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Jimin abrió los ojos cuando escuchó el timbre de su departamento. El cuerpo de Jungkook estaba enredado con el suyo y tuvo que luchar para poder encontrar su celular y así revisar la hora. Eran poco más de las nueve de la mañana y, considerando que era domingo, no se suponía que alguien lo visitara tan temprano. De hecho, no se suponía que alguien lo visitara, concretamente.

―¿Hmm? ―Jungkook gimoteó cuando el timbre sonó por segunda vez―. ¿Alguien está llamando a la puerta...?

―Tal parece... ―Jimin se soltó de su agarre, inclinándose para besar sus cabellos―. Continúa durmiendo, sé que estás cansado. Como probablemente se trate de uno de los chicos, me aseguraré de despacharlos de una patada ―prometió haciendo reír al menor, quien le tomó la palabra.

Jimin salió de la cama poniéndose únicamente su pantalón de pijama y sus pantuflas. Bostezando con pereza mientras dejaba su cuarto, se le ocurrieron un buen par de insultos hacia quien sea que haya decidido arruinar su sueño tan temprano, sin embargo, su mente quedó en blanco cuando el sonido de la puerta desbloqueada llegó a sus oídos.

Alguien estaba entrando.

Park se detuvo a mitad de camino sintiendo su alma abandonar su cuerpo cuando la persona que menos esperaba ver entró. Cha Sonyuh, su exnovia, estaba ahí de pie arrastrando una maleta consigo sin ninguna explicación o aviso previo.

―Jimin...

La chica no lo vio hasta cerrar la puerta tras de sí y girar. Y, contrario a cualquier cosa que hubiera esperado de ella, como nunca, Sonyuh soltó su maleta y corrió hasta él, atrapándolo por el cuello. Jimin no supo cómo reaccionar cuando la escuchó llorar contra su hombro, balbuceando lo que parecían ser explicaciones tardías. No obstante, saliendo de su trance, solo fue capaz de tomarla por los hombros, obligándola a tomar distancia. ¿Gritos? ¿Palabras fuertes? ¿Rabia descontrolada? No había nada de eso. Jimin ni siquiera sabía cómo se sentía.

―Lo siento ―dijo finalmente Sonyuh, secando sus lágrimas―. Esto... debe ser extraño para ti, lamento actuar tan emocional y entrar a tu departamento como si nada, pero... ―continuó secando sus lágrimas con insistencia―. Toqué y no respondías, así que creí que estarías durmiendo y no quería esperar afuera, porque hay tanto que tengo que hablar contigo y...

―Sonyuh-

―Te extrañé, Jimin.

Extrañar. La chica que lo había abandonado en el altar para marcharse con otro hombre estaba de pie frente a él diciéndole que lo había extrañado. ¿Tenía sentido eso siquiera?

―Sé que es difícil para ti entenderlo ―prosiguió cuando solo obtuvo silencio―. Y sé que tienes el derecho a estar molesto conmigo, porque fui tonta y te lastimé, pero no miento cuando digo que me arrepiento, Jimin ―sus manos se posaron en su pecho; sus ojos le miraron con profundidad―. Me has hecho falta, te necesito. Fui una tonta al creer que alguien más podría hacerme feliz; solo tú puedes hacerme feliz. He aprendido mi lección ahora, lo juro. Así que ¿podemos volver a cómo éramos antes?

―... ¿qué?

Entonces la rabia vino, finalmente. Jimin sintió su sangre hervir tras entender lo que Sonyuh estaba haciendo ahí. Ella no estaba ahí para enmendar su error o disculparse por lo mucho que lo lastimó, sino que estaba ahí para "volver". Volver con él; volver a su vida.

Volver a lo que fueron.

¿Y exactamente qué habían sido antes de que ella se fuera? Era incluso más amargo el recordarlo.

Jimin no supo si sentir alivio o no de que Jungkook saliera del cuarto justo en ese momento. Sí, había estado a punto de explotar, pero no estaba seguro de querer que el menor presenciara tal escena. Además, quiso reír de los nervios cuando giró a verlo, notando que el chico había salido únicamente con ropa interior.

Espero que seas feliz [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora