—¿Estás segura de lo que quieres hacer?— preguntó Scott, mientras esperaba detrás de la puerta del baño.
Necesitaba cambiarme de ropa. No exactamente llevar un vestido, sino sólo ponerme otra. Supuse que sería mejor que me pusiese lo que solía llevar normalmente, para así conseguir su atención. Llevaba más o menos veinte minutos en el baño, probando diferentes camisas y pantalones, que me trajeron las damas que se encargaban de la ropa del príncipe. Aunque antes de traermela, se pusieron a discutir conmigo, diciendo que lo mejor seria que me pusiese un vestido. Que va mejor con las princesas, pero al final cedieron a mi petición y me trajeron ropa de chica normal.
—Sí, estoy segura.— respondí y abrí la puerta del baño, casi chocandome con Scott. —¿Cómo me queda?— quise saber, intentando poner una parte de la blusa de un blanco casi transparente en el pantalón.
—Dan ganas de comerte.— dio su opinión Max, acercándose a mi para verme mejor.
—¿En serio? Porque yo me siento como una chica... Fácil.— murmuré, dando un suspiro al mirarme en uno de los espejos.
—¿Chica fácil?— se quedó extrañado Scott.
—Mmm... Una... Pu... Ya sabes.— expliqué y sonreí. Me hizo demasiada gracia que Scott no entendiese la indirecta que le había dado.—Estás preciosamente sexy.— me guiñó el ojo Max, no se porque, pero parecía que se estaba conteniendo. —Pero si no te sientes bien así, déjalo, encontraremos otra forma.— añadió al ver que no dejaba de mirarme en el espejo.
—No, merece la pena sacrificarse un poco. Nunca podría vivir con el pensamiento de que no hice nada para cambiarlo.— sonreí para que viesen que estaba decidida.
—Juliet... Esto no es necesario y lo sabes. Quizás debas asimilar lo que ha pasado.— intentó hacerme cambiar de opinión Scott.
—¡No! Voy a revivir a Alex y a Dante y me da igual lo que tenga que sacrificar.— levanté la voz y le miré con rabia a los ojos
No pensaba rendirme, ya estaba en el castillo de Tristan, había discutido con Jack y estaba lista para conseguir la Rosa. No iba a echarme a atrás ahora.—Juliet, te está afectando demasiado esto...— se puso serio Max, mirándome a los ojos.
—Chicos, por favor, os lo pido. Siento la necesidad de hacer esto, de salvarlos... Quiero ser feliz... Con Alex...— sentí como las lágrimas se deslizaban por mis mejillas. Alex no me respondía, y eso me dejaba más que claro que tenía que hacer algo, para cambiar este caos.
—Como quieras, Juliet. Pero recuerda que estamos aquí contigo.— me acarició el hombro Scott. Asentí y algo más animada que antes le di un abrazo. —Iré a buscar al principito.— le susurré al oído y me aparté de él. Máx me miró y después intercambió la mirada con Scott.
—Ten cuidado.— dijo preocupado Max, mientras se pasó la mano derecha por el pelo rubio.
—No os preocupéis.— le guiñe el ojo y salí de la habitación, encontrándome con los guardias que vigilaban mi habitación.
Ambos se quedaron mirándome de arriba a abajo, con cierta sorpresa y diversión. Crucé los brazos y me puse a esperar, a que sus miradas dejarán de recorrer mi cuerpo.
—¿Necesita algo señorita?— preguntó uno de ellos, apartando bruscamente la mirada de mi.
—Quiero ver al príncipe Tristan.— respondí haciéndoles una petición indirecta a los guardias.
—Al príncipe.— repitió el otro y con un gesto me indicó que le siguiese.
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—Esta es su habitación. Le anunciare que ha venido a verle.— se paró delante de la puerta e hizo un pequeño movimiento para abrirla, pero yo con otro le paré y negué con la cabeza.
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Just My Destiny (Libro 3)
VampireLas últimas esperanzas que tenía de volver a la vida normal han desaparecido. Ahora que he vuelto de la Nada, tengo que aprender a gobernar un reino... El reino de la Oscuridad. ¿De verdad es este mi único destino? ¿La única opción que me queda? M...