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Ahora.

«Lo siento, de verdad lo siento mucho. Voy a explicarte todo más tarde. Estoy con Harry y estoy bien» escribo en un mensaje para Tom, justo antes de que Harry detenga su auto fuera del callejón de Niall.

—Tal vez podrías aparcar un poco más lejos, no lo sé, dar la vuelta en la calle siguiente o algo.

—V —me dice Harry, quedamente—. Quédate tranquila, nadie nos siguió. Dudo que tu padre y tu hermano te hayan alcanzado incluso dentro del edificio. —Tira de la palanca de cambios y quita la llave del auto. Tomo una respiración profunda y cierro los ojos mientras boto todo el aire de mis pulmones. El reloj digital del tablero marca apenas las 2 de la tarde y siento como si hubiese corrido un maratón después de ser arroyada por un auto. 

—Ahora Niall —murmuro, más para mí que para él. Mi corazón se acelera en proporción con la sensación de tener un agujero creciendo en mi estómago—. Otra vez.

—Necesitamos mantener la calma y llegar todos a un acuerdo, ¿bien? Espero que esté en casa para abrirnos la puerta y que no haya hecho alguna estupidez. Sus impulsos y los tuyos me van a dejar fuera de combate en cualquier momento, seriamente.

—Creí que él y tú vivían juntos.

—Sabes donde vivo. No es aquí —medio se ríe, haciendo que por un segundo el ambiente se vuelva un poco ligero.

—¿De quién es el piso, entonces? 

—De mi padre. Bueno, técnicamente es mío, era algo así como el plan B en caso de que no hallara un departamento para mí cuando entrara a la universidad, pero cualquier cosa es mejor que esto —añade, mirando por la ventana con aires despectivos—. No volvió a alquilarlo y se supone que guardo algunas de mis cosas aquí ahora.

—¿Pero pasas el tiempo aquí, con él? —continúo interrogando.

—Cuando tengo que venir a salvar su trasero, sí.

Intento unir cada cosa que él dice con los momentos en que él estuvo presente y yo no sabía que se trataba de él. Cada vez que llamé a Niall o él me llamó a mí, la primera vez que oí a Harry a través del teléfono, o cuando llegamos a Tramore y ellos hablaron. 

—Pero siempre estabas ahí cuando Niall me llamaba. O cuando yo llamaba a tu teléfono —digo—. Ese ni siquiera es tu teléfono, ¿o sí? Yo te tengo registrado en mis contactos. —No tiene sentido para mí.

Harry toma un montón de aire y lo bota de a poco. Me mira y presiona sus labios en una línea.

—No tienes mi número registrado en tu teléfono, porque Niall lo eliminó. Y yo no estaba ahí cada vez que lo llamabas. Cuando dijiste que no irías a Tramore, por ejemplo, yo estaba en mi departamento y tuve que encerrarme en mi habitación para que mi compañero de piso no me viera actuando raro o sospechara. Lo mismo cuando volviste a llamar para decir que sí irías. 

—¿Niall no lo supo hasta después?

—Lo supo al día siguiente. Yo vine para decírselo.

—Por eso apareció sólo al día siguiente. 

—Me hizo llevarlo hasta tu piso en cuanto se lo dije. 

Asiento en silencio.

—Entiendo —farfullo. Supongo que necesitaré un millón de conversaciones como esta para comprender todas las cosas que hasta el momento no tienen sentido para mí. —¿Por qué lo estás ayudando, Harry?

Me interrumpe con el sonido de la puerta al abrirla y poner un pie sobre el asfalto. 

—Deberíamos ir con Niall, antes de que te llamen desde la comisaría o Maura se entere. Necesitamos un plan ahora mismo, después podrás preguntar más. —Se apea del carro y cierra la puerta.

Tienes una cita (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora