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Ahora

Me llevo el pulgar a la boca cuando una gota pequeña de sangre se abre paso entre la piel alrededor de mi uña, después de tanto rascarme y pellizcarme.

Estoy nerviosa. Pero de nervios malos, de esos que sientes cuando sabes que vas a sufrir y no puedes hacer nada para evitarlo. Los segundos antes de la puñalada.

Suspiro y me reacomodo sobre el césped.

Ha pasado una semana desde que la jueza Monck declaró inocente a Niall y culpable a Theo. Y desde ese día, Niall no ha respondido ni uno de mis mensajes ni llamadas. Hasta hoy, que me escribió un mensaje de texto citándome aquí, en una de las entradas del parque St. Stephen's Green, junto al arco de los fusileros.

Obviamente va a terminar conmigo. ¿Por qué me pediría vernos en un lugar neutral, si no? ¿Después de una semana de completo silencio?

—¡Vins!

Ahí está; liviano, guapo, empalagado de tanta libertad, caminando sin prisa hacia mí. No está sonriendo, pero tampoco se ve enojado o triste, simplemente está.

Me pongo de pie y me meto las manos a los bolsillos traseros de mis vaqueros.

—Hola, Niall.

Me sorprende con un abrazo largo y apretado. Huele tan bien que podría embriagarme con su perfume y su detergente de ropa. Respiro profundo; con suerte me atontará un poco su aroma y dolerá menos la puñalada.

—¿Cómo estás? — le pregunto genuinamente.

Niall resopla.

—Bueno, han pasado muchas cosas —dice—. Es extraño, creo que debería sentirme pleno, pero estoy asustado, como si todo se estuviese moviendo, me resulta incómodo.

—Supongo que es cosa de tiempo y costumbre.

—Sí. Estoy agradecido —se apresura a aclarar—. Muy agradecido. Pero no me siento capaz de procesar tantas cosas a la vez.

—¿Vas a terminar conmigo, Niall?

Ojalá pudiéramos ahorrarnos las palabras que conforman una mala noticia y solo nos diéramos miradas. Pero supongo que todos nos merecemos una explicación de por qué suceden las cosas.

Después de su mirada de confirmación, Niall me toma la mano y caminamos hasta la banca más cercana.

—Vins...

—A ti también te duele, a mí no me engañas —disparo, intentando ser graciosa. Pero en vez de reírme, comienzo a llorar—. Lo siento.

—Gracias por estar en todas conmigo, Vins. Jamás hubiese encontrado la fuerza suficiente para sobrevivir este año sin ti.

A medida que habla, su voz comienza a quebrarse y sus ojos se inundan. Y de pronto, ambos estamos llorando como niños.

—Lo haría de nuevo —declaro.

Niall solloza y aprieta mis manos entre las suyas, acaricia mis nudillos.

—Estamos muy dañados, Vins, muy dañados. Y yo no me siento capaz de estar bien para ti. Apenas puedo lidiar conmigo mismo, son tantas cosas...

Estuve enojada con él durante toda esta semana por haberme dejado después de todo lo que pasamos juntos. Cada noche que he llorado no ha sido con pena, ha sido con rabia. Sin embargo, en este momento puedo entender perfectamente lo que intenta decirme, cada palabra tiene completo sentido para mí también, aunque quisiera que no fuera así.

—Acabo de comenzar una terapia que podría durar años —explica—. Literalmente tengo que aprender a ser una persona libre otra vez, tengo que volver a comportarme como una persona normal. Suena absurdo, pero...

—No, no suena absurdo, Niall. —Tomo su rostro entre mis manos para mirarle a los ojos, rebosantes de agua, caóticos como si tuviera dos tormentas. —Has sido perseguido durante todo este tiempo, llevas casi tres años escondiéndote. Lo que sientes es normal, está bien que te sientas así, está bien que no sepas cómo lidiar con esta nueva vida.

—Creí que cuando todo se resolviera iba a ser liberador, que íbamos a poder estar juntos y tranquilos por fin, pero ahora no me siento así. Ahora me siento sofocado, no sé por dónde comenzar a recomponer todo, no sé cómo llevar una vida. Y me siento egoísta, como si te estuviera traicionando después de todo lo que pasamos, todo lo que te prometí...

No hallo nada mejor que abrazarlo y apretarlo con mis brazos tanto como puedo. Esta es probablemente la última vez que tenga a Niall tan cerca de mí, por lo que me enfoco en todos mis sentidos para recordarlo por tanto tiempo como me sea posible; el olor de su perfume, la suavidad de su piel húmeda en mi mejilla, el sonido de su llanto mezclado con la brisa ligera de primavera y el sabor amargo de tener que soltar a la persona que más he amado en mi vida, simplemente porque lo necesita.

—Perdóname, Vins.

—No hay nada que perdonar —susurro—. Te amo y quiero que estés bien, que seas feliz.

—Yo también te amo —masculla.

Tienes una cita (fanfic n.h)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora