Ahora.
—V.
—¿Puedo quedarme esta noche?
Sam me agarra de una muñeca y me hace entrar. Cierra la puerta detrás de mí y me congelo al oír la voz de Zayn desde el corredor.
—¿Quién es? —pregunta al llegar a la sala—. Oh.
Me aflijo aún más al caer en la cuenta de que estoy interrumpiendo un buen día para ellos. Probablemente estaban apunto de salir en una cita, o de ver una película. Tal vez Zayn planeaba quedarse aquí esta noche también. Pero entonces llego yo con todos mis problemas a arruinar sus planes.
Miro a Sam en un intento por pedir disculpas, pero estoy tan sumergida en la angustia, que ya no soy capaz de hablar.
Sam no necesita más que una mirada para que Zayn entienda toda la situación.
—¿Puedo ayudar en algo? ¿Quieres algo caliente para beber, V? —me pregunta.
—Yo lo hago —murmura Sam—, no te preocupes.
Una vez que Zayn vuelve a la habitación de mi amiga, ella me guía hasta el sofá y se sienta en uno de los extremos, permitiendo que yo me recueste y apoye la cabeza en su regazo.
Después de llorar durante lo que se siente como una hora, caigo dormida.
Me despierto en medio de la noche acostada en una cama. A mi derecha hay una mesita con un vaso de agua y a mi izquierda alguien duerme. La ropa de la cama sube y baja lentamente por cada respiración. No sé qué me dificulta más reconocer los objetos a mi alrededor: la oscuridad o la hinchazón de mis ojos.
Niall regresa a mi mente como una punzada en el pecho. Aguanto la respiración para guardar el llanto en mi interior, pero la suelto cuando siento que me voy a ahogar.
—Sam —musito asustada—. Sam. —Me aferro a la almohada con todas mis fuerzas mientras intento tomar tanto aire como me sea posible. Comienzo a llorar por miedo a no poder respirar y el dolor en mi pecho se hace cada vez mayor—. Sammy.
De un salto se levanta de su almohada y voltea hacia mí.
—Aquí estoy —me dice y se acerca a mí para acunarme con sus brazos—. Todo está bien, estás a salvo. Respira despacio.
Trata de ayudarme por algunos minutos, pero al saber que no tengo ningún medicamento cerca para ayudarme a recuperar la calma, termina por encender la luz de la habitación y llamar a Zayn, quien llega a toda prisa desde la sala. Diez minutos después llega mi hermano con mi medicamento y me lleva a casa de papá.
Como sé que querrán preguntarme un millón de cosas para saber qué es lo que está pasando conmigo, dejo de hablar. Me niego a abrir la boca para algo que no sea comer cuando mi cuerpo decide por fin tener hambre. Al tercer día, Tom deja de insistir en que le hable aunque sea para decir que estoy bien, y opta por hablarme él a mí. Viene a cenar con Ivana y papá todas las noches y se queda en mi cuarto después de comer, hablándome sobre su día, mostrándome sus guías de estudio, contándome cosas divertidas que le sucedieron en el trabajo, entre otras cosas. Me gusta escucharlo, me hace sentir como si fuese su diario de vida y, tal como leer, me transporta fuera de mi propio mundo, no me queda otra opción que imaginar cada cosa que me describe, haciéndome olvidar por momentos toda la basura que abunda en mi mente.
He decidido dejar de responder los mensajes de Harry y cortar sus llamadas. He decidido olvidar a Niall y dejar que solucione sus propios problemas, de todas formas no me necesitaba. Y aunque la mayoría del tiempo creo que algún día voy a morir de pena, algunas veces creo que sí podría superarlo eventualmente. Cualquiera de las dos ideas suena menos destructiva que seguir cerca de él, de todos modos.
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Tienes una cita (fanfic n.h)
FanfictionContinuación de "Yo Invito". Después de que Vinka es descubierta, pero no del todo, el desafío de cubrir a Niall se vuelve aún mayor, obligándola a pensar con sumo cuidado cada uno de sus movimientos desde ahora, y a convertirse en una experta colec...