*** Unos meses más tarde ***
No podía dejar de dar pasos de un lado a otro. Hoy era domingo, y cada domingo era un aburrimiento, ya que las convocatorias, reuniones y discusiones con los ciudadanos y otros gobernantes eran entre semana a veces los sábados... Y los domingos eran mis fines de semana.
Habían pasado los meses y con ellos asimile que Alex no estaba conmigo. Al principio necesite el apoyo de todos, incluso el de Tristan y luego cogí el valor de pasar página sin ayuda. No había dejado de quererle, pero aprendí a estar sin tenerle a mi lado. Debía aceptarlo, aunque no me gustase, lo único que me quedaba de él, eran los recuerdos que guardo mi mente de nosotros.
-Mi alteza.- me interrumpió una voz, sacándome de mis pensamientos. Lentamente me di la vuelta hacia ella y vi que se trataba de Tristan, quien hizo una reverencia antes de acercarse a mi.
-Por milésima vez, no hace falta que me llames así.- suspiré y sentí como un escalofrío recorrió mi cuerpo. Notaba los ojos claros de Tristan en mi, dejándome nerviosa con su mirada.
-Eres la reina, debo mostrar respeto, aunque tu no hagas lo mismo... Aparte de que si el legendario oyese que te trato de manera normal me torturaria.- dijo sin más e hizo unos pasos hacia la ventana más cercana de la habitación.
-Rathem se fue con los chicos a la ciudad y no volverá hasta mañana.- le comenté al ver que estaba nervioso de que pudiese oír nuestra conversación.
-Haberlo dicho desde el principio.- dejó escapar un suspiro aliviado e hizo que su capa azulada cayese al suelo quedándose sin ella y acercándose de manera peligrosa a mi.
-No pensé que lo que más te preocuparía es si Rathem está o no aquí.- le dediqué una mirada seria e irónica al mismo tiempo y pude ver como en sus ojos apreció un destello verdoso.
-Lo primero que me preocupa es saber si mi comprometida está en el castillo.- sonrió y sin ninguna clase de aviso me cogió de la mano derecha, depositando un suave y delicado beso en ella.
-Te recuerdo que no nos casamos por amor.- gruñí molesta y le quité la mano, mientras retrocedí unos pasos limpiando la parte del beso con mi ropa.
-Lo sé, nos casamos para unir nuestras tierras... Pero no por eso debo dejar de ser amable y encantador.- me guiñó el ojo y luego se pasaba mano por el pelo, clavando su mirada en la puerta semi - abierta que había detrás de mi.
-¿Cuándo fuiste amable y encantador?- levanté una de mis cejas y me quedé mirándole de manera provocativa. Él dejó escapar una carcajada y se acercó a mi.
-Si no lo fuese no hubieses aceptado el compromiso.- sonrió y observó el anillo que llevaba puesto en mi dedo corazón de la mano derecha. -Parece que Melody a vuelto.- añadió quitando su mirada de la puerta, y logrando que yo me diese la vuelta hacia ella.
-¿Te enfadaras mucho si...?- hice un gesto hacia la puerta y me di la vuelta hacia él para ver la expresión que aparecería en su rostro tras la pregunta que le había hecho.
-Claro que no. Estás en tu castillo, no hace falta cuando me pidas permiso... Ya cuando seamos matrimonio me pensaré el sí te dejaré o no.- bromeó y me sacó la lengua mostrando su parte maleducada durante unos instantes. Le di con el codo por debajo de las costillas.
-Muy gracioso... Sí quieres puedes ir a ver algo por aquí. Creo que la flor que querías para tu reino ya ha crecido.- sonreí y empecé a dar pasos hacia la puerta, mientras buscaba la forma de hacer que se quedase hasta que llegase Rathem.
-Solo ve, estaré aquí.- me aseguró y con un gesto me indicó que le daba igual que fuese. Sonreí de nuevo y salí a buscar a Melody, la cual estaba esperando en el pasillo que había delante de la sala. Estaba apoyada en la pared y de brazos cruzados esperándome. Llevaba puesto un vestido violeta y el pelo lo tenía recogido formando una trenza con el, que le llegaba hasta las cintura.
Al verme se apartó de la pared y se quedó mirándome, con una sonrisa casi falsa en el rostro.
-Veo que me estuviste esperando.- intentó quitarle la tensión a la situación.
-Sí, bueno no... No quiero que pienses que soy un stalker o algo así... Solo dijiste quería saber que tal fue y eso.- empecé a liar unas cosas con otras, sintiendo como los nervios en mi crecían.
-Tranquila.- sonrió esta vez en manera divertida y se acercó a mi para que pudiésemos hablar en voz baja. -He estado hablando con ciertas personas, entre las que se encontraban los que simbolizan la muerte, los que simbolizan la vida y los que simbolizan el cielo.- bajó la voz y me miró a los ojos.
- Todos los muertos pasan por ahí, no?- quise asegurarme logrando centrarme lo máximo posible en sus palabras.
-Los muertos no Juliet, los que están luchando por vivir, morir o ir al cielo. Cambiaron las cosas un poco, tienes que luchar con tu mayor miedo cuando pases por ahí para evitar la muerte. Luego ya estás en la parte de elegir la vida, el cielo o el infierno con otra prueba.- explicó con claridad para que lograse entenderlo todo.
-Lo entiendo.- asentí con la cabeza y aguanté la pregunta que gritaba en mi bajo control.
-Cuando la reunión acabó, me quedé en secreto unos instantes más en la sala, logrando oír una conversación muy fuerte que hablaba de Alex.- me comentó después de unos minutos de silencio en los que se quedó pensando en como decírmelo.
Nada más oír su nombre sentí como mi corazón se aceleró, haciendo que mi respiración se volviese agitada y que mis ojos se llenasen de lágrimas.
-Juliet, no sé si debería decírtelo.- susurró y se apartó de mi, distanciándose con unos pasos hacia atrás.
-¿Qué? ¿Por qué no?- exigí saber sintiendo como la desesperación comenzó a crecer en mi con cada segundo.
-Porque cuando se fue estuviste en depresión, intentaste suicidarte y echaste a Luke de aquí para que no tuvieses que ver el físico de Alex.- resumió todo nerviosa Melody, mientras se pusó un mechón de pelo rebelde detrás de la oreja.
-Pero ya madure, ahora podre con cualquier noticia, con todo. Melody, por favor.- intenté convencerla, pero no me salían las palabras adecuadas para convencerla. -¿Acaso tu no querrías saberlo si estuvieses en mi situación con Scott?- añadí, ganándome así su atención, ella dejó escapar un suspiro y luego levantó la mirada hacia mi de nuevo.
-No encuentran el alma de Alex, no está en ninguna parte... Ni en el cielo, ni en el infierno... Es como si se hubiese quedado atrapada en algún sitio.- dijo al final intercambiando la mirada conmigo.
-¿Eso que significa?- entendí lo que había dicho, pero no estaba segura de que quería decir con ello.
-Que hasta que no se encuentre, no puede descansar en paz.- me aclaró y dirigió su mirada hacia la puerta de la que había salido. -Juliet, aunque te haya dicho esto, dejemoslo entre nostros y céntrate en la boda y demás, Rathem no debe enterarse de que te lo dije.- añadió con cierta preocupación en la voz. Le di un abrazo, para poder calmarla, sentía como su cuerpo temblaba de los nervios.
-¿Ya habéis acabado? Necesito robarte a Juliet.- salió de la puerta Tristan y me cogió del antebrazo izquierdo con cariño, finalizando así la conversación que estábamos teniendo con Melody.
ESTÁS LEYENDO
Just My Destiny (Libro 3)
VampireLas últimas esperanzas que tenía de volver a la vida normal han desaparecido. Ahora que he vuelto de la Nada, tengo que aprender a gobernar un reino... El reino de la Oscuridad. ¿De verdad es este mi único destino? ¿La única opción que me queda? M...