XI

48 5 0
                                    

ONCE

Aster Diosado

Llevo varios días sin hablar con Zayd, le he pedido perdón un millón y medio de veces, pero siempre me responde lo mismo: "no estoy enfadado solo decepcionado por que me mentiste en la cara". Este es mi último intento, si no funciona ya no tengo ni idea de que puedo hacer para que me perdone.

Eric me esperaba fuera del internado con una caja llena de tulipanes naranjas, por suerte para mi aún se sentía culpable por contarle a Tiago donde estaba el internado y me había ayudado consiguiendo las flores. Mirk dijo que eran sus favoritas y más valía que lo fueran, si no el rubio me las iba a pagar. Fui a recogerlas y con la ayuda de mi hermano y la de Cailín las repartí por el internado, cada una con una nota que llevaba a la siguiente.

Puede que todo esto sea demasiado, pero prefiero eso a que no me perdone jamás.

Convencí a Cailín de que me ayudara a que Zayd encontrara cada tulipán, así que estoy esperando sentada en el comedor a que encuentren todas y cada una de las flores y lleguen hasta aquí.

Las puertas se abrieron dando paso a quien menos me apetecía ver en ese momento. Puede que el rubio y yo no nos llevemos tan mal como al principio, pero aún así me resulta incómodo tenerle cerca.

- Hola chica problemas - saludo radiante - ¿Qué haces aquí tan sola? ¿acaso la pelirroja ya se ha dado cuenta de que no vales la pena? - bromeó sin dejar de sonreír al verme resoplar.

- Cailín está con Zayd, los estoy esperando - respondí cortante - ¿qué haces tú aquí? - No respondió, se encogió de hombros y siguió andando hasta sentarse a un lado de la mesa en la que yo estaba. - ¿Qué quieres Mirk?

- ¿Siempre tengo que querer algo? - preguntó algo frustrado, molesto conmigo.

- Amm... no pero es raro que vengas al comedor porque si - dije soltando una pequeña risa.

- Te recuerdo que yo he llegado y tú ya estabas aquí así que... - dijo pasando las manos por su cabeza despeinando un poco su cabello.

- Pero yo he venido por algo, lo sabes - dije admirando el ramito de flores que había sobrado.

Sin dejarle tiempo para responder las puertas se volvieron a abrir dando paso a Zayd cargando un montón de tulipanes naranjas y un poco más atrás a Cailín con una enorme sonrisa en el rostro.

- H-Hola - dije nerviosa. El moreno borró su sonrisa.

- Aster - dijo sin ninguna emoción - ¿las flores...

- Las he puesto yo, si - respondí antes de que terminara la pregunta - Zayd yo... lo siento mucho enserio, no quería preocuparte y cuando me soltaste tantas preguntas del tirón yo solo, ... solo no supe cómo responderlas - dije sabiendo que iba a tener que responderlas aunque fueran a medias verdades.

- Y... - dijo él esperando por una explicación más detallada.

- Y prometo no volver a mentirte porque confío en ti - dije con una sonrisa esperanzadora.

- Diciéndolo así parece que es tu padre - se burló Mirk carcajeándose. Zayd giró su cabeza hacia el ojiazul quien solo se encogió de hombros y siguió riendo.

- Te perdono - dijo al final Zayd volviendo la mirada a mí - Pero solo porque los tulipanes son preciosos- Solté el aire que no sabía que estaba reteniendo y una gran sonrisa se dibujó en mis labios. - ¿dónde has conseguido tantas flores? - preguntó apoyando el ramo que se había formado en la mesa.

- Me las consiguió mi padre - le dije sin dar demasiados detalles manteniendo la sonrisa.

2.5 de 3 problemas resueltos me dije mentalmente. Gire mi mirada al rubio despreocupado que se reía por lo bajo, eres ese medio problema pendiente rubio gruñón. Me despedí de mis amigos bastante más contenta y salí del comedor.

Entre golpes y traicionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora