2. Finales de Marzo

6.1K 294 25
                                    

Los meses pasaron en su forma habitual y con ellos las ganas de seguir abriendo los ojos por la mañana, los minutos en soledad cada vez se hacían más pesados, las horas se hacían insoportable y ni hablar de los días.

Anna abrió los ojos con un poco de dificultad debido a la luz que entraba en la habitación, después de darse un breve baño, se colocó el uniforme sin gana alguna y se arregló el cabello en una trenza despeinada.

Se puso de pies frente en el espejo, era muy delgada, tanto así que los huesos de las costillas se le marcaban ligeramente, su clavícula sobresalía más de lo que debería y no había rastro de sus pechos. Literalmente era plana en esa parte del cuerpo. Aunque eso nunca fue un problema ya que no tenía a nadie a quien impresionar. Su piel era exageradamente blanca, su cabello es el único atributo del que se sentía plenamente orgullosa, era liso y tan largo que le rozaba los glúteos. También es de color castaño claro, a diferencia de sus ojos que eran de un color más oscuro. Sus labios son de un tono rosa natural y su nariz pequeña y respingada.

Ella no quería abandonar su cama pero debía, ya que no podía perder más tiempo, si no llegaría a la escuela más tarde de lo acostumbrado.

Medio caminando medio arrastras se sentó en la silla del comedor frente a Karla y al lado de su padrastro Peter, Javier como era de esperarse no estaba.

No es la primera vez que se pregunta por que Él que es menor por dos años tenía más libertad de la que debía, como dormir tres veces a la semana en casa de sus amigos y pasar tardes enteras fuera de casa. Se lamentó unos segundos ya que a ella no la dejaban ni salir muy seguido a que sus amigas.

Bueno... Esa es la incomprensible lógica de algunos padres.

Después de comer, cuando está a punto de levantarse de su asiento su hermana le dice con voz despreocupada y sonrisa relajada en el rostro; —Ayer vino Sarah preguntando por ti y le dije que no te encontrabas.

—¿Por que hiciste eso? Ella sabe perfectamente que yo no voy a ningún lado— Responde Anna fastidiada de siempre el mismo problema.

—Por que realmente creo que ella no es buena amiga para ti... —se levanta de la mesa y recoge su plato— Deberías buscar amigas que se parezcan a ti.

Frunció el ceño y preguntó más que confundida, molesta. —¿Que se parezcan a mí?

—Sí— afirma con la cabeza —Así ñoñas y nerds.

Sintió cólera cuando escuchó eso y apretó los puños para no estrellar uno en su rostro y le dedicó una sonrisa como siempre hace cuando la molesta.

Camina sin vacilar a la escuela y al llegar nota que no hay alumnos por los alrededores, ni en los pasillos, ni el área central, ni en las escaleras. Eso significa que todos entraron a sus clases y que llegó tarde, de nuevo.

Al dirigirse a retirar un pase para poder entrar a la clase de biología se consigue a su hermano en la cancha deportiva jugando con el balón de fútbol.

Si llegó tarde por veinte minutos ¿que pueden ser diez más? Camina dentro y se sienta en las gradas a ver a su hermano practicar tan concentrado.

—¿No deberías estar en clases?— pregunta ella.

—Sí. Al igual que tú—. Deja el balón en el suelo y se limpia con el dedo índice unas gotas de sudor que adornan su frente. —Pero ya ves, preferimos estar fuera y disfrutar de portarse mal—.

—Hermanito que malo eres.—Dice ella con sarcasmo y sonriendo —¿Me vas a decir por que estás fuera de clase?

—El profesor Tom salió un momento y como toda la clase estaba eufórica, aproveché a lanzar las hojas de mi cuaderno por los aires mientras bailaba sin camisa encima de su escritorio— Dice encogiendose de hombros —Nunca bailes sin camisa sobre algún escritorio. Nunca—.

~June~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora