Como cosa realmente extraña Anna llega temprano a la escuela secundaria ya que no pudo pegar un ojo en toda la noche debido al dolor que se intensificó y ella se negaba a contarle a sus padres. Sus amigas aún no habían llegado así que hizo un tour y en eso ve caminando a su profesor de matemáticas con unas chicas un año menor. Ríen y hablan plácidamente hasta que Mark se percata de la mirada de la alumna de último curso. Ella se gira y va en dirección contraria, camina hasta llegar a los baños.
De pie frente al espejo pudo ver su cabello desaliñado, las marcadas ojeras bajo sus apagados ojos verdes y su rostro más pálido de lo normal. Se veía fatal así que optó por lo que las chicas de su edad hacen como rutina.
Maquillarse.
Aplicó un poco de rubor en sus mejillas a ver si lucía más humana y menos fantasma, su boca rosada natural tenía hoy un color opaco así que usó un gloss rosa pastel. Cepilló su cabello con sus cuatro dedos que funcionaban y formó una trenza despeinada, también acomodó su uniforme. Encerrada perdió la noción del tiempo y salió justo cuando estaban haciendo formación para ir al salón.
Mark con la mirada la buscó por todas partes y al no encontrarla temió que algo le hubiera pasado. Aunque estando en la escuela eso era poco probable, mas no imposible. Mientras estaba frente a los estudiantes de tercer año pensó en como seguiría Anna y sus heridas.
El profesor caminó al salón seguido por sus estudiantes, justamente le tocaba dar clases al salón donde se encontraba Javier. Se detuvo en el umbral de la puerta mientras veía al rebaño de ovejas negras que son sus estudiantes entrar al aula y así aprovechar y ver a los demás cursos entrar a sus salones. Tenía la esperanza de ver de nuevo a Anna pero recordó que tenía clases en la segunda planta.
Dictando los nombres de los estudiantes para ver si alguno faltaba, le tocó el turno a Javier.
—Javier McLaren...—Aquí. —respondió él mientras seguía hablando con sus compañeros y lanzando bolas de papel.
Al analizarlo pudo observar que no se parecía a Anna, lo cuál fue un alivio ya que así no pensaría en ella cuando viese a su hermano.
—Buenos días profesor—. Le dice una alumna cuyo nombre no recuerda mientras le guiña un ojo y lo observa de pies a cabeza sin ocultar su interés.
Muy disimulada ella...
La clase transcurre entre desorden y travesuras de los alumnos, a Mark no le importa. Él ya les advirtió y ellos lo ignoraron. Revisa su horario y sonríe al ver su siguiente curso... Quinto A.
—Javier ven aquí un momento—. Llama Mark a su alumno más inquieto.
—Diga profe —contesta él apresurado de volver con sus amigos.
—Si sigues con el desorden voy a citar a tu mamá —dijo Mark y pudo notar como el chico paliceció casi de inmediato. En el fondo se rió al ver el temor que reflejaban esos chicos cuando mencionaban a su mamá. Tal vez su carácter es muy fuerte y por eso no les gusta molestarla —¿No quieres que llame a tu mamá cierto?
Javier negó aterrado. Ya sus padres le habían advertido que si continuaba con el desorden en el salón de clases estaría castigado por una semana sin salir con sus amigos ni ir a práctica.
—No la llame por favor —pide el chico con un semblante completamente diferente al cuál llegó hace un par de minutos.
—Dame una razón para no llamarla —contesta el profesor luciendo pensativo.
—Me portaré bien hoy— contesta Javier sonriendo.
—¿Sólo hoy?— pregunta Mark con tono acusador.
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~June~
Roman pour AdolescentsUna estudiante común y corriente. Un profesor agotado de la rutina. Nada en común, salvo la monotonía asfixiante de sus vidas. Una mañana de Junio sus vidas cambian al darse cuenta que encontraron lo que ambos sin saber estaban buscando. Un remolino...