14. Secreto compartido

3.3K 182 29
                                    

La alarma suena estrepitosamente en la habitación y con dificultad Anna abre sus ojos que aún están deseosos de seguir durmiendo, con expectación toca su colchón en el lugar que estaba Mark y no se sorprende al encontrar el lugar vacío, con las esperanzas renovadas se levanta y se asegura a si misma un mejor día.

Después de darse una ducha fugaz, se dirige al comedor y ya todos se encuentran ahí, incluso Javier. Anna le dirige una mirada alarmada a su hermano y él se encoge de hombros entendiendo a lo que se refiere ella, luego desvía su mirada y observa a su mamá que se encuentra malhumorada. Entiende que Jav ya explicó el origen de sus moratones y por esa razón todos se encuentran tensos. Ella finge no tener conocimiento del tema y comenta —Luces fatal Javier—.

Él se limita a sonreír hipócritamente y nadie dice nada más, Anna lo agradece en el interior ya que así comerá más rápido sus tostadas y podrá dirigirse a la escuela para ver a ese hombre que hace que sus piernas flaqueen sólo por la cercanía.

En el camino a la escuela unas manos en su cintura la sorprenden y brinca asustada en el pavimento junto a la calle. Mark que se percató del susto provocado se disculpó de forma sincera.

—Lo siento, no recordaba lo asustadiza que eres—. La abrazó y le dio un rápido beso en los labios que dejó a la chica con ganas de más.

—Tú realmente me matarás de un susto— contesta Anna distraída observando en dirección a su casa.

—¿Quieres ir a mi casa después de clases?— preguntó él con una sonrisa pícara mientras alzaba las cejas una y otra vez.

Ella rió ante la insinuación de su propuesta —No iré a tu casa si continúas haciendo eso con las cejas—.

—¿Tienes miedo? —preguntó Mark sonriendo con esos perfectos hoyuelos en sus perfectas mejillas.

—¿Miedo de qué?— inquirió ella sin dejar de caminar —¿De ti? —sonrió con gracia.

—De que pueda hacer cosas como éstas —Mark fácilmente colocó una mano en su estrecha cintura y la acercó en un rápido movimiento a su cuerpo, luego la inclinó hasta quedar ella colgando de su cuerpo a pocos centímetros del piso y con vehemencia la besó como nunca antes se había atrevido. Sus labios se movían al compás como si de un baile se tratara y en plena calle no les importó demostrar cuánto se querían. Ella correspondió el beso de manera eufórica y al quedarse sin oxígeno se separaron, él la levantó hasta que sus pies estuvieron tocando con firmeza el pavimento.

Jadeando ambos sonríen como sí tuvieran un mundo entre ellos que nadie más puede observar, los males de Anna desaparecen en momentos como ésos y Mark se olvida completamente que es el adulto responsable y que no debe perder el control de esa manera.

—Desde ahora pensaré en una excusa para poder salir de esa pequeña prisión a la que me someten — responde ella.

Siguen el camino hacia la escuela y se separan una calle antes para no levantar sospechas a las personas que observen su llegada, ella se dirige enseguida al salón donde verá la primera asignatura, mientras que él permanece en el área central para guiar a sus estudiantes al cubículo en orden.

Los compañeros de Anna cruzan el umbral en desorden mientras que la profesora de arte, rabiosa, los riñe por el indebido comportamiento. Al finalizar la clase Anna se contenta por saber que sigue matemáticas pero según su horario debe esperar diez minutos más para escuchar la próxima clase. Todos abandonan el cubículo para ir por un aperitivo o en el caso de los varones, jugar fútbol. Anna permanece en su asiento, con su mochila preparada para salir del aula ya que no puede estar dentro sin un docente presente.

Mark al entrar al aula choca con una estudiante mientras que la joven intentaba salir. Al posar sus ojos en la chica observa que no le es indiferente, es nada más y nada menos que su alumna favorita.

~June~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora