Just My Destiny (Libro 3)

No Encuentro Mi Poder Para Sobrevivir

—Pues ven a por mi.— le invité de manera provocadora. Viendo como en su rostro apareció una pequeňa sonrisa, llena de rabia y diversión. No recibí ninguna respuesta, ni reacción de él. Sólo de forma violenta, comenzó a acercarse. Algo insegura, me dediqué a imitarle, hasta estar tan solo a unos pasos el uno del otro. En mi interior, en pocos segundos, desapareció cualquier miedo, ya no temía a lo que pudiese hacerme.

Antes de que alguno de los dos, hiciese cualquier otro movimiento, la puerta de la sala se abrió de golpe, llevándose toda nuestra atención. El sitio en el que nos encontramos se puso oscuro de nuevo, cegandonos y logrando desconcentrarnos de nuestro pequeño duelo. De la nada, sentí como alguien me cogió nuevamente del antebrazo, no empezando a tirar de él. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, haciendo que me quedase por unos instantes inmóvil.

—Tranquila, es Melody.— me informó con una voz tranquila y calmada Alex. Al observar que se me habían acelerado los latidos de mi corazón. 

Sin que alguna de las dos dijese algo, para romper el desagraadable silencio, comenzamos a dar silenciosos pasos hacia la puerta de la sala, hasta conseguir llegar al corredor, el cual ya estaba mejor iluminado. Nada más salir, la puerta se cerró de golpe y si no hubiese sido por Melody, quien seguía sujetándome, me habría caído.

—Los mantendremos dentro hasta que lleguen nuestros refuerzos.— oí la voz de Dante, quien con solo hacer un gesto cerró la puerta. Max se acercó a la puerta y junto a Scott, comenzó a susurrar palabras una y otra vez. Me quedé observando a Melody con cierta curiosidad.

—Solo es para ganar tiempo.— me explicó con calma, mientras se apartó un mechón de pelo rubio de la cara.

—¿Ganar tiempo?— pregunté algo perdida, como si por unos instantes, hubiese olvidado todo lo que había pasado hace unos minutos.

—Claro, hemos avisado a algunos refuerzos.— me guiňó el ojo izquierdo e hizo unos pasos hacia mi Dante.

—¿A quienes?— quise saber, ya que algo en mi, me decía que teniamos más enemigos que amigos.

—Cuando lleguen, lo verás.— se metió en la conversación Scott, quien se apartó de la puerta y se puso al lado de Melody, cogiéndola de la mano. Me quedé mirando sus manos unidas... El como seguían aquí, sabiendo que era muy posible que podrían morir en esta batalla... Que podrían no experimentar eda felicidad que tienen los enamorados. 

—Deberíais iros.— pensé en voz alta, ganándome la atención de todos los que estaban presente. Los ojos de Dante se clavaron en los míos y luego pasaron a observar de manera silenciosa, la reacción de los demás.

—¿Qué intentas ahora?— rompió el silencio Alex en mi mente, quien tenía cierta preocupación e inseguridad en la voz.

—¿Intento? Nada, solo... Pensaba en voz alta. — empecé a buscar una excusa, para responder a lo que me dijo Alex.

—No me hagas repetir las cosas...— me advirtió con una voz más seria Alex, obligándome a dar un suspiro.

—Sólo... No quiero que mueran más personas por mi culpa.— susurré en voz baja y aparté la mirada de los demás.

—¿Y qué prefieres? ¿Qué te maten a ti?— preguntó como si estuviese listo para regaňarme.

—La verdad es que sí... Prefiero mil veces eso que, que vuelva a ver como mueren más las mismas personas por segunda vez.— volví a responder, pero esta vez haciendo que mi voz sonase más clara que antes.

—No vamos a movernos de tu lado.— me obligó a levantar la vista, la voz de Melody.

—Sí, tiene razón... No sé como puedes pensar que te vamos a dejar aquí sola, luchando contra todo un Parlamento y contra toda la Organización Oscura.— se puso de su lado Scott.