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Jimin sentía que algo estaba mal ese día. Por lo general, Jungkook le escribía un mensaje cada vez que tenía tiempo libre, pero ese lunes no había agregado nada más además de su saludo matutino. Ciertamente, el chico estaba cerrando su semestre académico y además ensayando sus números para el festival de verano, el cual acontecería ese sábado en la universidad, pero su ajetreada agenda jamás había sido un impedimento para contactarlo.

Tampoco se sintió del todo aliviado cuando, tras volver a su departamento, encontró al menor esperándolo contra la puerta.

―Hey... ―Jimin se acercó con una pequeña sonrisa, llamando su atención―. ¿Por qué no solo esperaste adentro?

―No quería parecer invasivo ―se inclinó sobre él, rozando sus labios contra su mejilla―. ¿Podemos hablar?

Dios, esas palabras sonaban terribles para cualquiera. Jimin asintió, fingiendo estar tranquilo mientras abría la puerta. Confiaba en Jungkook, confiaba en él más que nadie en ese mundo, pero no podía evitar que su estómago de revolviera de los nervios. Conocía al chico lo suficiente para saber que algo malo se avecinaba, porque este no solía ser tan serio y precavido. Además, había algo en sus ojos que le indicaba que sus pensamientos estaban fuera de ahí, de ellos. El fin de semana que habían pasado en la playa parecía más un recuerdo lejano que algo que habían vivido recientemente.

―Sé que sabes que algo no anda bien, porque soy un desastre ocultándote mis emociones ―dijo Jungkook tomando asiento en medio de una risita amarga―. Lo siento, odio que me veas así.

―A veces tendremos que vernos el uno al otro así, Kookie ―respondió el mayor apaciblemente, tomando asiento junto a él―. Incluso si me rompe el corazón verte mal, es importante para mí que me busques por apoyo ―y tomó sus manos―. ¿Qué sucedió?

―Yo... no quiero dar vueltas en otros temas, así que iré al grano ―lo miró con ojos cristalinos y una expresión tensa―. Me temo que el tratamiento de papá no ha salido como esperábamos ―Jimin no supo qué decir―. Los médicos piensan que lo mejor para él, justo ahora, es vivir lo que le queda de vida tan bien como podría hacerlo alguien con su enfermedad.

―¿Cuánto tiempo...?

―Un año, en el mejor de los casos ―contestó antes de que Jimin fuera capaz de acabar―. Pero... queremos buscar alternativas.

―¿Es posible?

―Existen... ensayos clínicos ―musitó―. Es una vía bastante insegura, no te mentiré. Pero es nuestra única opción, ya que dejarlo morir sin luchar no es una ―sostuvo su mirada―. Lo siento.

―¿Por qué te disculpas, Jungkook? ―Jimin sostuvo su mejilla, secando una pequeña lágrima con su pulgar―. Estás pasando por una situación difícil y viniste a mí. ¿Es esa una razón para disculparse?

―Eres mi pareja ―murmuró, las lágrimas saliendo fluidamente de sus ojos―. Di luz verde a esta relación sin ponerme en el peor de los casos. Que el tratamiento de papá falle es, justamente, el peor de los casos ―Jimin lo miró en silencio, sin comprender―. Debí hablarte de esto antes. En realidad, solo vine a Corea por un intercambio de un semestre ―admitió.

La mano de Jimin cayó, sin poder evitarlo. De todas las cosas que esperaba escuchar, esa no era una de ellas. Sabía que había tenido que consultar con el menor antes los detalles de su intercambio, sin embargo, lo había dejado pasar, asumiendo que este estaría ahí una larga temporada. ¿Por qué lo había asumido? No lo sabía, solo lo había hecho. ¿Había sido ingenuo de su parte creer que Jungkook cruzaría el océano solo para permanecer un largo tiempo a su lado?

―Originalmente, planeaba dejar el país después de las vacaciones de verano ―continuó.

―En dos meses... ―susurró Jimin, aun procesándolo―. ¿Te irás... en dos meses?

―Originalmente... ―repitió, haciendo una expresión dolorosa―. Por supuesto, fui iluso al creer que tendría tiempo para programar mi ida y hablarte adecuadamente de esto. Pero, ahora... ―rio nervioso―. Lo siento, dos meses es demasiado tiempo. Necesito regresar con papá.

―Jungkook...

―Así que planeo volver a Estados Unidos en una semana ―sentenció.

Jimin empuñó sus manos, tenso. Inhalando y exhalando, intentó recordar cómo respirar con regularidad mientras ignoraba el latir doloroso de su corazón. Una semana era demasiado poco tiempo para procesarlo y adaptarse. Una semana para dejar ir a Jungkook, después de meses inolvidables a su lado, era una maldita locura.

―Perdón ―el rostro de Jungkook, que había lucido sombrío en un principio, ahora estaba lleno de tristeza y aflicción―. Perdón, hyung ―y sin avergonzarse de sus lágrimas, lo miró a los ojos y tomó sus manos―. No puedo quedarme contigo, no ahora, no en este momento. Necesito ir... y estar con papá. Te conozco, sé que eres lo suficientemente racional como para entender mis razones, pero tampoco... tampoco quiero que escondas lo mucho que puedes odiar esta situación ―dijo ante la expresión contenida del mayor―. Si todo sale bien, planeo volver en un año. Pero, si un año es demasiado tiempo para ti... puedes terminar con esto, jamás te forzaría a esperarme.

Un año. Como si fuera posible, el rostro de Jimin se ensombreció más y las palabras, que sabían amargo en la punta de su lengua, no fueron capaces de dejar su boca. Algo dentro de él quemaba con intensidad, provocándole un dolor inverosímil. Sus pensamientos eran un desastre sin dirección, incongruentes, oscuros y hasta egoístas. Era la presión del momento, era la información que no esperaba recibir, era la experiencia que no quería vivir; todo ello lo estaba arrastrando hasta el abismo y lo mejor que pudo hacer fue callar y permanecer quieto como una estatua.

Como una maldita, fría e insensible estatua.

Así que, cuando Jungkook entendió lo confundido y perdido que estaba, en vez de sacudirlo, reclamarle o exigirle respuestas, solo besó su mejilla, diciéndole que le daría tiempo a solas para pensarlo. Pero, cuando el chico cruzó la puerta del departamento, dejándolo atrás, ya no hubo más que pensar.

Las lágrimas escurrieron de los ojos de Jimin y el dolor se intensificó en su pecho, derrotándolo. Porque no quería a Jungkook ni lejos ni fuera de su vida. Porque, lamentablemente, él no siempre podría ser su primer lugar.

Y, si ese chico había cruzado seriamente todo el océano por él, ¿qué era esperar un año a cambio? Algo insignificante.

Esperar a Jungkook era nada en comparación a todo lo que este había hecho por él.

Nota:Holi holi, esta semana actualizaré todos los días para acabar el fic, así que dejo aviso jdhfgj

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Nota:
Holi holi, esta semana actualizaré todos los días para acabar el fic, así que dejo aviso jdhfgj

Espero que seas feliz [JiKook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora