XXIV

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VEINTICUATRO

Aster Diosado

- ¿Estuviste ayer en la celebración?, no te vi - dijo una de las chicas de mi equipo nada más llegué a la mesa. Negué con la cabeza sin querer hablar mucho del tema.

Después de la conversación con mi hermano, me quedé pensando en lo que dijo. Papá tiene fichado a Mirk, por eso desaparece algunas noches.

- No, me dolía un poco la cabeza y fuí a despejarme - aseguré.

- Entonces, estás con Zayd - dijo Yvonne, Cailín negó y suspiró.

- Otra vez, no salgo con él, ya me gustaría pero no, él no quiere - dijo la pelirroja sentándose a mi lado.

- ¿Hablamos del mismo Zayd? - pregunté irrumpiendo en su conversación. Ambas chicas me miraron. - Me explico - reí - ¿estás diciendo que el mismo Zayd que entra todas las noches a mi habitación con una sonrisa porque te ve cada vez que acompaña a su hermana no quiere estar contigo? creo que él piensa que eres tú la que no quiere. - terminé haciendo reír a las demás.

- Bien, hoy es viernes - afirmó Yvonne. - y por lo que parece tenemos hasta el domingo libre - echó una mirada a su compañera de habitación quien asintió enseguida y luego a mi. Asentí sin tener muy claro qué significado tenía esa mirada, pero parecía necesitar un complice. Cailín nos miraba perpleja sin saber que estábamos tramando y para ser sinceras, yo tampoco lo sabía.

- Decidido - soltó la chica a mi lado. - Cailín, ya nos lo agradecerás después. - Y sin más ambas chicas desaparecieron del comedor, no sin antes despedirse de nosotras.

- No quiero saber lo que vais a hacer - dijo la pelirroja - solo... no la cagueis - me reí.

- Eso es imposible, soy yo la que lo va a llevar a cabo - le sonreí, ella rodó los ojos.

- ¡Ey! - me quejé después de que me lanzara una de las magdalenas que había traído a la mesa - Me la iba a comer - refunfuñe.

- Vamos - dijo cogiendo las otras dos magdalenas que quedaban encima de la mesa - comes por el camino - se levantó y yo la seguí

- ¿A dónde vamos? - pregunté mientras recorríamos los pasillos.

- He quedado con Lia y luego supongo que tú irás con Yvonne e Idylla ¿no? - asentí no muy segura de mis planes para hoy y la seguí hasta la habitación de mi hermano.

Antes de poder llamar a la puerta, está se abrió dejando salir a una cabellera rubia más que conocida. Mirk tenía el ceño fruncido, parecía cabreado. Le miré intentando descubrir qué le pasaba y me acerqué, dejando a Cailín tras de mí.

- Hola hielito - saludé sonriendo abrazando a mi novio.

- Aster - asintió él a modo de saludo, y comenzó a caminar hacia otra dirección. Fruncí el ceño y agarré su brazo haciéndole parar.

- Salúdame bien - me quejé mirándole seria. - Está bien que te enfades o tengas un mal día, pero no lo pagues conmigo. - Soltó un gruñido inaudible y se acercó a dejar un corto beso en la comisura de mis labios aún con el ceño fruncido.

- Hola - susurró. Le sonreí y besé su mejilla.

- ¿Nos vamos a ver luego? - pregunté sin separarme aún. Él encogió los hombros.

- ¿Quieres que te busque en un rato? - preguntó dudoso. Asentí sin borrar la sonrisa. - Bien pues luego te veo - desplazó su mirada a mi espalda y con un leve asentimiento se despidió de las chicas situadas detrás de mí.

Volvió a besarme y se giró alejándose de donde estábamos. Me volví a ver a las dos chicas que se encontraban paradas en la puerta de la habitación, que me miraban con sorpresa.

Entre golpes y traicionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora