SIETE
Mirk Hokins
El sonido de la alarma me despertó, miré el móvil 23:45 pm, me levanté de la cama y me cambié de ropa, moví a Niko que seguía durmiendo y cuando ambos estuvimos listos, recogí la bolsa con el dinero de debajo de la cama y salimos de la habitación.
Tal y como lo habíamos hablado antes, el guardia nocturno no estaba en su puesto de siempre, le doy gracias a Zayd por eso, un gran trabajo pintando y destrozando los grifos del baño.
Niko y yo nos escabullimos hasta llegar a la puerta de atrás en la cocina, por suerte Niko había conseguido desactivar las cámaras del lugar esta mañana, así sin hacer ni un solo ruido conseguimos salir.
Él me pasó la bolsa que llevaba cargando todo el camino y corrí hacía la valla que rodeaba el internado. No me hizo falta prestar atención al camino, me lo sabía de memoria, esté internado ha sido mi casa desde hace demasiado años, encontré fácilmente el roto que meses atrás habíamos hecho. Volví a mirar el reloj del móvil, 23:57 pm, justo a tiempo, eché la vista hacía atrás y vi a Niko parado en la puerta esperando a que volviese, dirigí mi mirada al frente de nuevo y espere.
Al poco tiempo, se escucharon pasos en la tierra de fuera, un chico vestido de traje que se paró frente a mí, solo separados por la fina valla. No podía verle la cara, únicamente me fije en sus manos cuando pase la bolsa por el agujero, un único anillo las decoraba, pareció tener una insignia o algo grabado en el, pero no me fijé. Él la cogió y con una vista rápida del contenido asintió sacando un sobre con un sello en el medio de dentro de su chaqueta, lo recogí en silencio y me di media vuelta para volver a mi habitación.
Al llegar de vuelta le di el sobre a Niko para que lo guardara, ya repartiremos mañana lo de su interior.
- Ha salido todo bien esta vez - suspiró él una vez dentro de la habitación.
- No gracias a ti - le dije sonriendo. Solo se quejó un poco y se metió en su cama.
Me tumbe en la mía, no pensaba en nada concreto, simplemente cerré los ojos y unos de color miel con esa mirada desafiante que tanto me desquiciaba se colaron entre ellos. Esta mañana cuando la vi llegar con William... Agh ese maldito cabrón, me la iba a pagar. Sacudí la cabeza y di media vuelta para seguir durmiendo. No sirvió de mucho, no lo logré.
Por la mañana. entre en la cafetería, Niko y William me seguían de cerca, ambos hablaban sobre algo poco interesante. Acordamos repartir el sobre con el dinero más tarde ya que Zayd no había llegado antes de desayunar.
Le vi entrar poco después junto con Aster y Cailín. Parecía tonto mirando con tanta admiración a la pelirroja parlanchina. No le juzgaba, era guapa, pero no era mi tipo.
- No entiendo porque sigues yendo a recogerla sabes que no es tonta ¿verdad? - dije nada más se sentó en la mesa.
- A ella le gusta que pase a recogerla y a mi no me importa ¿qué tiene eso de malo? - miré hacia su mesa. La pelirroja se reía junto con la novia de Niko - Además que tu seas un compañero de mierda que no sabe cumplir sus castigos no significa que yo también tenga que ser así - siguió hablando. Mi mirada se quedó fija en la mesa con aquellas tres chicas sentadas.
- Ya las vas a raptar y encerrar en el sótano o vas a esperar a que se den cuenta de tus intenciones - habló William en mi dirección. Salí del trance para poder mirarle. ¿He dicho ya lo poco que me agrada el chico? parece que es el único que aún no se ha enterado.
- ¿Desde cuándo aceptamos payasos en el grupo? - pregunté ignorando su comentario- Además si fuera uno gracioso, pero habéis escogido al que menos imaginación tiene - seguí hablando, mis ojos clavados en los suyos. No respondió, no me hizo falta decir nada más, se levantó y antes de irse nos miró a todos.
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Entre golpes y traiciones
RomanceAster es una chica decidida, confiada y muy muy impaciente. Después de una pelea por un arrebato, sus padres no encuentran más opción que mandarla al internado "Seven Points" de educación y comportamiento, pero eso no acaba con sus problemas. ¿Qué p...