¿Quién me dirá lo que es correcto?

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-- Juliet... ¿Qué haces aquí? -- Preguntó y volvió a dar unos pasos hacia mi. Bajé la mirada, no estaba segura de nada.

-- Necesitaba unos minutos para estar sola. -- Respondí... La verdad es que no quería hablar con nadie. Necesitaba aceptar lo que me acababa de decir Luke... Necesitaba pensar en otra opción. Cuando levanté la mirada vi que Jack estaba sólo a unos pasos de mi.

-- ¿En que piensas? -- me miró a los ojos, -- Ya se han ido. Ann me dijo que te pidiese disculpas de su parte. -- Añadió.

-- Mmm... La verdad es que pensaba en Ann... No debería de haberme ido así. -- Mentí y aparté la mirada.

-- Estoy seguro de que lo entenderá. Por cierto... Alex está con los demás. Creo que te atacó por que le ha afectado lo de Dante. -- Explicó Jack.

Si... Seguro que fue por eso...

Tuve que morderme los labios para no decirlo en voz alta.

-- Creo que deberías descansar algo. Tienes mala cara. -- Me aconsejó Jack.

Luke aceptó con la cabeza y yo hice lo mismo. Sabía que Jack empezaría a sospechar de mi comportamiento... Pero estaba segura de sí le dijese lo que me dijo a mi Luke... Que Alex...

Era hora de que tomase mis propias decisiones. Tenía que elegir lo mejor para todos, sabía que nadie estaría a mi lado para siempre.

-- ¿Te acompañó a tú habitación? -- preguntó con amabilidad.

-- Claro. -- Sonreí.

Los dos nos dirigimos a la parte del Castillo donde se encontraba mi habitación.

No me había animado a decir nada. Solo me quedé pensando.

¿Qué se supone que debo hacer? No me siento bien con nada... Con nadie... Me sentía vacía... Dante estaba muerto, Alex se comportaba de forma rara y Jack... ¿Qué pienso de Jack?

De mis pensamientos me sacó Jack. Abrió la puerta y con un gesto quiso que entrase.

-- Intenta descansar. -- me guiñó el ojo.

-- Claro, no te preocupes. -- Sonreí y entré en la habitación.

Nada más Jack cerrar la puerta, me senté en la cama, me puse a pensar... Más bien a buscar una solución imposible. No pasaron muchos minutos cuando oí un ruido. Me giré hacia él y vi que había alguien más en la habitación. Tragué saliva y me levanté de la cama. Estaba nerviosa, por que no podía ver quien era, estaba encapuchado.

- ¿Cuánto estas dispuesta a dar para ver de nuevo a Dante? - preguntó.

- Dante... Cualquier cosa. - respondí con la voz temblorosa.

Empezó a reír y luego dejando un rastro de humo, desapareció.

Vi que en el suelo habían cuatro hojas unidas con una cuerda. Luke intentaba aclarar en su mente lo que había pasado.

Yo me acerqué a los papeles y los cogí. Empecé a leerlos, el contenido estaba escrito en vampirico. « Sol Tiarluosgi Dle Recinatoenmi. » (Los Artilugios Del Renacimiento).

- ¿Qué es eso? - preguntó Luke al fijarse que me quedé leyendo las hojas.

- La Daga De Las Almas - ayudará a que Dante vuelva. - pensé en voz alta.

- ¿No irás a buscarla, verdad? Es una daga y no sabes donde está. - se puso en contra Luke.

No quise ponerme a discutir con Luke, en serio, no tenía ganas de ello. Por eso preferí salir de la habitación y dirigirme a la puerta principal del castillo. Delante de la puerta apareció Luke. Sus ojos pasaron a ser violetas, cruzó los brazos y se quedó mirándome a los ojos.

- No creas que te voy a dejar salir de aquí. - gruñó de forma agresiva Luke.

- ¡Tengo que salvar a Dante! - levanté la voz y sentí una fuerza eléctrica al rededor de mi mano. - Apartate. - le aconseje a Luke.

- No puedes matarme. - dijo de forma indiferente.

Dio unos pasos hacia mi y yo aproveché para aumentar la velocidad, de tal forma que acabé abriendo la puerta y me quedé delante de ella.

Luke quiso salir, pero al intentarlo se chocó contra una barrera que no le dejaba pasar. Sinceramente, no sabia ni como había conseguido hacer algo así.

- Quitala. - dijo molesto dirigiéndose a mi.

- No, es hora de hacer lo correcto. Puede que no sea lo correcto para mi, pero lo será para los demás. - dije y levanté la mirada hacia él.

- ¿Cómo puedes saberlo? Todos piensan que hacen lo correcto. - gruñó de forma fría.

- Esto es lo correcto. - susurré. Luke se dio la vuelta y se pasó la mano derecha por el pelo.

- ¡Si te encuentra la organización o alguien más te destruirá! - levantó la voz. Eso aún lo había oído... Pero al darse la vuelta, supuse que se quedaría sorprendido, al ver que no estaba.

Tenía que encontrar La Daga para poder ayudar a Dante. Conseguiría salvar a los dos... Estarían vivos Alex y Dante.

Pero... ¿Tendría que morir yo?

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Bueno, fin del capítulo, espero que nos leemos en el siguiente.

Siento haber tardado tanto en escribirlo.

He estado algo ocupada. ^~^ espero que os guste.

Puede que tarde algo más en subir el siguiente.

Así que os recomiendo pasaros por alguna de las historias que tengo en el perfil.

Podría gustaros La Hija De Hades.

Just My Destiny (Libro 3) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora