Tienes una cita (fanfic n.h)

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Ahora.

—Ha lugar —señala la jueza, mirando al abogado de Theo—. ¿A dónde quiere llegar?

—Voy a pasar a la siguiente pregunta, Su Señoría.

La jueza asiente, pero mantiene su expresión severa.

—Vinka, ¿has estado fuera de la ciudad en los últimos cuatro meses?

Niall y yo nos miramos durante una pizca de segundo, estoy segura de que está sintiendo lo mismo que yo. No puedo mentir, pero creo saber hacia dónde va esto.

—Sí —admito.

—¿Podrías decirme dónde has estado?

¿Cómo demonios lo supo?

—Objeción —Interviene Blar, pero no suena muy convencido. Solo me está lanzando un salvavidas—. ¿Qué incidencia tiene esto en el caso?

—No ha lugar.

Me muerdo el interior del labio para liberar un poco de tensión, pero no funciona.

—¿Vinka? —insiste el abogado.

—En Tramore.

—En Tramore. ¿No es ahí dónde la madre del imputado tiene un inmueble?

—Así es —confieso, en un hilo de voz.

No soy capaz de mirar a Maura y Chris en este momento.

—¿Fuiste tú sola hasta allá?

—No.

—¿Quién te acompañó?

Estoy segura de que este hombre está disfrutando mucho de este momento.

—Niall.

—¿Podrías hablar más fuerte, Vinka?

—Niall —repito—. Niall fue conmigo.

—¿Fueron por el día?

—Fuimos un fin de semana.

—¿Dónde alojaron?

Solo siento ganas de gritar.

—En la casa de Maura.

—¿Ella lo sabía?

—No. Ella no lo sabía hasta ahora.

El abogado levanta las cejas en una expresión de circunstancia. Cuánto lo está disfrutando, el cabrón.

—¿Desde cuándo sabes que Niall volvió al país?

—Desde el 1 de enero de este año.

—Gracias, Vinka. Muchas gracias.

En cuanto sale de mi vista, siento que al fin puedo respirar otra vez y arrastro las yemas de mis dedos por toda mi cara, dejando salir lentamente el aire que tenía atrapado en mi interior. No sé cómo voy a mirar a la familia de Niall desde ahora. Simplemente no podré. Y si Greg ya tenía algo de resentimiento hacia mí, ahora será aún peor.

—Puedes volver a tu lugar, Vinka —me indica la jueza.

Siento que me baja la presión apenas me siento junto a Harry. Me apoyo en el respaldo del asiento y me aflojo mi cuerpo poco a poco.

—Llamo a declarar a Lana Curran —escucho decir a Blar a lo lejos.

Harry me mira sin decir nada.

—Cómo demonios lo supo —me lamento despacio. Estoy tan enojada que mis ojos se llenan de lágrimas, aunque no sienta ganas de llorar.

—Sabía que ese viaje era una pésima idea, se los dije desde el principio —susurra Harry.