—Que mudas os habéis quedado las dos.— comentó después de unos segundos en los que nos quedamos observandonos el uno al otro. Necesitábamos avisar a los demás para que no viniesen y cayesen en edta trampa.
—Deja que ella se vaya.— pedí e hice un gesto hacia Melody logrando que soltase una sonora carjada.
—¡Estás loca! Te matarán.— levantó la voz en mi mente Alex, dejándome con un pequeño doler de cabeza.
—¡No! ¡Yo no pienso moverme de aquí!— levantó la voz Melody casi chillando, ganándose la mirada de ambos.
—Ella es indefensa, es el ángel del amor y en el castillo no hay nadie más. Los vampiros han ido a ver al Parlamento para informarles.— dije de manera seria intercambiando la mirada con él. Esa información pareció alegrarle ya que volvió a soltar una carcajada. —Me quieres a mi, yo estoy aquí.— abrí los brazos como si esperase un abrazo y después de unos segundos los volví a poner de manera normal.
—Está bien, tiene diez minutos para salir del castillo. Si luego sigue aquí mi gente se encargará de ella.— decidió después de unos segundos de silencio, acompañando esa decisión de un gesto que le mostraba que podía irse.
—¡No puedes volver a la Nada!— volvió a levantar la voz Alex al mismo tiempo que Melody había abierto la boca para decir algo.
—¡No pienso dejarte aquí!— volvió a dar un grito Melody.
—Por favor, vete.— pedí viendo como en su mirada empezaron a aparecer rastros de desesperación.
Lo dudo por unos instantes, pero al ver como en el suelo comenzó a crearse un círculo violeta nos dió a ambos la espalda y salió corriendo hacia la puerta.
Cuando nos quedamos solos, el desconocido decidió quitarse la capucha mostrandome por fin su rostro. Una parte de él estaba lleno de cicatrices, su pelo rubio plateado le caía por el cuello y sus ojos anaranjados se clavaron en los míos... Más bien su ojo, el izquierdo lo tenía cubierto por un parchr negro, que me hizo suponer que lo había perdido en alguna guerra.
—Prepara tu mejor ataque, haremos un duelo.— se dió lentamente la vuelta e hizo unos pasos hacia el centro de la sala. Su mirada pasó por los demás que seguían como estatuas en el mismo lugar que se quedaron antes del pequeño ataque de Melody. Mi mente empezó a entrar en un pequeño pánico al darse cuenta de que al desconocido no le había pasado nada con ese ataque, haciéndome creer con ello que era alguien muy fuerte y poderoso.
—Juliet hazme caso y aprovecha para salir de aquí y avisar a los demás.— me aconsejó desesperadamente Alex, quien empezaba a estar preocupado por lo que podría pasar.
—¿Estás lista, pequeña?— preguntó el desconocido y nada más dar un chasquido su mano derecha fue envuelta por una bola de azul marino. Cerré los ojos y empecé a centrarme en algún ataque que podría usar contra él, pero por desgracia el grito de guerra que soltó el, me desconcentro. Di un pequeňo sobresalto y de repente toda la sala se llenó con una masa oscura que le quitó la luz.
Nerviosa empecé a mirar a los lados, pero al oír como el desconocido había hecho un ruido con algo, supuse que todo lo que pasó con la sala, había sido mi obra.
—Vamonos de aquí.— dijo Alex en mi mente, al ver que era incapaz de moverme del sitio. Asentí con la cabeza, me dí media vuelta e hice unos pasos a ciegas hacia la puerta de la sala. —Usa los ojos, si eres una vampira puedes ver en estos casos.— volví a aasentir ocn la cabeza, cerré los ojos y al abrirlos vi algo mejor, pero no había gran diferencia en la manera de antes. —Esto es raro... Suele funcionar...— se quedó pensando.
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Just My Destiny (Libro 3)
VampireLas últimas esperanzas que tenía de volver a la vida normal han desaparecido. Ahora que he vuelto de la Nada, tengo que aprender a gobernar un reino... El reino de la Oscuridad. ¿De verdad es este mi único destino? ¿La única opción que me queda? M...