CATORCE
- Zayd - lo llamé. Fue lo primero que dije al verlo ahí sentado, él estaba bien, al menos físicamente. Solté el aire que llevaba reteniendo desde que entramos en el hospital.
- ¿Aster, Mirk ?- dijo Cailín girando la cabeza de un lado a otro mirándonos a los dos confundida. Luego sus ojos se clavaron en mi- Te dije que no hicieras nada estúpido - reclamó sin dejar de mirarme.
- La obligue a venir - dijo Mirk sin esperar mi respuesta. La pelirroja le fulminó con la mirada y él solo se encogió de hombros, yo no dije nada. Me acerqué más a Zayd quitando las manos que tapaban su cara. las lágrimas corrían por sus mejillas sin ningún control y él intentó taparse de nuevo.
- ¿Qué ha pasado? - le pregunté en un susurro. El moreno levantó la cabeza, nos miramos durante unos segundos totalmente en silencio. Sus ojos se empezaron a llenar de lágrimas de nuevo. pase mis brazos por su cuello abrazándolo.
Pasamos un rato ahí sentados hasta que Mirk y Zayd salieron a hablar fuera de la sala.
Parecía ser la única que no sabía el porqué estábamos aquí, o qué había pasado. Cailín movía su pierna de arriba abajo sin parar bastante nerviosa.
- Cailín venga - coloque mi mano en su rodilla - no te pongas tan nerviosa ¿si? seguro que todo está bien - Zayd no me dijo nada de lo que había pasado, simplemente le abrace y él lloró de nuevo, así que eso era lo único que podía decir.
- Su hermana - dijo la pelirroja en un susurro - está grave, el coche - siguió sin dejar de mover la pierna, yo sin apartar mi mano - el coche no la vió. - terminó de decir apoyando su cabeza en mi hombro.
No le conteste nada, no lo vi necesario. No sabía que Zayd tenía una hermana. Poco después los chicos se acercaron a nosotras de nuevo.
- ¿Tenéis hambre? - preguntó Mirk algo serio. Cailín y yo asentimos. Me levanté y Zayd se abrazó a Cailín de nuevo.
- No hace falta que vengas, voy yo a buscar algo - dijo el rubio al verme levantarme.
- Te acompaño - él abrió la boca para decir algo, pero clavé mis ojos en los suyos - No te quejes - dije agarrando su mano y arrastrándolo fuera de la sala.
Caminamos uno al lado del otro hasta llegar a la cafetería, solté su mano para abrir la puerta y entramos directos a la máquina de comida.
- ¿Te ha contado Zayd algo? - le pregunté mientras abría una magdalena que habíamos cogido de la máquina.
- Mhm - asintió el rubio. Me quedé en silencio esperando por algo más, pero la respuesta que esperaba no llegó.
- Genial - bufé después de unos minutos - siempre soy la última en enterarme de todo. Esto no es justo, la idea de venir fue mía, tú ni siquiera lo sabías - dije frunciendo el ceño. Mirk giró la cabeza y se quedó mirándome luego bajó un poco los ojos a nuestras manos aún entrelazadas.
- Pero ellos piensan que te obligue a venir, y deberías agradecerme - dijo con una pequeña sonrisa - sino esa loca pelirroja que tienes como amiga ya te habría matado - dijo soltando una carcajada. Estampé mi puño en su hombro y él se quejó.
- No la llames así, no está loca - le dije mientras entrábamos de nuevo en la sala - y gracias - deje un rápido beso en su mejilla adelantándome a sacar una barrita de chocolate para mi amiga.
Nos quedamos los cuatro en el hospital toda la noche, sin despegar los labios, no había nada de qué hablar, tampoco sabía qué decir. Esperábamos noticias de la hermana de Zayd.

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Entre golpes y traiciones
RomansaAster es una chica decidida, confiada y muy muy impaciente. Después de una pelea por un arrebato, sus padres no encuentran más opción que mandarla al internado "Seven Points" de educación y comportamiento, pero eso no acaba con sus problemas. ¿Qué p...