conmigo en mi ceremonia por más que cargaba su bebé en mi vientre y me emociona saber que volverá a estar para otro de tus progresos.

-¿Como cuando fue mi primer egreso?- recordé cuando me gradué del colegio primario y ambas reímos.

-Esta vez llegará a tiempo; gracias a tus ingeniosas pastillas y cremas, no tendrá que volver a pasar treinta minutos mirando todo desde un coche y peleando con un policía para que le dejen estar estacionado en donde no se debía para verte- sonreímos ante el recuerdo-. Aunque era eso o que se quemara en la primera media hora del evento.

-Hizo lo posible para estar ahí; ese es mi papá- sonreí tranquila.

-Si la persona con la que sales no puede ser o superar a tu padre, no te conformes con menos- mencionó.

-Sin duda Víctor es el indicado.

-¿Te provoca mariposas en el estómago?

-Más bien, me da paz- respondí y asintió lentamente-. Me siento segura por más que quizás yo le defienda a él.

-Que lindo que es el amor.

-Sin duda.

(Continuará...)