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Antes.

Apenas acaba de comenzar diciembre y ya hay un árbol de Navidad en medio del patio del colegio.

Cada año, los estudiantes utilizan el árbol de Navidad para colgar mensajes anónimos entremedio de los adornos. Algunos mensajes son lindos, muchas veces encuentras declaraciones de amor o cumplidos, pero algunas personas arruinan todo escribiendo mensajes crueles, aprovechándose del anonimato. Ni siquiera sé cómo comenzó esta tradición escolar, simplemente sucede cada año.

Me acerco al árbol durante el recreo, solo para leer los pequeños papeles que cuelgan de él. Voy caminando alrededor, hasta que me encuentro con Harry del otro lado.

—¿Algún mensaje para ti? —le pregunto sonriente.

Sonríe de medio lado y saca un papel.

«Harry S: Cuídate mucho.»

—¿Cuidarte? ¿Cuidarte de qué?

Harry se encoge de hombros y se mete el papel al bolsillo. Es un mensaje extraño, no sé si interpretarlo como una amenaza o como una preocupación genuinamente adorable de parte de alguien más.

Entrecierro los ojos y me quedo mirándolo divertida.

—¿Qué? —medio se ríe.

—¡Tal vez le gustas a alguien!

—No lo creo. —Se ríe.

—¡Oye! —exclamo cuando recuerdo que Niall lo invitó al partido de fútbol del fin de semana—. No sabía que tú y Niall fuesen tan amigos.

Se limita a hacer un gesto con las cejas para parecer más cool.

—No te preocupes, no voy a quitártelo.

—Muy gracioso. —Finjo el amago de empujarlo—. ¿Qué tal estuvo el partido del fin de semana?

—Genial, ganamos por 3 a 1. Tal vez volvamos a jugar este fin de semana.

—¡Vaya!

Mi celular vibra con un mensaje de Niall:

«¿Ya desayunaste?»

Tecleo mi respuesta con una gran sensación de orgullo, que probablemente nadie más podría comprender:

«¡Sí! No lo olvidé esta vez»

Harry y yo nos sentamos en una de las mesas de picnic. Lo miro, cuestionándome qué tan amigos serán él y Niall. O, al menos, sobre qué cosas hablan.

—Oye, Harry. ¿Niall y tú hablan sobre cosas profundas?

La expresión confundida en su rostro es suficiente para saber que necesito explayarme más.

—Niall terminó conmigo hace algún tiempo con una muy mala excusa. Nunca supe realmente por qué lo hizo, pero hace poco su mejor amiga me dijo que lo ha visto muy estresado y tampoco entiende por qué. Entonces estoy pensando que tal vez tú puedas haber notado algo.

Eleva las cejas ligeramente y frunce los labios.

—No lo sé, V.

Me lamento con un suspiro.

—Solo puedo decirte que, si algo le pasa, creo que debería confiar en ti y decírtelo. ¿Has intentado preguntárselo directamente?

—Lo he intentado, pero dice que está bien, que solo son los cambios por los que ha pasado este año.

—¿Y le crees?

Me encojo de hombros.

—Tal vez debería dejar de darle vueltas.

Tienes una cita (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora