Capítulo LXXXIV.

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-¡Un vampiro atacó a Isa!- gritó alguien, despertándome.

Abrí mis ojos, viendo como hay varios licántropos ya transformados, gruñendo.

-¿Qué sucede?- pregunté, abriendo mis ojos.

-¿Estás viva?- preguntó otro, mirándome con miedo.

-Pues claro- reí y me giré a ver a papá; está dormido, realmente dormido.

Le di un beso en la mejilla, despertándole un poco.

-Hola pequeña- él me abrazó-. ¿Qué tal todo? ¿Dormiste bien?

Asentí, dejándome abrazar.

-¿Qué hacen durmiendo fuera?- mamá apareció, vestida con traje elegante.

-Lo siento, nos quedamos jugando hasta temprano y luego nos dormimos sin querer- mi padre se levantó, cargándome en brazos-. Cierta niña no quiso bañarse antes de ir a dormir y me dormí con ella.

-Está bien. Bella, ve a bañarte. Cariño, ya lo sabes- mamá nos mandó a casa y ni nos negamos.

Quise bajarme pero él siguió cargándome hasta llegar a la casa. Mamá abrió la puerta, papá me dejó pisar suelo y corrí al baño.

(...)

Tras darme una ducha, papá pasó a bañarse mientras yo me cambio y almuerzo algo.

Realmente tenía hambre por lo que no dudé en devorando la comida que mamá me dejó preparada.

-Pequeña, iremos a una conferencia- avisó mamá, acomodándose su traje.

-¿Los dos?- noté que ambos llevan traje del mismo color y detalles en dorado.

-No será mucho tiempo- papá acomodó su cabello.

-¿Puedo ir?- pregunté.

-Estarás mejor aquí; se puede volver salvaje- papá me sonrió.

-Seré de refuerzo- sonreí emocionada.

-Mejor quédate aquí- mamá acarició mi cabello-. Y no te quites el collar.

-Está bien- sonreí, tocando el collar de color negro-. Suerte.

-Dejamos todo organizado, tómalo como unas pequeñas vacaciones- mamá besó mi frente-. Nos veremos pronto.

Ambos se fueron y suspiré. Terminé de comer y fui a mi verdadero hogar para hacer una limpieza profunda al lugar.

(...)

-Oye, ¿de verdad no quieres ir a cazar monstruos?- preguntó Víctor, abrazándome por detrás.

-Claro, son mis vacaciones- sonreí.

-Al fin podemos ver una película tranquilos y solitos- mencionó él, besando mi nuca.

-Ni creas que me harán tía en medio de la película- Emilia salió de la cocina y se sentó a mi lado.

-Es verdad- Manuela se acercó también, sentándose al lado de su novia.

-Trajimos la comida- Juan ingresó junto a Thomas.

Nos dieron nuestros vasos y repartieron los tarros de pochoclos dulces con caramelo. Despausé la película  y me acomodé.

Víctor se sentó detrás de mi, acariciando mi cabello con una mano y comiendo con la otra.

(...)

Soltamos una carcajada ante una escena muy muy chistosa. Un olor putrefacto llegó a mis fosas nasales junto a gritos espantosos.

Suspiré y lo ignoré.

La HíbridaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora