Espero que seas feliz [JiKook]

[06]

Jimin bebió su cerveza mientras escuchaba a Yoongi y Hoseok hacer el dueto más escandaloso que había escuchado en su vida; incluso le preocupaba que los vecinos llamaran a la policía diciendo que algunas personas ahí estaban siendo torturadas. Taehyung y Seokjin, en cambio, parecían disfrutar bastante del espectáculo, aplaudiéndoles y animándolos a continuar desafinando. Al menos, nadie ahí dudaba en que no le pusieran corazón.

―¡Jimin! ¿¡No vas a cantar!? ―preguntó Hoseok, extendiéndole el micrófono. El pelinegro se limitó a negar con la cabeza, sirviéndose otro trago―. Dios... ―le pasó el micrófono a Taehyung, decidiendo tomar asiento junto a su amigo―. Recuerdas que esto es un cumpleaños, ¿cierto?

―No he dicho lo contrario, solo que me gusta más beber que cantar.

―Pues últimamente bebes demasiado.

―¿Qué estás insinuando? ―dejó su botella sobre la mesa, mirándolo molesto―. No tengo un problema con el alcohol.

―No todavía ―Jimin bufó al escucharlo―. Pero todos sabemos que últimamente te encierras en tu departamento y bebes solo. Amigo, tienes que hacer algo más por tu vida que solo hundirte en pensamientos lamentables ―dio un golpecito en su frente―. De otra forma, yo mismo tendré que arrastrarte con un médico.

―Estoy bien ―apartó la mirada de su amigo, frunciendo los labios―. Y no bebo todos los días.

―Por supuesto, eso es tan tranquilizador ―Hoseok rodó los ojos.

―Dale un respiro, poco a poco está saliendo de su caparazón ―intentó animar las cosas Seokjin, sonriendo cuando Yoongi volvió a tomar asiento junto a él―. ¿No es así, gatito? Dile a Hoseok que Jimin por fin ha conocido a alguien que lo hace reír.

―Oh, ¿hablas de Jungkook? ―rio entredientes, divertido cuando Park frunció el ceño―. Concuerdo, juraría haberlo visto babear mientras miraba al chico bonito.

―¿Jungkook? ¿Quién es ese y por qué no me habías hablado de él? ―cuestionó Hoseok, casi ofendido.

―¡Oh! ―Taehyung soltó el micrófono, uniéndose a la conversación con entusiasmo―. ¡Lo conocí también! ¡Justo hoy! ―comentó, sonriendo ampliamente―. Jimin y él estaban en Coffee Paradise y, honestamente, estoy seguro de haber visto una conexión entre ambos ―unió sus índices, subiendo y bajando sus cejas sugerentemente.

―Dios mío, ¿incluso ya lo has invitado a desayunar? ―preguntó Seokjin, sorprendido.

―Nos encontramos por casualidad ―aclaró, pero, por la manera en que sonreían sus amigos, era obvio que no lo creían―. En serio, fui a trotar como es usual, un perro creyó que sería divertido tirarme y Jungkook estaba justo ahí para ayudarme. ¿Pueden creer que llevaba un botiquín consigo? Así que curó mis manos y luego lo invité a desayunar como agradecimiento.

―Oh, él carga un botiquín como Yoongi. Ahora entiendo por qué me gustó apenas lo vi ―asintió Seokjin, riendo cuando su pareja bufó.

―Dijo que su hermano es demasiado torpe. Aparentemente, tomó la idea de uno de los amigos de su hermano, por lo que se volvió una costumbre para él ―sonrió, girando hacia Yoongi, quien repentinamente lucía metódico―. ¿Te sorprende que alguien más lleve un botiquín como tú?

―¿Uhm? No... no realmente ―y sonrió al final―. Por cierto, sé que los invité aquí por mi cumpleaños, pero hay otra cosa mucho más importante que queríamos comentarles junto a Seokjin ―miró a su pareja, quien entendió la señal para bajar el volumen de la música.

―¿Van a terminar? ―Taehyung palideció, notando cómo la pareja se había tensado tras confesar que tenían algo serio de qué hablar―. Por favor, no, ¡no lo digan! Si ustedes terminan, ¿cómo siquiera podría volver a creer en el amor? ¡Se sentiría casi como si se divorciaran mis padres! ―exclamó con sus ojos húmedos.

―Maldición, ¿cuánto bebiste? ―Yoongi chasqueó con la lengua al verlo llorar―. Primero, no somos tus padres. Segundo, ¿por qué terminaría con él?

―¡La crisis de los 7 años! ¿¡Es que nunca has oído de ello!?

―Ellos llevan 8 años juntos ―carraspeó Hoseok junto a él, comenzando a reír cuando la boca de Taehyung se abrió en una perfecta "o".

―Correcto. Gracias, Hoseok ―intervino Seokjin antes de que Taehyung volviera a abrir la boca―. Por lo tanto, ¿puedo decir esto de una vez? ―suplicó, tomando la mano de su novio―. Con Yoongi hemos estado hablando de esto; de nuestra relación. Hemos estado saliendo por 8 largos años y... creo... bueno, no creemos, estamos seguros de que... ―su voz se volvió un murmullo.

―¿Jinnie? ―llamó Yoongi, enternecido de verlo balbucear.

―Lo siento ―carraspeó, mirando a sus amigos―. Le pedí matrimonio a Yoongi ―finalmente dijo―. Y él aceptó ―y ahora miró a su prometido, quien le sonreía―. Por supuesto, dado que vivimos en Corea, no será más que algo simbólico, pero queremos que sea lo más real posible. Fiesta, trajes, festín, amigos... queremos todo; queremos que ustedes estén ahí ―volvió a mirar al resto, cuyas expresiones no ocultaban su sorpresa―. Así que... estarán ahí, ¿cierto?

No era necesario preguntar, por lo que tampoco era necesario responder. Seokjin apenas había acabado de hablar cuando sus amigos se abalanzaron sobre ellos, felicitándolos por haber decidido dar el gran paso después de mucho. Seokjin y Yoongi siempre habían sido un ejemplo para todos, sobrellevando las críticas y contras que en una relación como la de ellos jamás faltaban, sobre todo en su sociedad, por lo que su compromiso era algo digno de un día festivo.

Jimin, que fue el único que se limitó a felicitarlos desde su asiento, sonrió con melancolía al entusiasmo de sus amigos. Quería estar tan felices como ellos, pues compartía el sentimiento, pero no podía evitar recordar su propia situación personal. ¿Por qué incluso en los momentos especiales de sus amigos solo podía pensar egoístamente en su desgracia? Ya no sabía cómo dejar de amargarse la vida.